SALUD MAMARIA: APROVECHANDO EL PODER DE LOS POSTBIÓTICOS (PARTE 1)

Mastitis, una preocupación persistente en las explotaciones lecheras comerciales, requiere una comprensión integral y un enfoque estratégico. En esta serie de 2 partes, exploramos los aspectos críticos de la salud mamaria, centrándonos en el papel fundamental de la nutrición.

Dr. Mario Vailati Riboni, especialista en servicios técnicos para rumiantes en Diamond V. Tiene su base en Knoxville, Tennessee, y presta servicio en la región sureste de los Estados Unidos.

En la Parte 1, examinamos la intricada relación entre la dieta y la mastitis, explorando cómo las elecciones nutricionales afectan la función inmunológica y el bienestar general de la ubre. Únete a nosotros en este viaje para descubrir los matices de mantener rebaños lecheros saludables y las implicaciones económicas asociadas. aparición de condiciones metabólicas que suprimen la inmunidad, ayudando a reducir el riesgo de…

La mastitis, una inflamación de la glándula mamaria, es uno de los problemas clínicos más consistentemente registrados en las explotaciones lecheras comerciales. Según encuestas recientes en América del Norte, es una de las causas más comunes de morbilidad en vacas lecheras adultas. Con costos de prevención anuales entre US$70 y US$100 por vaca, el impacto económico de esta enfermedad es evidente.

Buenos indicadores de la salud de la ubre son el recuento de células somáticas del tanque de leche y la tasa de incidencia de mastitis. Las células somáticas son una combinación de células que se desprenden de la ubre (células epiteliales, 20-30%) y células inmunológicas siempre presentes en la leche (70-80%). Estas últimas están compuestas principalmente por glóbulos blancos, y su concentración aumenta en respuesta a infecciones causadas por bacterias que provocan la mastitis.

A través de esfuerzos consistentes, los agricultores estadounidenses lograron mejorar la salud de la ubre de sus rebaños, alcanzando un recuento promedio ponderado de células somáticas en el tanque de leche de 194,000 células/mL en 2015, un 25% menos que 10 años antes. Sin embargo, a pesar de los avances en el tratamiento y la prevención, la incidencia de mastitis en la misma geografía aumentó del 13% al 25% en el mismo período (principalmente debido a una mejor detección). Esto significa que, en promedio, 25 de cada 100 vacas tienen un caso de mastitis clínica en la lactancia actual.

Las vacas con sistemas inmunológicos más fuertes tienen un mejor desempeño. Múltiples factores contribuyen a las tasas de mastitis, como la gestión del entorno y las instalaciones, el equipo y mantenimiento del ordeño, los procedimientos de ordeño y la genética del rebaño. Sin menospreciar la importancia de todos estos, la dieta a menudo se pasa por alto como factor contribuyente, pero muchos nutrientes desempeñan un papel en el mantenimiento y el impulso del sistema inmunológico de las vacas lecheras. Aunque una nutrición deficiente por sí sola no causa necesariamente mastitis, puede facilitar que las bacterias rompan las defensas inmunológicas de las vacas y se establezcan en la ubre, lo que resulta en más casos. El sistema inmunológico tiene numerosos componentes diferentes, específicos y no específicos, que pueden reducir o eliminar la invasión bacteriana de la glándula mamaria. La nutrición puede afectar estos componentes de diversas maneras, dando como resultado una función inmunológica subóptima o potenciada.

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