PODOLOGÍA BOVINA RESPONSABLE
n esta nueva entrega dedicada a la salud de las pezuñas de nuestro rebaño, insistimos en la importancia del cuidado de este órgano para mantener a nuestros animales sanos y recordamos las consecuencias de un inadecuado recorte cuando no se lleva a cabo un tratamiento profesional oportuno, como son los daños irreversibles y el impacto económico en el negocio.
Juan Diego Cadavid G.
Medicina Veterinaria y Zootécnica Universidad CES Podólogo bovino especializado Dairyland Hoof Care Institute
INTRODUCCIÓN
La pezuña es una estructura sumamente importante para la adecuada locomoción del bovino. Lo primero de todo es la interfaz entre el animal y la superficie sobre la cual se encuentra parado. Entre las cuatro extremidades, cada una con dos dedos, se encargan de soportar la totalidad del peso de dicho cuerpo, repartiendo las cargas entre miembros anteriores y posteriores (60 % y 40 % respectivamente). La armonía de todas sus estructuras anatómicas hace que en condiciones normales todo funcione perfectamente y para esto debe haber un recorte periódico de pezuñas dentro de las actividades rutinarias de la ganadería.
¿QUÉ PASA CUANDO NO HAY UN PROGRAMA DE RECORTE DE PEZUÑAS PREVENTIVO?
Las pezuñas son un órgano del cuerpo en constante crecimiento que necesita estar en buen estado y más aún cuan- do hemos modificado las condiciones naturales para las que el animal está diseñado. Características como el ángulo, grosor de la suela, estabilidad de las paredes y longitud de esta son de vital importancia para el buen desempeño productivo y reproductivo; sin ellas, el animal no está 100 % confortable; existe dolor e incomodidad y la economía de la empresa empieza a verse afectada: tratamientos con medicinas, caída de la condición corporal, infertilidad y descarte.
Existen dos causas para que el ganado experimente cambios no deseados en sus pezuñas:
En ambos se evidencia que el apoyo cambia hacia zonas no aptas para soportar el peso del animal y afecta inicialmente a la tercera falange (hueso insertado en la pezuña), que es, quizá, una de las estructuras más importantes del pie bovino. Al recibir constantes presiones y traumas indebidos, el hueso reacciona ante las injurias, formando espículas y espolones óseos sumamente dolorosos, incómodos e irreversibles. Cabe anotar que las cojeras crónicas son cada vez más comunes en la ganadería moderna por falta de tratamiento profesional oportuno y efectivo.
¿CÓMO SE INICIAN LAS COJERAS?
La inadecuada presión sobre el hueso (tercera falange) genera una interrupción del flujo sanguíneo que, en este caso, sería el “alimento” para la fabricación de tejido córneo sano. Cuando este no llega adecuadamente, el tejido de la zona de apoyo empieza a perder calidad hasta el punto de morirse (necrosis) y exponerse a las bacterias oportunistas del me- dio ambiente formando úlceras, abscesos e infecciones difusas de muy mal pronóstico si no se tratan en el menor tiempo posible.
Los tratamientos en estos animales problema (toros reproductores y vacas) son costosos para la empresa y muy complejos para nosotros como veterinarios especialistas en el tema, más aún cuando nos reportan situaciones que llevan mucho tiempo en su evolución, es decir, cojeras crónicas. Los daños irreversibles y el impacto económico dentro del negocio empiezan a tomar fuerza, y dejan incalculables pérdidas.
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