RECOMENDACIONES PARA EVITAR LA OBESIDAD DE LAS VAQUILLAS DURANTE LA CRIANZA

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RECOMENDACIONES PARA EVITAR LA OBESIDAD DE LAS VAQUILLAS DURANTE LA CRIANZA

Las vaquillas que llegan obesas al parto generan una serie de inconvenientes para el productor, por lo que mantener a raya esta situación resulta fundamental. En ese contexto, se debe entender que los cuidados para la zona centro y la sur son diferentes. A continuación Pedro Meléndez ahonda en este tema.

Dr. Pedro Meléndez

Llegar con vaquillas obesas al parto aparece como uno de los mayores temores para los productores de leche, debido a que este factor, a menudo, se expresa en resultados negativos.
Esta situación no es un fenómeno ausente de las lecherías de Chile, por lo que se debe enfrentar de forma estratégica, con el fin de disminuir su impacto negativo en el rendimiento total del plantel.
Las vaquillas obesas al parto generan una serie de inconvenientes partiendo por presentar un mayor porcentaje de distocias. Esto se debe

fundamentalmente a un engrasamiento del canal del parto y a un posible aumento de tamaño de la cría. Por ende, se traducirá en un parto que puede generar dificultades. Muchas veces, estos deben ser atendidos y llevados adelante mediante tracciones forzadas, las cuales pueden generar daños temporales o permanentes, debido a la presión traumática de nervios como el ciático y el obturador. Muchas veces las secuelas redundan en una vaquilla fatigada, que le cuesta pararse y que, finalmente, termina siendo eliminada por extenuación y postración permanente. Esta es la peor pérdida que puede sufrir un ganadero, debido a que una vaquilla recién recupera su inversión después de haber parido por segunda vez.

Pero eso no es todo. La obesidad hace que las vaquillas sean más susceptibles a desarrollar enfermedades como retención de membranas fetales, metritis, mastitis, cetosis y desplazamientos del abomaso. Estas, a su vez, se asocian entre si y tienen como resultado final una menor producción de leche y fertilidad, y muchas veces la eliminación involuntaria de los animales durante la lactancia.

La obesidad de vaquillas en el parto no es una característica que se genere en los últimos estados de crecimiento del animal sino que es un fenómeno que puede empezar en los estados tempranos de crecimiento de la ternera. Por lo mismo, es fundamental llevar a cabo un monitoreo de las tasas de crecimiento de las vaquillas, pesando la crianza por lo menos una vez al mes.

El fenómeno de la obesidad en vaquillas está sin dudas asociado a un exceso en el consumo de insumos ricos en energía, como ensilaje de maíz y concentrados, y a un manejo de estabulación total donde el animal prácticamente tiene un mínimo de desgaste energético al caminar. Esta situación es diferente a la que viven las crianzas en base a pastoreo, donde el gasto energético de mantención es mucho mayor. Por lo tanto, el problema es mucho más prevalente en la zona central que en la zona sur del país.

La proteína dietaria desempeña un papel menor en la condición corporal de la vaquilla, siendo el aporte excesivo de energía el mayor responsable de la sobre condición.
La obesidad en vaquillas no es fácil de solucionar en el corto plazo, por lo que no es un manejo simple de llevar a cabo si no se asume el problema como un todo.

El manejo de reducción en la ingesta energética debe comenzar temprano, como a los 6 meses de edad, si es que la curva de crecimiento así lo amerita.
En situaciones donde la obesidad de las vaquillas está comenzando a ser un problema, se debe hacer una evaluación más exhaustiva del tema, con el fin de abordarlo como un todo en el manejo del rebaño. Así, un productor debería hacerse las siguientes preguntas en el caso de que se encuentre con el síndrome de sobre condición corporal de la crianza:

-¿Cuál es el rango de edad de las vaquillas al encaste?
-¿Cuál es la eficiencia reproductiva de las vaquillas al encaste (tasa de concepción, tasa de servicio, tasa de preñez)?
-¿Cuál es el rango de edad de las vaquillas al parto?
-¿Cuál es el verdadero contenido energético de la dieta consumida por las vaquillas? -¿Cuáles son los verdaderos requerimientos energéticos de las vaquillas?
-¿Cuáles son los posibles factores no nutricionales que causan una gran variación en los pesos por edades al encaste?

Las preguntas a realizar son sólo para resaltar que las razones para la obesidad en vaquillas son complejas. Es en última instancia una interacción entre el aporte energético de la dieta, los días en el grupo de alimentación y las condiciones ambientales. En el caso de rebaños que presentan obesidad en sus vaquillas, los rangos de peso para una edad determinada son muy amplios. También los parámetros de fertilidad tienden a ser inferiores en el caso de vaquillas obesas al encaste.

¿Qué podemos hacer para manejar el problema de obesidad en las vaquillas? Cuando estas se vuelven obesas, la energía dietaria debe reducirse.

Limitando el consumo de energía

La principal estrategia de alimentación para controlar la sobre condición de las vaquillas es limitar el consumo de energía a través de una dieta menos densa y más voluminosa, mediante la inclusión de forrajes bajos en energía, como pajas o henos con un mayor contenido de fibra o FDN. No se debe restringir el volumen consumido de materia seca, de lo contrario la vaquilla va a hacer mejor uso del alimento consumido, ganando el mismo peso y, por otro lado, generando un estrés innecesario que significa un comportamiento más agresivo de los animales hacia los cercos o puertas. Esto, a su vez, puede generar destrucción de corrales y escape de los animales.

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