MANTENER UN CONTROL SOBRE EL RIESGO DE CETOSIS DURANTE LA TRANSICIÓN
Nick Gibbon comparte consejos sobre cómo ayudar a los ganaderos lecheros a manejar esto como parte de un programa efectivo.
Como veterinarios, desempeñamos un papel importante en apoyar a los ganaderos para implementar una buena estrategia de manejo durante la transición en el día a día del rebaño. Es posible limitar las enfermedades de transición mediante la gestión cuidadosa del período desde 60 días antes del parto hasta 30 días después del parto, utilizando datos de salud del rebaño para informar las decisiones de manejo y ayudar a minimizar el riesgo de cetosis y fiebre de la leche.
Aunque existen algunas pautas claras para las asignaciones de espacio y los objetivos de ingesta, un manejo exitoso de la transición debería implicar una discusión entre el ganadero y el veterinario para equilibrar la ciencia con lo que es mejor para la vaca en las instalaciones disponibles. Junto con las enfermedades y el bajo rendimiento, la incidencia de cetosis tendrá un impacto negativo significativo en la salud reproductiva de una vaca. Por ejemplo, un caso de cetosis podría retrasar el retorno de una vaca a la ciclicidad, reducir las tasas de concepción en el primer servicio o retrasar el primer servicio.
Por lo tanto, teniendo en cuenta estos factores de riesgo, las vacas en transición necesitan un manejo cuidadoso para minimizar el potencial de problemas de salud y fertilidad a largo plazo.
Decisiones informadas
Un programa de monitoreo de vacas recién paridas bien administrado es increíblemente valioso para identificar animales con un mayor riesgo de cetosis.
A través del uso de herramientas como software específico que captura datos de salud de la vaca, fertilidad y producción de leche, puedes trabajar con los ganaderos para identificar vacas que representen un mayor riesgo de cetosis y elaborar planes de manejo dirigidos para cada individuo.
Los factores de riesgo para la cetosis incluyen un historial de puntaje de condición corporal (BCS) alto de más de 3.5, períodos de lactancia más largos, problemas de cojera, parto gemelar o vacas mayores. Esto debe conocerse al menos un mes antes del parto, para que se puedan realizar ajustes en el plan de manejo de transición de la granja para prevenir problemas.
Las soluciones para vacas de alto riesgo podrían incluir la administración de un bolo de monensina tres a cuatro semanas antes del parto para ayudar a cerrar la “brecha energética” que conduce a la cetosis, secarlas antes o moverlas al corral de transición más pronto. También existe valor en dar al personal una conciencia de cómo se ve una vaca de alto riesgo. El control de la fiebre de la leche en la dieta de transición es una consideración clave, con el objetivo final de ayudar a las vacas a movilizar el calcio de manera más efectiva alrededor del momento del parto. Esto se puede lograr mediante la restricción de calcio, dietas parciales o completas de equilibrio catión-aniógeno, o usando un aglutinante de calcio.
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