UTILIDADES Y REALIDADES DEL USO DE DATOS EN GRANJA@
Monitorización del rebaño desde el móvil; consulta de los indicadores más relevantes en el panel de control.
Este artículo pone en valor el uso apropiado de datos e información que ofrecen las herramientas informáticas de apoyo a la toma de decisiones, o programas de gestión de datos en granja que se van introduciendo en las explotaciones, y destaca aspectos críticos con los que se puede trabajar para mejorar el uso y el rendimiento de estos.
os lectores de esta revista y los profesionales del sector somos conocedores de la actual situación del sector de producción de leche y lo convulso que ha sido el pasado año 2021. Los precios del mercado lácteo ya hace años que se han vuelto más volátiles, pero en los últimos meses la situación es más crítica.
Almudena Molinero Argüello UNIFORM-Agri España almudena@uniform-agri.com
Según el último informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), entre 2020 y 2021 hubo un descenso del 6 % en ganaderías con entregas de leche, un descenso del 1,2 % en el censo de vacas adultas y, por el contrario, un incremento del 1 % en la leche entregada en todo el país, es decir, con menos ganaderías se ha producido más leche en el último año.
Esto es una consecuencia de la volatilidad del mercado, que marca una tendencia en la que, para aumentar la producción y los ingresos, se incrementa el tamaño del rebaño. Esto, además, permite diluir el coste por unidad. Así, las ganaderías que se mantienen activas tienden a aumentar su rebaño.
Pero también tiene una segunda lectura, y es que, para poder obtener estos resultados, el sector se va profesionalizando y tecnificando cada vez más, buscando acrecentar los ingresos mediante mejoras en la productividad, sin necesariamente incrementar el tamaño del rebaño, como, por ejemplo: instalando robots de ordeño y dando libre acceso a las vacas para ser ordeñadas, mejorando el confort de los animales en las naves, la reproducción o la alimentación.
Este sector es un claro ejemplo de gran capacidad de resiliencia, de adaptación a los cambios e inclemencias. La gran incógnita para los próximos años es si la tendencia seguirá siendo la misma o si, en cambio, el objetivo para subir los ingresos por producción cambiará y será, por ejemplo, poner en valor el producto servido: mejorar su calidad, haciendo venta directa o buscando conseguir más pluses en los pagos por producir más grasa y proteína y menos células. Viendo los datos de consumo de lácteos (MAPA enero 2022), que reflejan un descenso en el consumo de leche fresca (mientras que sigue siendo el lácteo más producido en este país) y un aumento en el consumo de quesos, sin duda es algo que hay que considerar de cara al futuro.
TECNIFICACIÓN DE LAS GANADERÍAS Y FLUJO DE DATOS
Es evidente que la innovación en el sector en las últimas décadas ha ayudado notablemente a impulsarlo. La introducción de tecnologías como el ordeño robotizado, amamantadoras para terneros, básculas y carros mezcladores informatizados, mejoras en genética como el uso de semen sexado, técnicas de diagnóstico por mediciones en leche o los acelerómetros (podómetros y collares) para detectar cambios en la actividad de los animales tienen gran potencial para mejorar la salud, bienestar y rendimiento reproductivo del rebaño (Rutten et al., 2013; Barkema et al., 2015).
Además, la aplicación de tecnologías es más frecuente en granjas de mayor tamaño, que se centran, por ahora, en sistemas que permiten reducir la mano de obra (Gargiulo et al., 2018). Teniendo en cuenta que hasta la fecha la tendencia en el sector es que las ganaderías que permanecen activas van incrementando el tamaño del rebaño, el uso de tecnologías de precisión es cada vez más frecuente.
Toda esta tecnología ha traído consigo un aumento de datos permanentemente disponibles para la gestión de la ganadería, lo cual, en principio, es beneficioso porque la producción de leche es un sistema de producción muy dinámico que requiere de toma de decisiones constante. Las herramientas informáticas de apoyo a la toma de decisiones se han convertido en elementos cruciales para la gestión de las explotaciones lecheras (Cabrera, 2018).
CONVIRTIENDO DATOS EN INFORMACIÓN
Sin embargo, en muchas ganaderías, a pesar del aumento de datos disponibles, importantes decisiones de gestión se siguen tomando de manera no programada y basadas en la intuición o experiencia propia (Groenendaal y Galligan, 2005). También sucede que todos los datos aportados por las nuevas tecnologías son infrautilizados, bien por falta de formación de las personas que trabajan en la granja, porque se lanza una nueva herramienta sin haber sido suficientemente validada, o porque no hay comunicación entre los sistemas utilizados en la granja (Barkema et al., 2015).
Muchos de los sistemas utilizados en granja son específicos para recopilar los datos generados por dispositivos y, posteriormente, analizar el funcionamiento de dichos dispositivos y maquinaria, pero no ofrecen una visión global de la situación del rebaño, sino que permiten trabajar en un ámbito de la explotación. Suele ocurrir, además, que no existe conexión o comunicación entre estos sistemas en una granja, por lo que se necesitan consultar varias pantallas y programas para poder analizar los datos y llegar a una conclusión.
Cuanta más tecnología se introduce en las ganaderías, más necesario se hace disponer de un programa de gestión que pueda integrar la información de todos los sistemas en un único sitio, consiguiendo así un marco de herramientas de apoyo a la toma de decisiones eficaz, más visual y comprensible, reflejando con precisión los acontecimientos que se producen en la granja (Giordano et al., 2011). Porque, si no… ¿de qué sirve disponer de todos estos datos? Por aclararlo, porque no es lo mismo datos que información. Cuando hablamos de datos, nos referimos a las medidas o valores que se recogen con la intención de hacer un análisis u obtener una referencia; la capacidad de recogerlos es cada vez mayor. En cambio, información es el resultado de la inspección y la transformación de los datos de manera que se puedan analizar y se creen conocimientos prácticos. Lo más habitual es que seamos consumidores de información, de datos que previamente han sido procesados por la herramienta (entiéndase programa informático), para mostrarlos de forma más visual y comprensible para el usuario.
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