ESTRÉS CALÓRICO EN BOVINOS
Las elevadas temperaturas registradas en las zonas de producción de leche y carne en Chile suelen ocasionar un cuadro de estrés en los animales y, con ello, una baja importante en su productividad, salud y bienestar. A continuación, se dan a conocer algunas alternativas para paliar los efectos ocasionados por este problema.
Ximena Fernández S
En los últimos años las temperaturas registradas en primavera y verano han aumentado, lo que a su vez ha contribuido a alterar el confort térmico de los bovinos y, por ende, su bienestar.
“Esto afecta la productividad y fertilidad de las vacas”, dice Alejandra Viedma, coordinadora del Programa de Bienestar Animal del Consorcio Lechero.
Una prueba de esta situación son los eventos de calor extremo ocurridos entre las regiones Metropolitana y de Los Ríos en enero de 2017, situación que se repitió en noviembre de ese mismo año entre las regiones Metropolitana y del Maule.
A juicio de Paula González (MV, Ph.D), investigadora de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Agropecuarias de la Universidad de Melbourne en Australia, la ocurrencia de estos fenómenos climáticos es preocupante, ya que el sector comercial lácteo y de ganado de carne bovina se ubica entre las regiones Metropolitana y de Los Lagos, zona donde existen las mejores condiciones para alcanzar niveles competitivos de producción. Por su parte, Alejandra Viedma hace hincapié en que la experiencia ha demostrado que el ganado que vive en ambientes confortables, con buena ventilación y manejo del estrés calórico, produce más leche y tiene una vida más larga y saludable.
El estrés térmico
El estrés térmico se produce cuando el aumento de la temperatura ambiental hace que el animal pierda su capacidad de termorregulación.
“Esto significa que el animal no logra un equilibrio entre la generación de calor metabólico, derivado de procesos fisiológicos y de la digestión de alimentos, y su disipación al ambiente”, explica Paula González.
Sergio Iraira, ingeniero agrónomo e investigador de INIA Remehue señala que existe un rango de temperatura en que el animal se encuentra en una zona de confort térmico, el que iría entre los 5°C y 25°C para vacunos de leche y -5°C y 29°C para vacunos de carne.
La condición de estrés calórico como tal no solo es causada por altas temperaturas, sino que también se relaciona con la humedad relativa. Es una combinación de ambas. En consecuencia, el escenario propicio para que ocurra este fenómeno en los animales suele darse en primavera y, en especial, en verano.
“Se ha desarrollado un índice ITH (índice de temperatura y humedad), que considera ambas variables —temperatura y humedad— pudiendo predecirse el comienzo de condiciones estresantes para el ganado con valores de ITH por encima de 68”, señala Enrique Bombal, regional market development manager cow longevity Latinoamérica e integrante del comité de bienestar animal del Consorcio Lechero.
Paula González, concuerda con Bombal en que la situación se torna tremendamente peligrosa para los animales si el índice sobrepasa los 80. Cabe destacar que las condiciones climáticas conducentes a este tipo de estrés son los aumentos súbitos de temperatura. Un ejemplo de ello es cuando se dan mañanas tibias, seguidas por un alza de temperatura a medio día y un calor que se extiende hasta la noche.
“Los cuadros de estrés en bovinos se pueden generar cuando la temperatura ambiental se eleva sobre los 22°C – 25°C, y hay una alta humedad, baja ventilación y alta radiación solar”, indica Paula González.
Es importante tener en cuenta que cuando se alcanza un ITH 68, las vacas lecheras a menudo están expuestas a temperaturas de 22°C y alrededor de 45% de humedad relativa. El ganado de carne, por su parte, como es un poco más resistente debido a su menor tamaño corporal, recién comienza a mostrar signos de estrés térmico sobre un ITH 74. No obstante, este índice se vuelve peligroso o mortal para estos animales cuando supera el valor 84.
Según antecedentes aportados por Sergio Iraira, durante los últimos seis años, entre las regiones Metropolitana y de Los Lagos, las vacas lecheras están sometidas a estrés entre un 1,3% y un 15% del año.
“Un aspecto que resulta relevante conocer para definir prácticas de mitigación es saber el horario en que se puede presentar esta condición durante el día”, dice Sergio Iraira. Sobre lo que él plantea, se conoce que el periodo de estrés térmico o calórico fluctúa principalmente entre las 12:00 y 17:00, aunque este rango puede ampliarse a medida que nos acercamos a la zona central.
ARTICULO COMPLETO LAS CLAVES PARA MITIGAR EL ESTRES CALORICO EN BOVINOS