DE LA SALA CUNA AL PRIMER PARTO

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AL PRIMER PARTO

Te presentamos el sistema saludable que te permite mejorar el desarrollo de la ternera desde el nacimiento hasta su primer parto

Programa cria saludable
Este programa está principalmente enfocado a un cambio en el modelo tradicional de crianza, evitando la restricción alimenticia en un momento tan crítico de la vida de las terneras.

La elaboración de protocolos para la implementación de prácticas óptimas de manejo en la etapa de crianza artificial de terneros, son esencialmente necesarios para cumplir los objetivos de este sensible período. Es muy difícil cubrir todos los aspectos relacionados al tema, ya que hay mucha información disponible y a la vez existe gran variedad en los distintos establecimientos, ya sea en su genética, métodos de trabajo y medio ambiente.

El crecimiento de los rodeos depende del balance entre las pérdidas y su reposición, es decir, de la sobrevivencia de las terneras y el tiempo que destinen hasta el primer parto (% del tiempo como vaquillona/ % del tiempo en producción). Asimismo, cada vez más se consolida el concepto de que “hay leche a edad temprana” significando esto que cumpliendo con la inmunonutrición a través del calostro en cantidad y calidad y logrando ganancias de peso adecuadas durante la recría y preñez, obtendremos más leche en la primera lactancia y en menor medida también en la segunda y tercera.

Dr. Oscar R. Rivarola. Agrocereales Argentina

Mayor atención y gastos en las primeras etapas potenciarán el mérito genético y asegurará la reposición, mejorará la rentabilidad a través del crecimiento del rodeo y una mayor producción. Los beneficios de un buen manejo en los primeros momentos, son:

Mayor peso al desleche y eficiencia de conversión.
Adecuado crecimiento estructural (relación Peso/Alzada/Estado corporal) Menor tiempo al primer parto.
Aumenta la vida útil (longevidad)
Más leche (+5% a 17% de producción acumulada en las 3 primeras lactancias).
Metas a lograr con el programa CRIA SALUDABLE:

Menor mortandad (<4%) y morbilidad (<10%).
Tasas de ganancia de peso durante la recría entre 740 y 800 gr/día, asegurando la edad y peso adecuados al primer servicio.
Peso adecuado al primer parto (580 kg PV en promedio para la raza Holstein).
Los terneros recién nacidos no tienen completamente desarrollado su sistema inmune y a su vez por el tipo de placentación de los bovinos tampoco hay traspaso de inmunoglobulinas durante la gestación, siendo entonces extremadamente vulnerables a enfermedades infectocontagiosas en las primeras semanas de vida.
La única alternativa de brindarles verdadera protección es a través de la TPI –transferencia pasiva de inmunoglobulinas– proporcionando 150 a 200 gr de IgG absorbidas por ternero y esto depende primordialmente de tres factores: calidad, cantidad y rapidez en la toma de calostro.
Regla práctica de un buen calostrado.

-Calidad: IgG > 50 gr por litro y sin contaminantes.
-Cantidad: El equivalente al 10 % del PV en las primeras 12 horas de vida, 4 a 6 lts.
-Tiempo: Dentro de las 6 a 8 horas de nacido.

El calostro también aporta gran cantidad de nutrientes, como energía, proteínas, vitaminas y minerales, además de tener un efecto laxante inicial y de protección del epitelio intestinal, efectuando así una completa inmunonutrición.

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Como rutina se debe controlar el éxito de la TPI, esto significa que el ternero tenga 10 mg IgG en plasma a las 24 horas de nacido. Cuando hubo fallas en la TPI la situación es irreversible e indica animales problemas que deben ser atendidos con más cuidados para evitar su muerte. Incluir en las rutinas de trabajo a campo los Tests de glutaraldehído o refractometría.

Disponer de un “banco de calostro” controlando su calidad mediante el uso de calostrómetro, tomado de vacas previamente vacunadas y dentro de las primeras 24 horas del parto, complementará la acción natural o en otros casos será la fuente principal de provisión de inmunoglobulinas. Seguir las recomendaciones adecuadas para su conservación y posterior aplicación. Puede suministrarse con mamadera o sondaje bucoesofágico.

Aportes Nutricionales en las primeras 3 semanas de vida.
La alimentación líquida en cantidad y calidad es clave en las primeras semanas de vida de los terneros comprendiendo entre el 60 al 70% de los requerimientos proteicos y energéticos de sus necesidades de mantenimiento y crecimiento cuando están en confort térmico.

Suministrar leche pasteurizada o sustituto lácteo en cantidad de aproximadamente 1,30% del peso corporal de los terneros base materia seca, dependiendo del confort y condiciones ambientales. Esto equivale al 10-14% del peso corporal en volumen dividido en dos tomas diarias, a la misma hora y temperatura. La calidad del sustituto lácteo deberá proveer una concentración de materia seca de 12,5% y niveles de 15 a 17% de grasa y 22 a 25% de proteína.

El aparato digestivo en continua evolución se ve favorecido por la rápida inclusión de alimentos sólidos en la dieta. De esta manera se acelera el desarrollo ruminal estando fisiológicamente preparado a las 3-4 semanas.
A partir del segundo día de crianza suministrar el alimento sólido TERNERO INICIADOR SALUDABLE HIPERPRECOZ corroborando que lo consuman bien y manteniendo material siempre fresco en los comederos. Este alimento es de alta calidad, con cereales extrusados, un nivel mínimo de proteína de 20% y estar libre de polvo y contaminantes. Su consumo prácticamente debe ser ad libitum y aumentará semana a semana logrando un mínimo de 1,0 kg por día por 3 días consecutivos antes de poder reducir el consumo de leche a la mitad para luego de una semana deslechar totalmente.

Una vez suspendida la alimentación líquida y con un rumen inicialmente funcional, recomendamos cumplir con una etapa de transición donde los terneros seguirán controlados y alimentados diferencialmente hasta la semana 12 de vida, continuando con el alimento TERNERO INICIADOR SALUDABLEhasta 2,4 kg/ternero/día y heno de alfalfa de buena calidad a voluntad.

Programa recria saludable

La Recría es una de las prácticas productivas claves en la búsqueda de mayor rentabilidad en la explotación lechera. Esta se define temporalmente como el período desde el desleche y salida de la crianza artificial hasta el momento del primer parto e inicio de la primera lactancia. La correcta recría de la vaquillona, es la clave para que posteriormente la vaca en producción, rinda al máximo de su potencial.

En esta etapa se engloban todos los procesos de manejo, alimentación, sanidad y reproducción de terneras y vaquillonas, que tienen un gran impacto sobre la salud y performance de la categoría a corto y largo plazo. Tal como se indicó en el PROGRAMA CRIA SALUDABLE, el desarrollo adecuado logrado en los primeros meses de vida, enfocados en la óptima inmunonutrición de las terneras, son el inicio fundamental de esta nueva etapa.

Existe información consistente acerca de la conveniencia en lograr el primer parto alrededor de los 24 meses de edad con un adecuado desarrollo, que permita alcanzar la mayor productividad por vaca a lo largo de su vida útil. Como observamos en el cuadro, un punto inicial y sumamente relevante, es la cantidad de vaquillonas en recría que necesitamos cada 100 vacas en ordeñe, de acuerdo al nivel de reposición y edad al primer parto:

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