Randy Shaver, Ph.D., Nutricionista de Extensión Universitaria, Departamento de Ciencias de la Leche, Universidad de Wisconsin – Madison

Ya que los mayordomos se encuentran, en su mayor parte, sin supervisión, necesitan ser entrenados como profesionales para asegurar que tomen las decisiones correctas y realicen un trabajo adecuado. Un mayordomo profesional es aquel que tiene experiencia y entrenamiento en su función y que usa ese conocimiento diariamente en su rutina de trabajo. Piense en otros profesionistas con quienes trabaja o interactúa; usted espera que trabajen de forma diligente, produzcan los resultados esperados y se conduzcan de acuerdo a un código de normas o de ética.

Tengo la fortuna de trabajar con cientos de mayordomo a lo largo de Estados Unidos y México. Los realmente buenos son verdaderos profesionales. Ellos se vuelven verdaderos profesionales porque los dueños de sus lecherías invierten tiempo y entrenamiento en ellos para hacerlos progresar y desarrollarse. Ellos entienden la filosofía de administración del dueño, han adquirido conocimiento y experiencia, trabajan de manera armoniosa con otros empleados y cuidan de una manera adecuada a las vacas porque realmente les gustan los animales y quieren que sean productivos. Yo veo una relación obvia de confianza entre los dueños y los mayordomo profesionales: que la salud, la crianza y los resultados productivos son buenos.

Conforme los dueños de los ranchos expanden sus negocios, sus empleados con frecuencia no pueden seguirles el paso. Los capataces tienen menor oportunidad de trabajar con los dueños quienes solían enseñarles por medio del ejemplo pero ahora deben aprender de sus compañeros, del veterinario de la manada o de otros. Muchos trabajadores aspiran a convertirse en capataces y trabajan duro para ello, pero carecen de experiencia y entrenamiento. Por ejemplo, yo sé que a diario cientos de vacas frescas son tratadas de manera incorrecta en las grandes lecherías. Esto ocurre porque muchos capataces no entienden el proceso normal de involución uterina que provoca que cada vaca fresca produzca una descarga uterina. Sin el entrenamiento apropiado, los empleados tratan de una manera incorrecta a la vaca fresca con una condición evidentemente anormal. Con poco o ningún criterio los mayordomos eligen un tratamiento con antibióticos, hormonas o con agentes antiinflamatorios de los cuales tiene poca información. Con frecuencia esto resulta ya sea en un sobre tratamiento o un bajo tratamiento para las vacas mientras que la lechería puede experimentar la pérdida de vacas que excedan los estándares, sin mencionar el alto costo de usar medicamentos inapropiados.