COJERA EN LAS VACAS, CÁMARAS Y EMISIONES DE METANO

Las bacterias productoras de metano, conocidas como arqueas metanogénicas, prosperan en el rumen bajo condiciones específicas y se ven influenciadas por varios factores.

Álvaro García, nutricionista de ganado en Dellait Animal Nutrition and Health.

La composición de la dieta desempeña un papel significativo, ya que los carbohidratos fermentables como la celulosa y la hemicelulosa facilitan su proliferación.

Además, la calidad del alimento impacta en la producción de metano, ya que los forrajes de alta calidad resultan en niveles de metano más bajos en comparación con los forrajes de baja calidad con un mayor contenido de lignina.

El malestar relacionado con la cojera en las vacas lecheras puede alterar indirectamente las emisiones de metano a través de varios mecanismos.

La producción de metano está correlacionada positivamente con la ingesta de alimentos (1), lo que significa que un mayor consumo conduce a una mayor metanogénesis.

Además, el pH ruminal, que idealmente oscila entre 6.0 y 7.0, afecta el crecimiento de las metanógenas, y una disminución en el pH puede dificultar su proliferación. El entorno ruminal, generalmente caracterizado por un potencial redox reducido, proporciona un entorno favorable para las arqueas metanogénicas. Estas bacterias dependen del gas hidrógeno producido durante la fermentación, y su disponibilidad influye significativamente en la producción de metano. Además, la coexistencia de bacterias productoras de metano con otros microorganismos, como las bacterias celulolíticas, dentro del ecosistema del rumen también afecta su abundancia.

La fórmula de predicción a continuación sugiere que la producción diaria de metano del ganado lechero se puede estimar agregando un valor base de 62 L (con una posible variabilidad de ±5.5 L) al producto de 25.0 (con una posible variabilidad de ±0.54) veces la ingesta de materia seca (IMS) del ganado. La IMS es un factor clave que influye en la producción de metano, y esta fórmula proporciona una manera de cuantificar esta relación y hacer predicciones sobre las emisiones de metano basadas en la ingesta de alimento.

(1) CH4 (L/d) = 62 (±5.5) + 25.0 (±0.54) x DMI (Fuente: Ramin y Huhtanen, 2013)

Cojera en las vacas lecheras

El malestar relacionado con la cojera en las vacas lecheras puede alterar indirectamente las emisiones de metano a través de varios mecanismos. En primer lugar, la cojera puede llevar a una disminución en la ingesta de alimentos debido al dolor y la incomodidad. Dado que la producción de metano está correlacionada positivamente con la ingesta de alimentos, se podría especular que la cojera disminuiría indirectamente las emisiones de metano. Por otro lado, un malestar leve solo reduce ligeramente la ingesta, lo que ralentiza la velocidad de paso, alterando los patrones de fermentación y potencialmente aumentando la producción de metano.

En segundo lugar, la cojera leve puede afectar la función del rumen, incluida la motilidad y el pH, todos cruciales para una fermentación eficiente. Además, la cojera puede afectar la capacidad de una vaca para utilizar eficazmente los nutrientes de los alimentos, lo que lleva a una disminución de la eficiencia alimentaria y un aumento en la producción de metano. Es importante reconocer que la relación entre la cojera, la eficiencia alimentaria y las emisiones de metano es compleja y está influenciada por varios factores.

Eficiencia alimentaria en vacas lecheras

Si bien el malestar relacionado con la cojera y la disminución de la eficiencia alimentaria pueden contribuir indirectamente al aumento de las emisiones de metano, otras prácticas de manejo, como la composición de la alimentación, las estrategias de alimentación y la gestión general de la salud del hato, también desempeñan roles significativos en la mitigación de las emisiones de metano en las vacas lecheras.

Al abordar de manera oportuna la cojera mediante la detección temprana y la implementación de prácticas de manejo adecuadas, los ganaderos pueden mejorar la comodidad de las vacas, aumentar la eficiencia alimentaria y posiblemente reducir las emisiones generales de metano asociadas con los desafíos relacionados con la cojera. Sin embargo, a pesar de la disminución de la ingesta de alimentos, la eficiencia no mejora debido a la caída concurrente en la producción observada en las vacas cojas.

Monitoreo con cámaras 3D

Los algoritmos de cámaras 3D con inteligencia artificial analizan los patrones de marcha y detectan signos de cojera, como la longitud de zancada, la simetría y las irregularidades. La intervención oportuna reduce la duración y la gravedad de la cojera, minimizando las emisiones de metano asociadas. Estas cámaras también capturan imágenes detalladas de las vacas en posición de pie o acostadas y, mediante algoritmos de inteligencia artificial, analizan estas imágenes para detectar posturas anormales o distribución de peso irregular, indicadores de cojera.

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