Sáb. Dic 21st, 2024

FACTORES QUE DETERMINAN LA INMUNIDAD INNATA DEL INTESTINO EN BECERRAS Y SU RELACIÓN CON EL ADECUADO DESARROLLO DURANTE LA LACTANCIA

OEA Por OEA Mar23,2023

 

 

 

 

 

FACTORES QUE DETERMINAN LA INMUNIDAD INNATA DEL INTESTINO EN BECERRAS Y SU RELACIÓN CON EL ADECUADO DESARROLLO DURANTE LA LACTANCIA

INTRODUCCION

Los estudios realizados en México indican que de un 33 a 42% de las vacas de un establo deben ser reemplazadas por diferentes motivos cada año. Considerando que sólo un 50% de los partos tendrá como resultado una hembra, esto dejaría sólo una muy pequeña tasa de mortalidad probable en la crianza de becerras, si el establo quiere ser autosuficiente.

MVZ Raúl F. Cortés Coronado. NUTRIAD MÉXICOr.cortes@nutriad.com

Los estudios realizados en México indican que de un 33 a 42% de las vacas de un establo deben ser reemplazadas por diferentes motivos cada año. Considerando que sólo un 50% de los partos tendrá como resultado una hembra, esto dejaría sólo una muy pequeña tasa de mortalidad probable en la crianza de becerras, si el establo quiere ser autosuficiente.

La situación de reemplazos se vuelve crítica por dos circunstancias. En primer lugar que las mortalidades y desechos durante el proceso de crianza, pueden llegar a ser hasta el 50% de las becerras iniciadas. En segundo lugar, los estudios en México también muestran que una gran cantidad de las becerras llegarán entre 478-597 días al primer servicio, con lo que no será posible tenerlas listas al parto a los 24 meses de nacidas, lo que permitiría llegar a la tasa de reemplazo necesaria. Adicionalmente se debe considerar el costo de mantener una vaquilla sin que sea productiva, más allá de los 24 meses. Esto implica entonces que se debe trabajar fuertemente para lograr mejorar la supervivencia de las becerras y que además llegan a mejor productividad.

La crianza de la becerra inicia desde la inseminación y gestación. Los bajos pesos al nacimiento tienen un componente genético importante, pero también la alimentación de la madre determinará el resultado al parto. Un peso mayor a los 40 kg al nacimiento, aumenta notablemente la posibilidad de supervivencia de la becerra.

Una vez nacida, la becerra debe ser calostrada de manera óptima. En México también se han realizado estudios que muestran que el contenido de inmunoglobulinas varía de 77-101 mg/l, lo que supone que en general es muy bueno. La becerra bien calostrada debería consumir al menos 100 mg de Inmunoglobulinas en las primeras 12 h de vida, lo que le llevaría a conseguir elevar en sangre más allá de 15 mg/ml. Se considera que un valor por debajo de este punto, incrementa la posibilidad que la becerra sufra de diarreas y otras infecciones que provocan neumonía.

La falta de una adecuado periodo de calostro, implica, como ya se mencionó, mayor propensión a Diarreas (las más frecuentes por E. coli, Rotavirus, Coronavirus, Criptosporidium) que causan atrofia de vellosidades, diarrea osmótica, anorexia, fiebre y eliminación alterada de electrolitos. Todos estos factores hacen que las becerras con cuadros diarreicos en los primeros 3 meses de vida, tengan más de 2.5 la posibilidad de ser vendidas por no ser aptas para el reemplazo y de 2.9 veces más de que tengan su primer parto, arriba de los 800 días de vida.

Después de la fase de Calostro, iniciará la lactación propiamente dicha. Las becerras no nacen con un Rumen desarrollado, de ahí que al alimentarse de leche en las primeras semanas, se active la escotadura esofágica, permitiendo que la leche pase directamente al abomaso y de ahí inicie la digestión de la misma manera que en los monogástricos. El periodo de lactancia puede durar hasta 8 -12 semanas, dependiendo de cada establo. La condición típicamente utilizada para el destete se basa en que la becerra sea capaz de consumir alimento suficiente (de 0 hasta llegar a 600-750 g/día) lo que permitirá utilizar dietas más complejas en ingredientes y desarrollar completamente el Rumen. Las siguientes fases del desarrollo, se basan en estas primeras semanas, el periodo de pubertad a primer servicio está íntimamente ligado al peso que haya alcanzado la becerra al destete, obviamente la edad al primer servicio condicionará la edad al primer parto.

En este trabajo no trataremos las diferencias entre sustitutos de leche o la leche entera, o si se usan programas ad libitum o racionados (típicamente la alimentación en cubeta reduce el consumo de alimento total y la ganancia acumulada por día). Típicamente una becerra deberá consumir de 8 a 10% de su peso vivo diario, en leche, lo que nos llevará a un consumo total posiblemente de 120 L de leche y aproximadamente 13 kg de concentrado, para llegar al destete. Nos centraremos en las situaciones que suceden en el intestino a partir de que se inicia la ingestión de la leche, sobre todo en cómo es que se da el crecimiento y maduración de los órganos digestivos.

INTERACCIONES DEL SISTEMA ENTEROCITO-MICROBIOTA

La salud de la Becerra, dependerá en principio de que haya sido adecuadamente calostrada, las condiciones del medio ambiente donde se efectuará la lactancia y de la propia capacidad del animal para defenderse de los posibles patógenos. Las condiciones que incurren en la relación Microbiota-Alimento-Enterocito-Sistema inmune en las becerras determinarán la productividad de las mismas en el resto de su vida.

En primera instancia debemos tomar en cuenta que al nacimiento implica el primer contacto con la microbiota, ya que en las condiciones del útero, el animal está en un medio estéril. A partir del parto se inicia el periodo de colonización por la microbiota durante las primeras semanas de vida. La colonización por la microbiota no ocurre como un fenómeno aislado en la primera semana. En el aparato digestivo de la becerra se desarrollan muy importantes cambios adaptativos tanto cualitativos como cuantitativos. Los enterocitos de estos primeros días son pequeños y aún no tienen su estructura diferencial que presentarán en las siguientes fases del desarrollo. Tienen además una capacidad enzimática no desarrollada y las uniones fuertes, características de este epitelio no están aún totalmente selladas, por lo cual, las proteínas del calostro, especialmente las inmunoglobulinas, pueden alcanzar la sangre sin cambiar su forma química. No recibir alimento tempranamente implica también que el catabolismo de anticuerpos sea más rápido y por lo tanto dar acceso al alimento es muy importante para cumplir correctamente los requerimientos de la Becerra en las primeras horas de vida sin que use otras reservas corporales.

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