Sáb. Oct 5th, 2024

LAS TERNERAS TAMBIÉN TIENEN PROBLEMAS DE CUAJAR

OEA Por OEA Abr23,2019

 

 

 

PROBLEMAS DE CUAJAR     

Juan Vicente González Martín. DVM, PhD ,Dipl. ECBHM. Profesor Titular Dpto. de Medicina y Cirugía Animal, Facultad de Veterinaria, UCM TRIALVET Asesoría e Investigación Veterinaria SL. (www.trialvet.com / e-mail: trialvet@trialvet.com)

En los últimos tiempos la recría recibe cada vez más atención. Cada vez son más las granjas que aplican los principios de la medicina de la producción a esa parte tan importante de la granja. Conscientes de que el coste de la recría es el segundo coste más importante en la producción láctea, solamente por detrás del coste de la alimentación, los ganaderos y todos los que trabajamos alrededor de ellos tratamos de optimizarla. Para conseguirlo nos ocupamos, por un lado, de reducir costes y por otro nos centramos en la alimentación y en la profilaxis de las enfermedades.

Los objetivos, como todo el mundo sabe, son que las novillas hagan el primer parto a los dos años de edad o incluso antes, con el mayor tamaño y con la mejor salud posible; y conseguir el menor número de bajas, incluyendo entre estas los animales que se envían al matadero por no quedar gestantes, abortar o sufrir enfermedades.

Desplazamiento de abomaso en novillas

Dos han sido las principales enfermedades en las que se ha centrado la atención. Por un lado, en el primer mes de vida, la diarrea neonatal; y por otro, hasta los seis meses de edad o algo más, la neumonía. Esas dos enfermedades son las causan- tes de la mayor parte de los problemas médicos y de la mortalidad en la recría. Sin embargo, como todos podemos suponer, las enfermedades que pueden afectar a las novillas no se limitan a esas dos; hay una pléyade de procesos, tanto infeccio- sos como no infecciosos, que pueden afectar a cualquier órgano de nuestras novillas.

Entre los no infecciosos, denominados normalmente patología médica, están todos los relacionados con los problemas de la nutrición, que pueden afectar directa o indirectamente a cualquier órgano del cuerpo, entre ellos el abomaso, más conocido como cuajar.

El cuajar es el más grande de los cuatro estómagos de las terneras recién nacidas. En el primer mes de vida casi todo el alimento que tomará la ternera será leche. Como esta pasa directamente al cuajar, evitando el retículo, el rumen y el librillo por medio de la gotera esofágica, hace que sea este cuarto estómago el más desarrollado.

Poco a poco la ternera irá comiendo cada vez más concentrado, el cual va primeramente al rumen, haciendo que este órgano crezca más y más hasta alcanzar los 150 litros de capacidad de una vaca adulta. Debido a que durante un tiempo el cuajar es el estómago más grande sería lógico pensar que en él podrían asentar la mayor parte de los problemas digestivos, pero la gran prevalencia de los problemas diarreicos en el neonato hace que no se le preste mucha atención. Sin embargo el cuajar sí puede sufrir enfermedades en el periodo de lactancia.

Quizá la más frecuente sea la úlcera de abomaso, aunque también pueden darse otros problemas como la abomasitis infecciosa, la dilatación de abomaso sin desplazamiento, denominada timpanitis abomasal, e incluso ¡desplazamientos de abomaso!

Todos asociamos el desplazamiento del cuajar a la vaca recién parida, que en su mayor parte suelen darse en el lado izquierdo.
El primer desplazamiento de cuajar a la izquierda fue diagnosticado por Begg en 1950 y unos años después, en 1952 Jones diagnosticó el primer desplazamiento de cuajar a la izquierda en una novilla de tres meses de edad. Pero antes, en 1925, Lagerlof había diagnosticado el primer caso de desplazamiento a la derecha en una vaca, y el primer caso de desplazamiento a la derecha en ternero, un vólvulo para ser más exactos, fue diagnosticado en 1898, por Carougeau y Prestat. Por lo tanto hace ya más de ciento veinte años que se conoce el desplazamiento derecho de abomaso en terneros, siendo el vólvulo se denomina así al abomaso que se dilata y se levanta en el lado derecho y después se retuerce, como se hace con los globos para hacer figuritas, la forma de desplazamiento de abomaso más frecuente en las terneras lactantes, aunque en menor medida también se dan casos de cuajar desplazado a la izquierda.

El desplazamiento a la izquierda del abomaso en los terneros tiene un aspecto distinto que en las vacas. En el ganado adulto, la vaca con cuajar dilatado a la izquierda muestra, normalmente, el flanco izquierdo detrás de la última costilla hundido, debido por un lado al desplazamiento del rumen a la derecha y por otro a la disminución del volumen ruminal por el descenso del consumo de alimento. Sin embargo, en el ternero, el cuajar dilatado es proporcionalmente mucho más grande y el rumen mucho más pequeño, ocupando todo el lado izquierdo del abdomen del animal y haciendo protrusión en el hueco del flanco izquierdo. Por ello es muy común que el encargado de las terneras piense que lo que tiene dilatado es el rumen y lo confunda con un caso de timpanismo ruminal.

Realmente a simple vista no se puede diferenciar, es necesaria una exploración clínica. Después del destete y a medida que las novilla tienen más edad va aumentando la probabilidad de desplazamiento a la izquierda frente a la derecha, pudiendo aparecer incluso en forma de brote, como el publicado por Medina-Cruz y colaboradores en 1990 en un centro de recría de novillas en México, en el que aparecieron cincuenta casos provocados por un error de alimentación sumado a un brote de neumonía.

A veces también aparecen cuajares izquierdos en las novillas poco antes del parto, con el mismo aspecto que tienen en la vaca parida. El desplazamiento a la izquierda del cuajar es por tanto un importante diagnóstico diferencial en terneros con distensión abdominal izquierda. Aunque el desplazamiento a la izquierda no es tan grave como a la derecha, existiendo incluso casos en novillas en los que se cura solo,

producirá descenso del consumo, disminución del crecimiento y con el tiempo se producirán úlceras, que cuando se perforen, provocarán que el animal termine muriendo de una forma más o menos rápida. Por ello lo mejor es, una vez se diagnostica el desplazamiento, operar cuanto antes para lograr un mejor pronóstico.

Al igual que en las vacas se puede operar de diversas maneras. Si la novilla es grande se interviene por el lado izquierdo o por el derecho, pero en novillas pequeñas el mejor abordaje es abriendo por la zona ventral, entre el ombligo y el esternón. También se puede intentar el tratamiento conservador rodando la novilla para pasar el cuajar del lado izquierdo a su posición normal, en el centro del abdomen y un poco ladeado a la derecha. El método del rodado, si bien evidentemente es muy barato, no es definitivo y con una alta probabilidad la novi- lla volverá a reproducir la enfermedad unos días después, pudiendo en algunos casos producirse un vólvulo en el lado derecho que obligará a operar de urgencia si queremos salvar su vida.

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