GIRASOL, UN CULTIVO ALTERNATIVO QUE SE ADAPTA A LAS FINCAS MÁS SECAS Y SE PUEDE ENSILAR MEZCLADO CON EL MAÍZ
Granxa Xustás SL, situada en el municipio de Cospeito, lleva cinco años sembrando esta oleaginosa en parcelas con peores condiciones agronómicas para incrementar la producción forrajera de la explotación. Destacan los buenos resultados a nivel de la ración para el ganado, tanto nutricionales como reproductivos
CAMILO FRIOL
El silo de maíz es la base de la ración de alimentación del ganado en la mayoría de granjas lecheras gallegas, pero la viabilidad del cultivo y el rendimiento final logrado se ve muchas veces condicionado tanto por la climatología como por la calidad del suelo en el que se siembra.
Zonas como el sur de la provincia de Lugo o la comarca del Deza en Pontevedra ven castigada la cosecha final en años de calor estival y escasez de precipitaciones, sobre todo en fincas secas y suelos arenosos que guardan poco la humedad.
Pero a pesar de estas limitaciones, en Galicia existen experiencias limitadas en cultivos forrajeros de verano alternativos al maíz, como pueden ser el sorgo, el pasto de Sudán o el girasol, empleado en algunos casos para sembrar en los perímetros de las fincas para minimizar los ataques del jabalí, pero en pocas ocasiones como cultivo principal único en la parcela.
“Granxa Xustás sembró el año pasado 17 hectáreas y este llegará a las 22. El rendimiento obtenido fue de 40.000 kilos por hectárea”
Conocemos la experiencia de Granxa Xustás SL, una explotación lechera del ayuntamiento lucense de Cospeito que lleva 5 años apostando por el cultivo de girasol para ensilar después mezclado con el maíz. Este año labrarán 22 hectáreas, 5 más que en 2023.
“Hacemos un cultivo de girasol de ciclo corto, con siembras entorno al 15 de junio, para que nos venga a maduro acompasado con el maíz, a finales de septiembre y principios de octubre. Empleamos variedades compatibles con un determinado tipo de herbicida que controla tanto hoja estrecha como hoja ancha y la producción el año pasado en nuestras fincas de girasol fue de unos 40.000 kilos por hectárea”, resume Jesús Blanco, que cogió la granja de su suegra cuando el resto de los socios de la explotación, otras dos familias vecinas, se fueron jubilando.
“Yo creo que es un cultivo interesante en Galicia, sobre todo en aquellas zonas donde el maíz va un poco al límite, porque en las fincas malas el girasol supera con creces al maíz”
Jesús es ingeniero agrícola, una formación que le ha ayudado a ir adaptando las condiciones de este nuevo cultivo, y también pide a las empresas de semillas mayor implicación. “Las casas comerciales tenían que ponerse las pilas para desarrollar variedades que vayan bien en nuestras condiciones y para nuestros usos, que sirvan para utilizar como forraje ensilado para alimentación del ganado”, reclama.
“Yo creo que es un cultivo interesante en Galicia, sobre todo en aquellas zonas donde el maíz va un poco al límite. Esa gente debería probarlo, porque se tienes fincas buenas con el maíz es imposible competir, pero en las fincas malas el girasol supera con creces al maíz”, afirma.
Venta de los excedentes forrajeros
Granxa Xustás cuenta en este momento con 170 vacas en producción, que ordeñan en tres robots. A nivel agrícola, manejan un total de 105 hectáreas, tras haber ido incrementando en los últimos años su base territorial. Además de cubrir las necesidades de la explotación, venden los excedentes forrajeros, sobre todo maíz para ensilar, a otras ganaderías de la zona y con esos ingresos costean parte de los gastos que les supone tener la recría externalizada.
Finca de girasol y de maíz de esta ganadería de Cospeito, que trabaja 105 hectáreas de terreno
Hacer la recría en la explotación consume muchos recursos, tanto forrajeros como a nivel de mano de obra o instalaciones
“Hacer la recría en la explotación consume muchos recursos de la granja, tanto forrajeros como a nivel de mano de obra o instalaciones”, defiende Jesús. “Nosotros vimos que en nuestro entorno había muchas ganaderías de leche que estaban creciendo en número de animales pero que no lo estaban haciendo en la misma medida en tierras, por lo que se estaban volviendo deficitarias en alimentación y vimos ahí una oportunidad para incrementar nuestros ingresos”, argumenta.
Incremento de la superficie dedicada a cultivo de girasol
“Nosotros en esta zona tenemos buenas fincas para la producción de forraje, sobre todo de maíz. Por eso decidimos ampliar la superficie y vender los excedentes a otras granjas para pagar con eso parte de los costes que supone tener la recría fuera. A medida que íbamos vendiendo maíz, cuanto más forraje producíamos más demanda teníamos de otras granjas para comprarnos maíz, pero no todas las fincas que teníamos eran buenas para producir maíz, así que necesitábamos un cultivo que se pudiese producir en esas fincas y que fuera compatible con el maíz”, relata Jesús.
No todas las fincas que teníamos eran buenas para producir maíz, por eso empezamos a probar con el girasol y vimos que funcionaba bien
“Empezamos a trabajar con el girasol y vimos que nos funcionaba muy bien a nivel agronómico y mucho mejor a nivel de pesebre. Comenzamos probando con 5 o 6 hectáreas y fuimos aumentando y el hecho de ir incorporando más girasol a nuestra ración nos permitía liberar más maíz para vender a otras explotaciones”, explica.
Ahora llevan ya 5 años cultivando girasol y año a año van incrementando la superficie labrada, que en esta campaña será de 22 hectáreas, frente a las 17 del año pasado, y que se sumarán a las 55 que sembrarán con maíz.
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