ÚLTIMOS AVANCES EN NUTRICIÓN AMINOACÍDICA: CLAVES PARA UNA FORMULACIÓN MÁS EFICIENTE EN DIETAS DE ALTA PRECISIÓN

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CLAVES PARA UNA FORMULACIÓN MÁS EFICIENTE EN DIETAS DE ALTA PRECISIÓN

1.- ¿EN QUE CONSISTE LA NUTRICIÓN DE PRECISIÓN?

La nutrición de precisión es una parte específica del enfoque general que aborda el término ganadería de precisión e implica el uso de técnicas de alimentación que permiten que la cantidad adecuada de alimento y con la composición adecuada de alimento y con la composición adecuada se suministre de manera oportuna bien a un grupo de animales (Parsons et al., 2007; Cangar et al., 2008; Pomar et al., 2014) o bien para animales individuales (Andretta et al., 2014; Andretta et al., 2016) para mejorar la rentabilidad, la eficiencia y la sostenibilidad de las granjas (Hauschild et al., 2012; Pomar y Pomar, 2012; Pomar et al., 2017).

Diego Martínez del Olmo Kemin Animal Nutrition and Heath EMENA

En este sistema de producción, la variabilidad inter animal se tiene en cuenta al alimentar a los animales con dietas adaptadas diariamente a sus necesidades individuales (Pomar et al., 2009; Hauschild et al., 2012; Andretta et al., 2014). Estas mejoras del modelo reducirán aún más la huella ambiental de la producción de rumiantes con reducciones del costo de alimentación, de la excreción de nitrógeno y fósforo y por lo tanto de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Las buenas prácticas de producción de rumiantes están íntimamente relacionadas con una óptima salud y una producción rentable teniendo en cuenta el bienestar animal. Para lograrlo, la gestión nutricional de la dieta representa la estrategia más difícil de conseguir. La producción ruminal ha avanzado en genética, manejo, salud y nutrición, pero el fenómeno actual del cambio climático representa un desafío adicional para la producción de rumiantes ya que reduce la disponibilidad de proteína de origen vegetal. Finalmente, el aumento la demanda de productos animales de los países en desarrollo proporciona un desafío interesante para el uso estratégico de la nutrición para mejorar la salud y la producción de rumiantes (McGrath et al., 2018).

La formulación de una ración de rumiantes se ha basado en el diseño para conseguir el menor coste que puede proporcionar el nivel mínimo de nutrientes necesarios para un nivel deseado de producción de leche (Tozer, 2012). En la industria, los costes de alimentación suponen la mayor parte del coste total de producción, por lo que mejorando la eficiencia de la conversión alimenticia en leche o carne podemos tener un impacto significativo en la rentabilidad (Bach2012). Conocimientos sobre la genética, composición de los ingredientes, interacción entre los patrones de alimentación, disponibilidad metabólica y un buen manejo para utilizar eficientemente los nutrientes son la clave para conseguir una buena alimentación de precisión. La volatilidad en los precios tanto de los ingredientes como de los productos ganaderos tienen un gran impacto en la capacidad de ajustar estratégicamente formulación de raciones y así mantener la rentabilidad del productor (McGrath et al., 2018). Cuando nos referimos a proteína en nuestras raciones (Schwab y Broderick, 2017) nos solemos referir a proteína bruta (PB), definido en la industria de alimentación animal como la cantidad de nitrógeno multiplicado por 6.25. Este coeficiente se basa en el hecho de que la mayoría de las proteínas contienen un 16% de Nitrógeno (N).

Este cálculo de PB incluye nitrógeno proteico y no proteico (NPN). Es un nutriente para vacas lecheras cuyo análisis se estableció hace más de 150 años (Weende, Alemania). A pesar de que la PB es aún considerada en formulación, hace más de 60 años, artículos científicos comenzaron a proporcionar evidencia de las deficiencias en confiar en este nutriente. Como consecuencia, se evoluciona a necesidades específicas de amoniaco y de aminoácidos (AA) para síntesis de proteína microbiana y cubrir los requisitos propios del animal. A lo largo de los últimos años, tremendos esfuerzos se han realizado en el campo de la investigación teórica y aplicada para redefinir estos requerimientos en rumiantes. Consecuentemente, nuestro entendimiento nos guía a reconocer dos grupos de necesidades proteicas; proteína degradable en el rumen (RDP) y proteína no degradable en el rumen (RUP). Por lo tanto, metabólicamente el animal tiene requerimientos específicos en aminoácidos individuales más que en proteína metabolizable per se.