EFECTO DE LA SUPLEMENTACIÓN CON MICROMINERALES INYECTABLES EN LA REPRODUCCIÓN EN LA VACA
Además de adaptar los protocolos habituales durante la etapa reproductiva, el resultado llega cuando los folículos y los ovocitos se encuentran perfectamente tras haber crecido rodeados de todos los elementos que necesitan para su bioquímica. En este artículo nos centramos en la importancia del suministro de microminerales para mejorar la calidad ovocitaria y, por tanto, la fertilidad posterior.
Daniel Martínez Bello Doctor en Veterinaria, Embriove
El estado nutricional y el balance energético influyen no solo en el individuo en etapa reproductiva sino ya desde el periodo fetal, en el cual la mala alimentación de la madre repercute negativamente en los ovarios del feto hembra y en la capacidad posterior para reproducirse. Tras el nacimiento, un buen encalostrado no solo protege su vida sino que marca también un buen inicio del desarrollo posnatal posibilitando mejor ingesta, mayor peso al destete, mejor crecimiento y anticipación de la llegada de la pubertad. La producción en primer parto se ve favorecida por un buen encalostrado y la aptitud reproductiva también.
Las tecnologías embrionarias, transferencia embrionaria y fecundación in vitro representan un nivel de exigencia muy alto a nivel reproductivo y ofrecen muy buena información para evaluar el efecto
de determinadas técnicas de manejo, alimentación, efecto de aditivos, etc. sobre la calidad ovocitaria y el éxito reproductivo. Observamos de manera muy directa y rápida la calidad de los ovocitos y esta información es muy valiosa, sin necesidad de esperar a la preñez y, además, sabemos cuándo se produce o no la fecundación del ovocito o bien cuando se muere ya fecundado.
“LA REALIDAD ES QUE EN REPRODUCCIÓN TODO COMIENZA CON EL OVOCITO Y ESTA IMPORTANTE CÉLULA ES EXTRAORDINARIAMENTE SENSIBLE A FACTORES AMBIENTALES Y NUTRICIONALES”
La realidad es que en reproducción todo comienza con el ovocito y esta importante célula es extraordinariamente sensible a factores ambientales y nutricionales. Su respuesta a todo tipo de estrés, nutricional, térmico, de discomfort, dolor, etc. es muy similar, y sufren procesos oxidativos con producción de radicales libres que dañan su estructura y funcionalidad, lo que dificulta su capacidad fecundante y la posibilidad de lograr que un embrión sano llegue a término. Estos fenómenos son incluso visibles morfológicamente con una lupa al deteriorarse mucho las células que rodean al ovocito y su propio citoplasma.
La formulación de las raciones adaptadas a cada tipo de animal para cubrir las necesidades propias de su actividad, crecimiento o producción (nivel de producción) resulta básica a la hora de emprender programas reproductivos de alta exigencia, como son los programas de producción de embriones o de transferencia embrionaria, e incluso para la inseminación convencional. Sin embargo, variaciones en la composición de los alimentos respecto a lo previsto, problemas de conservación, presencia de hongos, oxidación de nutrientes por aireación y paso del tiempo, pueden hacer muchas veces que dentro del rumen de las vacas o novillas no haya lo que pensamos o no en cantidad suficiente. Otras veces debido a interacciones entre compuestos, estos están ahí pero su absorción en el intestino no se produce o está muy limitada. El balance entre energía y proteína y un nivel apropiado de fibra resultan críticos para mantener un ambiente adecuado para la creación del óvulo, la fecundación y el desarrollo del embrión. La energía es probablemente el factor más crítico de todos. Cuando el balance energético es negativo, el desarrollo de los ovocitos se ve muy afectado por un periodo largo. Además, la carencia energética no suele estar sola sino que otros nutrientes agotan sus reservas y/o no son ingeridos en cantidad suficiente. Es realmente difícil mantener un nivel de alimentación que cubra las necesidades por igual de todas las vacas de la granja produzcan 30, 40 o 70 kg o más de leche por día. Incluso animales con buen aspecto de desarrollo corporal y estado de carnes pueden presentar niveles inadecuados de vitaminas y/o de oligoelementos. Lo mismo sucede con las novillas creciendo a gran velocidad. Los microminerales, oligoelementos y vitaminas intervienen en muchas reacciones químicas y enzimáticas en el folículo y en el ovocito. Un nivel adecuado es necesario para que los procesos biológicos ocurran de forma sincrónica y no se den fenómenos de degeneración prematura de los gametos (Bagath et al., 2019). Son muchos los elementos con función conocida en los procesos reproductivos, pero destacan en importancia el selenio (Se), el cobre (Cu), el zinc (Zn), el manganeso (Mn), el cobalto (Co), el yodo (I), el hierro (Fe) o el molibdeno (Mo). El efecto del Se es especialmente conocido como agente antioxidante en el folículo y el ovocito, junto con el betacaroteno y la vitamina E, de los más importantes de la naturaleza. Asegurar un suministro importante de Se ayuda mucho a mejorar la calidad ovocitaria y, por tanto, la fertilidad posterior.
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