“NO PODEMOS SABER SI TODAS LAS VACAS SON FELICES,

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PERO SÍ PODEMOS SABER CUÁL ES LA VACA INFELIZ

A finales de marzo se ha celebradoen Grecia la última reunión del programa DairyCare, un proyecto de la UE que investiga sobre el bienestar de los animales lecheros. Presente en más de 30 países, DairyCare finaliza este año con un objetivo: presentar un plano de acción a la industria lechera con una serie de medidas que mejoren la calidad de vida de estos animales. De ello nos habla el catedrático de Producción Animal en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona e inmerso en dicho programa.

Irene Quintela. Enviada especial a Bruselas

¿Qué es DairyCare y cómo nació este programa?
DairyCare es una Costaction de la Unión Europea. Las Costaction son uno de los programas que tiene la UE para fomentar el intercambio de conocimientos entre los diferentes países; esta en concreto está centrada en los temas relacionados con el bienestar de los animales lecheros.El proyecto comenzó en 2014 y finaliza este 2018. ¿Cuáles han sido sus logros en estos cuatro años?
DairyCare no es un proyecto de investigación como tal, sino de establecimiento de redes, lo que en inglés llamamos networking.

Para ello se ha intentado poner en contacto equipos de investigadores de toda Europa e incluso contar con el asesoramiento de gente de fuera del continente. Tenemos participantes de EE.UU., de Nueva Zelanda o de Australia, por ejemplo. El programa reúne un total de 37 países con un conocimiento de la materia muy amplio; por tanto, el primer objetivo, que pretendía establecer esta red de conocimiento entre científicos, se ha conseguido el segundo año.
El segundo objetivo lo veremos cumplido a finales de marzo, cuando se celebre la quinta reunión científica de DairyCare. En esta reunión se dará a conocer el BluePrint final, es decir, el plano de acción que presentaremos a la industria. Nuestra finalidad no es aplicarlo, sino preparar el conjunto de medidas que consideramos importantes para que en el sector lechero mejore la imagen del bienestar animal. Este BluePrint está acabando de prepararse y será discutido en la reunión que tendremos en Salónica, en Grecia, a finales de mes. Luego será la industria lechera y los ganaderos quienes lo valoren.
¿Entonces ustedes solo ahora al final tienen una relación directa con la industria?
No. Durante todo el proceso contamos con su punto de vista. Nos interesa aportar a la ciencia lo que el sector ganadero pueda utilizar para mejorar tanto el bienestar animal como la productividad, siempre que se respete la calidad de vida y la calidad del producto, la seguridad en el trabajo y los aspectos medioambientales.
¿Qué relación tienen con las empresas que desarrollan estas tecnologías “animal céntricas”?
En las cuatro reuniones celebradas hasta la fecha siempre han participado empresas. En la segunda reunión, que se celebró en Córdoba,hubo una sesión dirigida por fabricantes de equipos y empresas del mundo de los medicamentos que analizaron lo que decíamos y marcaban objetivos. También han participado en sesiones de discusión donde se han presentado avances científicos que proceden de otros proyectos, no directamente de esta Costaction. Las empresas han observado esto y han sugerido cambios. Ahora podrán tener en su mano las indicaciones que nosotros les daremos para conseguir el bienestar animal.
Actualmente, 37 países forman parte del programa DairyCare. ¿Hay diferencias Norte-Sur en el desarrollo e implementación de las tecnologías que promueven? ¿Existe una política agraria común más allá de la PAC?
A la primera pregunta, la respuesta es sí, hay enormes diferencias Norte-Sur en cuanto a bienestar animal y calidad de los productos. Esto está motivado por las condiciones de producción. En algunos países del norte de Europa hay preocupación porque en muchos casos las vacas están estabuladas durante los meses de nieve, a pesar de que hay legislaciones que obligan a dejarlas un número determinado de días pastando en total libertad.
En el sur, en cambio, apenas hay granjas donde las vacas estén en estabulación fija; la mayoría están en estabulación libre, en cubículos, por ejemplo. A partir de esas diferencias, la preocupación entre los países del norte y los países del sur cambia notablemente. Hay otros aspectos de mayor sensibilidad, como la humanización de los animales en el norte, menos apreciada en el sur. Actualmente, en el norte se está discutiendo si separar a las crías en el momento del parto es natural o no, mientras que en el sur estamos más interesados en evitar todos los obstáculos que hagan infelices a las vacas, pudiendo comprometer su bienestar en la práctica ganadera. Esa es la gran diferencia Norte-Sur.
Y para ello cuentan con el uso de las tecnologías más avanzadas ¿Cuáles son las más utilizadas en el sector ganadero?
Efectivamente, la tecnología no nos puede decir si todas las vacas son felices, pero sí nos ayuda a distinguir cuál es la vaca infeliz. La tecnología más tradicional ha sido la valoración subjetiva, mediante escalas objetivizadas. El problema que esto presenta es que hay que entrenar la observación de los animales para poder hacer una valoración de su estado. El gran avance actual es que podemos individualizar a las vacas. A una vaca podemos colocarle diferentes dispositivos que nos indican lo que está haciendo en ese momento. Tenemos, por ejemplo, dispositivos que miden la temperatura y nos avisan con un mensaje por radiofrecuencia de la temperatura de la res: si ha subido y, por tanto, el animal se encuentra mal, o si está bien. También hay GPS que nos informan de la posición del animal; así, si una vaca lleva mucho tiempo quieta en un sitio determinado podemos deducir que posiblemente tiene un problema. Por otra parte, hay indicadores de movimiento que nos dicen cuándo están en celo las reses.
Este momento es crítico para el ganadero, pues sabrá cuándo debe inseminar a la vaca y hacer que sea productiva. Luego hay otros senso- res que nos indican cuándo baja la cabeza para comer, cuándo rumia sin comer, etc. Todos estos datos se alma- cenan en programas informáticos que los analizan, los integran y nos informan del estado en que se encuentra el animal, siempre con el objetivo de que esté en las mejores condiciones posibles.

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