NUTRICIÓN Y FERTILIDAD EN GANADO LECHERO
RESUMEN
En esta revisión se analizan los últimos antecedentes sobre la relación entre la nutrición y fertilidad en ganado lechero. Se establece la importancia de los niveles sanguíneos de glucosa en el postparto temprano y su relación con la fisiología de algunas hormonas tales como la insulina, IGF-I y somatotrofina. Se resalta la importancia de la inmunosupresión de la vaca durante el periparto y su relación con el exceso de tejido adiposo que establece un estado pro-inflamatorio característico asociado con la aparición de enfermedades metabólicas y reproductivas, que afectan el rendimiento productivo y la fertilidad del ganado lechero.
Pedro Meléndez*, Julián Bartoloméb
INTRODUCCIÓN
Los pilares fundamentales de cualquier sistema de producción animal son la nutrición, reproducción, sanidad, bienestar animal, genética y recursos humanos. Ellos se interrelacionan íntimamente y determinan la eficiencia productiva y la rentabilidad del sistema. La relación entre la nutrición y la fertilidad ha sido ampliamente estudiada en todo el mundo y aun continua siendo un área de considerable investigación. Una adecuada fertilidad no se verá expresada si la nutrición y el manejo alimentario son sub- óptimos. En esta revisión se abordarán algunos aspectos básicos y generales que caracterizan esta relación en el ganado bovino lechero. Particular énfasis se indicará cuando haya diferencias marcadas entre hatos manejados en confinamiento o en base a pastoreo.
Conceptos básicos
La fertilidad es un concepto amplio y complejo y sus indicadores son muy variados y relativos de interpretar. El indicador más certero, que abarca a la mayoría de ellos, es la tasa de preñez (TP) cada 21 días, y refleja el riesgo de una vaca de preñarse en 21 días. Puede estimarse multiplicando la tasa de detección de celos por la tasa de concepción (TDC x TC). Este indicador es ideal para sistemas continuos y con inseminación artificial (IA), y más difícil de interpretar en hatos que usan monta natural y que además concentran sus pariciones, típico de sistemas de pastoreo. Una nutrición óptima se verá reflejada en una mayor TP siempre y cuando el bienestar del animal y el manejo general sea el adecuado(1).
El manejo nutricional se debe enfocar hacia una óptima producción de leche, sin descuidar la sanidad y la fertilidad del animal. Cuando se alimenta solo para optimizar la producción de leche, la fertilidad se puede ver deteriorada. Esta relación inversa ha sido reportada en forma consistente(2,3).
Debido al avanzado progreso genético, las vacas lecheras en la actualidad pueden incluso llegar a producir cantidades de leche inimaginables para el ser humano. En la raza Holstein, por ejemplo, se han reportado producciones de hasta más de 15,000 kg de leche por lactancia o 50 kg de leche/vaca/día en promedio, con producciones al pico de lactancia de 80 L/día. Desafortunadamente, la capacidad de consumo de alimento de esta vaca es limitada como para cubrir este nivel de producción y el animal debe recurrir a sus reservas corporales(4,5). Al mismo tiempo, el animal debe priorizar aquellos procesos fisiológicos vitales. En este caso, los procesos reproductivos son secundarios para el animal cuando se trata de producir leche(6). Los efectos de una nutrición inadecuada puede afectar la condición corporal (CC), aumentar la incidencia de anestro y disminuir las TC(7-10).
ARTICULO COMPLETO AVANCES SOBRE NUTRICION Y FERTILIDAD EN GANADO LECHERO-REVISION