¿QUÉ PODEMOS MONITORIZAR EN LA GRANJA PARA MEJORAR LA SALUD DE NUESTRAS TERNERAS?

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MONITORIZAR EN LA GRANJA PARA MEJORAR LA SALUD DE NUESTRAS TERNERAS

En este artículo describimos las principales fases de la recría, con especial atención a la fase lactante y a la de destete, y tratamos de aportar mecanismos de monitorización y control, así como el diagnóstico de las principales patologías y los puntos de mejora en el manejo más comunes en cada una de las fases.

Román González Sanmartín Prolesa SAT, Goián (Sarria, Lugo)

En os últimos tiempos ha cobrado especial relevancia en nuestras explotaciones de vacuno el manejo de la recría por tratarse de las futuras productoras y reproductoras de la granja determinando el rendimiento de las propias explotaciones.

Siendo mucha la diversidad y la casuística que nos podemos encontrar en nuestras explotaciones, resulta difícil tenerlas todas en cuenta, por lo que abordaremos en cada punto las que a nuestro parecer son más significativas en el resultado futuro de nuestras novillas:

• Nacimiento y primeros cuidados • Alimentación

• Descornado

• Limpieza y desinfección

• Principales enfermedades: diarrea y procesos respiratorios • Encalostrado

NACIMIENTO Y PRIMEROS CUIDADOS

En el momento del parto y para que este se desarrolle con el menor estrés posible tanto para la vaca como para el ternero es necesario y recomendable contar con un lugar en la explotación extremadamente limpio, seco y desinfectado a la vez que tranquilo para que el nacimiento sea lo más exitoso posible. Es recomendable hacer el encamado y la desinfección de la paridera después de cada parto y realizar un vaciado periódico de esta última, para evitar la acumulación de abono que imposibilite la desinfección entre partos. Asimismo, es recomendable que en el momento del parto la vaca esté sola en la paridera, sin otras vacas que la puedan molestar.

Una vez que nace nuestra cría, la colocaremos en la estancia de la granja destinada para la recría con abundante cama limpia seca y haremos una desinfección del ombligo con una solución yodada administrada con vaso.

EL ENCALOSTRADO

Es quizás el mayor punto crítico de esta fase y el de más relevancia tanto presente como futura de nuestra ternera. Para ello podemos tratar de responder algunas preguntas: ¿cuánto calostro administramos?, ¿cuándo lo administramos?, ¿con qué lo administramos?, ¿lo hemos hecho bien?

En los últimos años se ha generado un consenso acerca de cómo la cantidad y la calidad del calostro que administremos a nuestras terneras, así como la premura en su administración, van a determinar en gran medida la salud presente o futura de nuestro ternero.

Como promedio, un ternero debería ingerir al menos dos tomas de tres litros cada una dentro de las seis primeras horas de vida de un calostro de calidad, tanto en cantidad de inmunoglobulinas como de calidad higiénica, administradas a una temperatura no inferior a los 38 °C.

Es de vital importancia que a la hora de ordeñar el calostro se extremen las medidas de higiene, y que tanto las cántaras como los cubos donde este se recoge estén limpios y desinfectados, pero ¿cómo podemos saber en la granja si nuestro calostro es bueno o malo?

Existen varios métodos para analizar el calostro de nuestras vacas, pero seguramente los dos más utilizados son el calostrímetro de densidad y los medidores Brix digitale

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