CALOSTRO Y LECHE DE TRANSICIÓN: COMPONENTES BIOACTIVOS

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CALOSTRO Y LECHE DE TRANSICIÓN: COMPONENTES BIOACTIVO

Si bien son evidentes las propiedades beneficiosas del calostro para la salud de nuestros terneros, estudios recientes han demostrado la presencia en él de sustancias bioactivas (solubles o transportadas por exosomas), las cuales pueden tener un impacto mayor en la salud del ternero. Lo analizamos en las siguientes páginas.

Anna Arís, Elena Garcia-Fruitós, Anna Sureda y Marta Terré Programa de Producción de Rumiantes, Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), Barcelona

El calostro bovino es la primera secreción mamaria producida por la vaca al inicio de la lactación (Godhia y Patel, 2013). Su valor es bien conocido desde hace décadas por su alto contenido de sustancias importantes para la salud de los terneros durante los primeros meses de vida. Además de tener un elevado contenido en grasas y proteínas, el calostro presenta un importante contenido de moléculas bioactivas, entre las cuales cabe destacar las inmunoglobulinas, los péptidos antimicrobianos, citoquinas inmunomoduladoras, hormonas y factores de crecimiento, así como vitaminas y minerales (Blum and Hammon, 2000; Godden, 2008). Por todo ello, se considera como un producto potencialmente nutracéutico, ya que es una sustancia natural con buenas propiedades nutritivas, además de proporcionar beneficios para la salud, incluyendo la prevención y/o el tratamiento de enfermedades (Godhia y Patel, 2013).

El sistema inmune de los terneros al nacer es inmaduro e incapaz de combatir infecciones. Es por ello que, durante las primeras semanas de vida, necesitan de la rica composición nutritiva que les proporciona el calostro, así como de los factores de crecimiento e immunológicos, que son transferidos vía el proceso que se llama inmunidad pasiva. Este proceso permitirá combatir las infecciones y prevenir enfermedades hasta que el animal llega a desarrollar de forma progresiva su propia inmunidad alrededor de las 3-4 semanas de vida (Senogles, 1978; Osburn et al., 1982; Robison et al., 1988) y tener un tracto digestivo totalmente desarrollado.

En este contexto, dada su composición e impacto en la salud de los terneros, los productores de leche recogen el

EL CALOSTRO SE CONSIDERA COMO UN PRODUCTO POTENCIALMENTE NUTRACÉUTICO, YA QUE ES UNA SUSTANCIA NATURAL CON BUENAS PROPIEDADES NUTRITIVAS, ADEMÁS DE PROPORCIONAR BENEFICIOS PARA LA SALUD

el primer ordeño o calostro para alimentar a los terneros, ya que estos dependen de la inmunidad pasiva adquirida por su consumo.

No obstante, las propiedades beneficiosas del calostro van más allá de los componentes mencionados y recientemente se ha visto que hay exosomas en él que pueden tener también un impacto en la salud del ternero. Los exosomas son vesículas membranosas que son secretadas por multitud de tipos celulares, se encuentran en distintos fluidos corporales y tienen un papel muy importante en la comunicación entre células (Samuel et al., 2017); pueden contener proteínas, DNA, RNA y lípidos con un papel biológico relevante y, además, su transporte dentro de los exosomas asegura su protección hasta que son entregados al fusionarse con las células del ternero.

Samuel y colaboradores demostraron que los exosomas presentes en el calostro eran especialmente ricos en proteínas implicadas en la inmunidad innata, respuesta inflamatoria, respuesta de fase aguda, activación plaquetaria, crecimiento celular y activación del sistema del complemento dentro de la respuesta inmune. Todo ello sugiere que la capacidad de respuesta inmunitaria y de crecimiento en los terneros viene en gran parte regulada por los componentes bioactivos que se encuentran solubles en el calostro o bien transportados en los exosomas.

Desde el segundo al séptimo ordeño la secreción mamaria es considerada como leche de transición. Se sabe que esta es todavía una secreción muy rica en nutrientes y componentes bioactivos presentes en el calostro. De hecho, la presencia de estos compuestos activos sufre una transición del calostro hasta alcanzar los niveles basales presentes en lo que se considera la leche entera a partir del décimo ordeño (Blum y Hammon, 2000) [tabla 1].

La leche de transición se ha estudiado mucho menos que el calostro y este desconocimiento hace que actualmente no haya un protocolo establecido de recogida y utilización. En la mayor parte de las explotaciones la leche de transición acaba diluyéndose en el tanque de la leche sin aprovechar su valor biológico, ya que ni se usa en granja para impulsar el crecimiento/inmunidad de los animales ni tampoco se usa para el desarrollo de ningún producto láctico con valor nutracéutico específico.

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