DE LA ALIMENTACION A LA LECHE COMPRENDIENDO LA FUNCION DEL RUMEN 3

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DE LA ALIMENTACION A LA LECHE COMPRENDIENDO LA FUNCION DEL RUMEN 3

Estas diferencias entre leguminosas y gramíneas pueden influir en cómo se formulan las raciones de acuerdo al FDN y la ingesta de materia seca del forraje.

Las porciones de CNE de los forrajes pueden también influenciar la digestión. Las pectinas se encuentran en las leguminosas pero son insignificantes en las gramíneas. Las pectinas pueden fermentar en el rumen tan rápidamente como el almidón, pero estas formas acetato en lugar de propionato. Los ß-glucanos, que son un importante componente de las gramíneas, fermentan más lentamente.

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El FDN encontrado en la mayoría de los ingredientes de los concentrados, es menos efectivo debido al fino tamaño de sus partículas, mayor densidad, superior digestibilidad y un pasaje más rápido por el rumen que el FDN del forraje. La mayoría de los concentrados tienen partículas demasiado finas para proporcionar una suficiente estera en el rumen, mantener normal el tejido epitelial del rumen y estimular la suficiente masticación y eructo de los gases. Por estas razones, se recomienda generalmente que la mayoría del FDN en la dieta sea en la forma de FDN del forraje.

Las fracciones de CNE de granos de cereales contienen usualmente sobre el 80 por ciento de almidón. La mayoría de los alimentos de subproductos contienen una gran porción de fracciones de CNE tales como almidón y lo restante en forma de azúcares y pectinas. En los ingredientes de concentrados, la disponibilidad y tasa de digestión del almidón depende de la fuente del grano y método de procesamiento.

Un buen balance entre las fracciones de carbohidratos es necesario para mantener la función normal del rumen y el metabolismo (Tabla 16).

Los extremos en cualquier dirección pueden afectar adversamente el rendimiento y la salud del animal. Por ejemplo, si los forrajes son cortados muy finos, entonces la efectividad de la fibra presente para proporcionar una estera para la función microbiana y una buena estimulación de la motilidad del rumen se ve reducida. La baja digestibilidad del forraje puede también reducir la efectividad de la fibra presente. A fin de mantener el rumen funcionando normalmente, se deben asegurar mínimos niveles de forraje y la adecuada longitud de las partículas de forrajes ensilados.

La baja fibra, tanto de FDA como de FDN, en la ración pueden resultar en la falta de forraje y/o forraje de extremadamente alta calidad (principalmente los cortes de comienzos de primavera o de finales de otoño). La carencia de fibra puede disminuir la prueba de materia grasa de la leche, bajar la producción y causar problemas metabólicos, como la acidosis ruminal y enfermedades infecciosas. Estos problemas pueden ser controlados si se siguen las sólidas pautas para la cosecha del forraje, tamaño de la partícula de forraje, ingesta de FDN del forraje e ingesta de materia seca del forraje.

Una adecuada ingesta de CNE es necesaria para proporcionar la suficiente producción de ácido propiónico que ayude a satisfacer las necesidades de energía del animal, permita la adecuada síntesis de proteína microbiana y mantenga la normal la digestión de fibra así como otras funciones del rumen.

La insuficiencia de CNE puede disminuir la energía disponible para la producción de ácido propiónico y láctico, reducir la síntesis de proteína microbiana y disminuir la digestión de fibra. El exceso de CNE puede disminuir la digestibilidad de la fibra, la producción de ácido acético y el porcentaje de materia grasa de la leche, así como causar anormalidades en el tejido del rumen, que puede llevar a la aparición de úlceras y abscesos hepáticos.

Grasas

La grasa o extracto etéreo puede ser utilizado como fuente de energía para las vacas lecheras de alta la producción. La grasa es aproximadamente 2.25 veces más rica en energía que la proteína o los carbohidratos en igualdad de valores. Sin embargo, los microorganismos del rumen no pueden tolerar grandes niveles de grasa. Los tipos y niveles de grasa utilizados en las raciones de ganado lechero debieran ser examinados a fondo tanto nutricionalmente como económicamente.

El principal componente lípido de los forrajes es el galactolípido, que consiste de glicerol, galactosa y ácidos grasos insaturados (fundamentalmente linoleico y ácido linolenico). Su concentración disminuye con la edad de la planta y variará según la proporción de hojas de los tallos.

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