PAUTAS ALIMENTICIAS DURANTE LA CRÍA-RECRÍA DE NOVILLAS LECHERAS

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LA CRÍA-RECRÍA DE NOVILLAS LECHERAS

La mayoría de los ganaderos de vacuno de leche optan por criar sus propias terneras de cara a la reposición de ese 20-25% de vacas adultas que anualmente causan baja en los rebaños de forma voluntaria (baja producción láctea) o involuntaria (problemas reproductivos, mamitis, cojeras, etc.).

P.J. ALVAREZ NOGAL. DPTO. DE PRODUCCION ANIMAL. UNIVERSIDAD DE LEON.

Además de permitir un mejor seguimiento del programa de mejora genética establecido en cada explotación, la cría-recría casera tiene la ventaja de que discurre atendiendo a unas directrices propias tales que se procura no escatimar nada en relación con aspectos varios como la sanidad, los alojamientos y la alimentación de los animales, entre otros. Pero los 24 meses que suelen transcurrir hasta que las novillas paren e inician su primera lactación, es decir, hasta que comienzan a ser lucrativas, cursan con gastos diversos -sin contraprestación económica alguna- que predisponen a los ganaderos a un ahorro al borde muchas veces de la desatención, haciendo que las novillas sean los parientes pobres de los rebaños lecheros y dificultando la consecución de los objetivos marcados en la cría-recría. A menudo el ahorro se centra en el capítulo alimenticio, no tanto durante la fase de cría, esto es, mientras consumen leche las terneras, como en la de recría, que abarca desde el destete hasta el primer parto. Una sub alimentación continuada durante esta segunda fase dificulta el normal desarrollo de la glándula mamaria de las novillas, del todo imprescindible en cuanto uno de los principales agentes determinantes de la capacidad de producción láctea de estas hembras y de su rendimiento lechero global, cuya influencia sobre los resultados económicos de las explotaciones no hace falta explicar. Igual que lo dificulta la sobrealimentación, en la que incurren con frecuencia los ganaderos a modo de compensación por una desatención generalizada dc las novillas durante la recría.

Si hicn cl éxito dc los programas de cría-recría pucde deducirse dc la cuantía dc los índices de crecimiento m^ís representativos (pcso vivo -PV-, altura a la cruz, perímetro torácico, etc.) y dcl mayor o menor acercamiento dc los mismos a unos valores prefijados, cl pará- metro productivo yue mejor lo refrenda sin duda cs cl nivcl de producción de Ieche mostrado por las novillas en la primera lactación y su concordancia con él yuc de cllas sc cspera ohtc- ner en función de su potencial. En cualyuier c^^so, a nadie se le oculta la trascendencia en dicho éxito de la alimentacicín reci- bida por los animales, sobre la que versa precisamente este tra- bajo, más en amcreto sobre algunas de las pautas alimenticias a seguir durante la cría y la recría dc las novillas lecheras.

Desagreqación del período de cría-recría a efectos de la programación alimenticia

Un buen referente de cómo discurre la cría-rccría de las novillas es su ritmo de crccimiento diario, a raíz dcl cual su PV debe seguir una determinada evolución permitiéndolas desa- rrollar un formato corporal suficiente para afrontar con ciertas garantías tres eventos cruciales de su primer ciclo rcproductivo: la pubertad, la concepción y el parto. La rcfercncia alusiva a ese formato es el porcentaje del PV cn cstado adulto. En cl Cuadro I se muestran los porcentajes recomendados para cada evento junto con la evolución descable del PV de las novillas (se sobrecntiende que de raza Frisona) desde su nacimiento hasta el primer parto pasando por distintas etapas intermedias.

La adecuación del crecimiento aconseja diferenciar el período de cría-recría, en lo que a planificación de la alimentación se refiere, en las tres fases que siguen:
– Fase inicial: 90 primeros días de vida. De cómo se atiendan:

las necesidades nutritivas dc las terneras durante esta fase va a depender que a medio-largo plazo exhiban su potencial de crecimiento al completo, sobre todo el relativo al tejido muscular. Este, cn caso de verse negativamente afectado a edades tan tempranas difícil tendría su recuperación después, incluso huscando el beneficio del crecimicnto compensatorio (CC). A la vista del elevado valor nutritivo de la leche no es extraño que haya quien equipare esta fase con la de cría, buscando en la alimentación líquida las ganancias de peso necesarias para alcanzar los 1(x)-110 kg PV.

– Fase prepuberal: desde el 4″ mes hasta la pubertad. Sobrc

todo en su parte final coincide con uno de los períodos de crecimiento alométrico de la glándula mamaria en virtud del cual las células mamarias crecen a un ritmo 3-4 veces más rápido que el cuerpo en su conjunto. Por esta razón se la siguc considerando una de las fases cn que el desarrollo mamario se muestra más sensible a los niveles de alimenta- ción, cuya vigilancia por tanto se antoja fundamental.

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