ASPECTOS DE BIENESTAR ANIMAL EN EL DISEÑO DE INSTALACIONES PARA VACUNO LECHERO
Vaca lactante tumbada fuera de la zona de descanso.
Cada vez más estudios científicos sobre el bienestar animal en la producción lechera actual intentan desarrollar estrategias para optimizar la rentabilidad de las explotaciones. El objetivo de este artículo es describir algunos aspectos de bienestar relacionados con las instalaciones lecheras, haciendo especial hincapié en las zonas de descanso y en los corrales de parto.
Deborah Temple, Eva Mainau, Xavier Manteca Universidad Autónoma de Barcelona
La producción de leche se está intensificando cada vez más: aumenta el tamaño medio de las explotaciones de vacas de leche así como la producción por vaca presente en la explotación. La cuota láctea media por explotación aumentó de unos 38.000 kg aproximadamente en 1993 a 259.000 kg en 2010. Estos cambios drásticos en el sector vienen también acompañados por cambios en las instalaciones y en el manejo de los animales. La intensificación del sistema de producción permite tener un mejor control sobre el manejo de los animales, sin embargo puede dar lugar a nuevos problemas relacionados con su bienestar.
Cada vez más estudios científicos sobre el bienestar animal en la producción lechera actual intentan desarrollar estrategias para optimizar la rentabilidad de las explotaciones. El objetivo de este artículo es describir brevemente algunos aspectos de bienestar relacionados con las instalaciones para las vacas de leche, haciendo especial hincapié en las zonas de descanso y en los corrales de parto.
Tipos de sistemas de alojamientos y su relación con el bienestar
Una proporción muy baja de vacas de leche en España tienen un acceso permanente o estacional a los pastos. Para algunos, esta falta de acceso a la pastura se percibe como una amenaza para el bienestar de las vacas de leche. Incluso, algunos países han aprobado leyes que obligan a proporcionar a las vacas lecheras algún tipo de acceso a los pastos. Sin embargo, de momento, no hay evidencias claras que demuestren que el bienestar de las vacas sea peor si no tienen acceso a los pastos. De hecho, los sistemas de producción al aire libre pueden también presentar alguna amenaza para el bienestar de los animales (ver cuadro).
Mediante estabulación libre, las vacas tienen libertad para desplazarse por las áreas disponibles, pero siguen confinadas dentro de un espacio limitado. La estabulación de los animales puede ser en parques con cama caliente o con cubículos.
Recientemente, varios estudios intentaron comparar el bienestar de las vacas de leche entre estos sistemas de producción con un enfoque en los indicadores de salud. Así pues, parece ser que la incidencia de problemas de pezuña es más elevada en vacas alojadas en cubículos que en parques (Haskell y col., 2006). Por otro lado, el estado sanitario de la ubre es generalmente peor en sistemas libres en parques que en estabulaciones con cubículos (Whitaker y col., 2000). Por lo tanto, basándonos en estos dos indicadores de salud (estados de la pezuña y de la ubre), resulta difícil decidir qué tipo de sistema de alojamiento es mejor para la salud del animal. En cuanto a los resultados obtenidos sobre el comportamiento, dependen mucho de la variabilidad de instalaciones dentro de un mismo sistema, como el tamaño de los cubículos, el tipo de suelo y el manejo. Por consiguiente, resulta difícil hacer generalizaciones sobre el bienestar de los animales comparando los sistemas de alojamiento sin tener en cuenta los detalles de las instalaciones y del manejo en cada sistema. A continuación, comentaremos algunos aspectos del diseño de las estabulaciones con cubículos que pueden interferir en la conducta de reposo de la vaca.
Conducta de reposo y diseño de los cubículos
Aunque existe bastante diversidad en cuanto a recomendaciones sobre el tiempo de reposo, muchos autores están de acuerdo en que las vacas deberían estar tumbadas como mínimo entre 12 y 14 horas al día para optimizar su bienestar y su producción de leche. Varios estudios han demostrado que la producción de leche es mayor cuando las vacas pueden descansar echadas un número suficiente de horas. Esto, a su vez, obedece a dos motivos: en primer lugar, el flujo sanguíneo en la glándula mamaria es entre un 15 y un 25% superior en una vaca tumbada que en una vaca de pie. Por lo tanto, a lo largo del día, el aporte de nutrientes a la ubre será tanto mayor cuanto más largo sea el periodo de descanso del animal; en segundo lugar, las vacas reducen la ingestión de materia seca —que es uno de los principales factores que limita la producción de leche— cuando no pueden descansar todo el tiempo que necesitan. Concretamente, se ha visto que las vacas reducen el tiempo dedicado a la ingestión de alimento hasta 30 minutos por cada hora adicional que se ven obligadas a estar de pie. Además la conducta de reposo parece ser una conducta prioritaria o, dicho de otra manera, para la cual la vaca muestra una motivación muy alta. Esto se ha puesto de manifiesto en trabajos en los que, de forma experimental, se ha mantenido a los animales sin comida y sin posibilidad de tumbarse durante un cierto tiempo. Cuando, acabado el periodo de restricción de comida y descanso, se permite que los animales escojan entre comer o echarse, las vacas prefieren tumbarse antes que comer.
Podemos evaluar el confort de la vaca utilizando dos tipos de indicadores basados en el animal: 1) indicadores de la conducta de reposo y 2) indicadores de lesiones y enfermedades. La observación de la secuencia de movimiento que las vacas muestran para tumbarse puede ser muy valiosa a la hora de valorar el diseño de las instalaciones. Así pues, una serie de indicadores de comportamiento pueden ser utilizados de manera práctica para poner de manifiesto un eventual problema de falta de confort:
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