REQUISITOS DE ALMIDÓN DE LAS VACAS
Abordo la importancia de la cantidad correcta de almidón y su relación con la fibra en la dieta de las vacas, tras nuevas investigaciones que la sitúan como un factor determinante para los precursores de absorción de energía para nuestros animales.
INTRODUCCIÓN
Durante los últimos años, gran parte de la investigación se ha concentrado en los efectos del almidón en la población microbiana del rumen. Sin embargo, investigaciones recientes 3 demostraron que la relación fibra-almidón en la dieta también afectó al crecimiento de las papilas del rumen en las vacas lecheras lactantes. Esto es significativo, ya que estas pequeñas estructuras determinan la cantidad de energía que obtiene la vaca de la fermentación del alimento. Este estudio encontró que, a medida que aumentaba la proporción de fibra-almidón, la expresión del gen que regulaba el crecimiento de las papilas disminuía.
Álvaro D. García Profesor titular de Ciencias Lecheras y de los Alimentos y director de Extensión de Agricultura y Recursos Naturales Universidad Estatal de Dakota del Sur (SDSU), EE. UU.
A menudo declaramos que no hay requisitos para el almidón, una afirmación aparentemente precisa, basada en nuestro cuerpo de conocimiento actual. Sin embargo, cuando el contenido de almidón en la dieta es bajo, el crecimiento de las papilas será inadecuado para maximizar la absorción de ácidos grasos volátiles (y, por lo tanto, de energía). Por eso, la cantidad correcta de almidón determina los precursores de absorción de energía para la vaca (por lo cual, ¡sí hay requisitos!). Por otro lado, demasiado almidón en la dieta reduce la digestibilidad del forraje y aumenta la incidencia de trastornos digestivos. El hecho de que la ciencia aún no haya podido determinar los requisitos de almidón en las vacas con alto nivel de producción no significa que no existan. Sin embargo, es seguro asumir que las vacas alimentadas con grandes cantidades de ensilaje de maíz satisfacen sus necesidades de almidón, no solo por la cantidad de grano de maíz en el ensilaje, sino también porque este es más degradable que el maíz molido.
“CUANDO EL CONTENIDO DE ALMIDÓN EN LA DIETA ES BAJO, EL CRECIMIENTO DE LAS PAPILAS SERÁ INADECUADO PARA MAXIMIZAR LA ABSORCIÓN DE ÁCIDOS GRASOS VOLÁTILES”
SUMINISTRO DE ALMIDÓNSupongamos que las fuentes principales de almidón en una determinada dieta de vacas lecheras son 8 kg de ensilaje de maíz y 7 kg de maíz molido en base a materia seca (MS). Usando la ecuación propuesta por Lauer y Undersander2 , podemos calcular el grano de maíz que hay en una tonelada de ensilaje. Suponiendo un rendimiento de 25 toneladas de ensilaje (en materia fresca) por acre o 8,75 toneladas MS, el rendimiento de grano será el siguiente: Cada kilogramo de ensilaje de maíz contendrá 0,57 kg de maíz; por ende, 8 kg de ensilaje de maíz alimentado suministrará casi 4,5 kg de grano que, sumados a los 7 kg de maíz molido, totalizan 11,5 kg de grano de maíz. En un pasado no tan lejano, las variedades de maíz para grano tenían aproximadamente 60 % de almidón. Esta dieta en particular habría suministrado entonces aproximadamente 7 kg de almidón. Sin embargo, los híbridos de maíz de hoy contienen aproximadamente 70-74 % de almidón, impulsados particularmente por las necesidades de la industria del etanol en los Estados Unidos. Esa misma dieta podría contener fácilmente en la actualidad 8,5 kg de almidón o casi 20 % más. La conclusión es que los híbridos de maíz modernos son más energéticos que en el pasado y debe haber más precisión y cuidado cuando se los alimenta en concentraciones más altas.
Sin embargo, las vacas lecheras pueden digerir cantidades relativamente grandes de almidón, en particular si la única fuente no es solo el maíz molido. El trabajo de Firkins et al. 1 sugirió que la digestión del almidón de maíz en el rumen varía desde un mínimo de aproximadamente el 45 % para el grano de maíz aplastado en seco, hasta un máximo de aproximadamente el 87 % para el maíz aplastado fermentado con alta humedad. Como se mencionó anteriormente, esto también puede ser muy variable dependiendo de qué tan rápido transita el alimento a través del rumen (tamaño de partícula y nivel de ingesta). Otros factores que afectan al grado de degradabilidad son el contenido de prolamina (zeína), el grado de procesamiento y la velocidad de paso. En la obra de Firkins 1 la digestibilidad del almidón en el tracto digestivo fue de 85 y 94 % para el maíz aplastado en seco y fermentado, respectivamente.
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