EL BICARBONATO SÓDICO COMO EN DIETAS DE ALTA PRODUCCIÓN

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EL BICARBONATO ADITIVO INSUSTITUIBLE VACAS ALTA PRODUCCION

El bicarbonato sódico es hoy, probablemente, el aditivo alimentario más popular en la alimentación de rumiantes, más aún después de la prohibición de los ionóforos y en el contexto de las restricciones legislativas de la Unión Europea.

David Fito (1), Joaquim Baucells (1,2)(1) Veterinario Centre Veterinari Tona S.L.
(2) Profesor Asociado U.A. Barcelona. Facultat Veterinaria Bellaterra Imágenes archivo

Los aditivos alimentarios son ingredientes habitualmente disponibles para técnicos y productores que se incorporan en las raciones de rumiantes. Sus utilidades son amplias, múltiples y generalmente son herramientas útiles en el contexto técnico y económico de las explotaciones, aunque no siempre responden a un rol nutritivo único y específico.

La inclusión en la dieta de los rumiantes de los distintos aditivos suele ser en cantidades pequeñas, aunque su utilización repercute en un 3-15% de los costes de alimentación.

Los aditivos no siempre se utilizan por razones estrictamente productivas, ni existe necesariamente una relación directa entre el precio del producto y su respuesta (tabla 1).

Entre los objetivos de los principales aditivos utilizados en la alimentación de rumiantes, predominan los que promueven la optimización del funcionamiento ruminal en los más variados regímenes alimentarios.

Ante la propuesta de la incorporación de un aditivo a una ración habría que formularse varías preguntas previas de obligada reflexión y cuantificación antes de tomar una decisión:

  • ¿Qué me da?
  • ¿Cuánto me cuesta?
  • ¿Cuál es el resultado?

Dietas de alta producción

Las dietas para rumiantes de alta producción se caracterizan por tener unos niveles altos de nutrientes que maximizan la producción lechera. Para cubrir los altos requerimientos de nutrientes necesarios para la alta producción, atendiendo a unos consumos limitados debidos a la propia capacidad de ingestión de los animales, se incorporan altos niveles de  concentrados a costa de la reducción de los ingredientes de la dieta de menor calidad, en general los forrajes, que son los ingredientes más fibrosos y los idóneos para el buen funcionamiento ruminal. En muchas ocasiones, el necesario equilibrio de fibra en la ración final se puede ver comprometido por niveles límite en la relación forraje/concentrado o por la insuficiente proporción de partículas de tamaño grande.

FND-f: Fibra neutrp detergente procedente de forrales. FND: Fibra neutro detergente. FAD: FIbra ácido detergente. CNF: Carbohidratos no fibrosos.

No sólo es necesario respetar unos niveles de fibra en la ración (FAD, FND y FNDf) que permitan optimizar el funcionamiento ruminal (tabla 2), también es necesario aportar un nivel suficiente de partículas con un tamaño superior a 19 milímetros, precisamente para asegurar la correcta estratificación de la comida en el rumen y favorecer la rumia.

Los ingredientes fibrosos primordiales en las dietas de rumiantes son los forrajes (ensilados, henos, etc.), mientras que los concentrados (cereales, leguminosas y subproductos) son los principales suministradores de energía y proteína. Además de condicionar el perfil del microbismo ruminal y de la producción de ácidos grasos volátiles (AGV), los concentrados tienen una menor capacidad de amortiguar los cambios de pH (tamponar) que los forrajes.

Estas dos condicionantes favorecen que las dietas actuales, con una muy significativa proporción de concentrados, presenten un escaso margen de maniobra para un óptimo funcionamiento de la fisiología y el metabolismo del rumiante, con una relativa baja tolerancia y riesgo ante posibles incorrecciones en alguna parte de la cadena de alimentación (formulación, calidades de forrajes o concentrados, así como fundamentalmente en el manejo del carro mezclador y el pesebre).

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