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EL CONSUMO DE MATERIA SECA EN EL VACUNO DE LECHE

OEA Por OEA Sep23,2019

 

 

 

 

 

MATERIA SECA EN EL VACUNO DE LECHE

INTRODUCCIÓN

La ingestión de materia seca (IMS) es una aspecto fundamental de la alimentación del vacuno lechero y de la producción de leche. Comúnmente, las raciones se formulan para conseguir unos ciertos porcentajes de nutrientes (i.e. 17% de proteína) y se asume que el animal ingerirá una cierta cantidad de materia seca (MS) suficiente para cubrir sus necesidades productivas. Ahora bien, que el animal supla sus necesidades nutricionales, dependerá, en último término, de que realmente consuma la cantidad de MS adecuada. Por lo tanto, conocer qué comen las vacas de una explotación, así como relacionarlo con el nivel de producción es un aspecto importante, no sólo para evaluar la calidad nutricional de la ración, sino para evaluar algunos aspectos del manejo de los animales, y poder valorar la rentabilidad de una explotación.

ÀLEX BACH*
* IRTA-Unidad de Rumiantes.

PREDICCIÓN Y MEDICIÓN DE LA INGESTIÓN

Conocer la cantidad de MS que consumen las vacas de una explotación permite:
1. Realizar un correcto control de stocks de ingredientes:

Conocer con precisión lo qué son capaces de ingerir las vacas de un rebaño permite maximizar y ajustar el uso de los for rajes propios de la explotación, lo que a su vez puede disminuir los costes de nutrición.
2. Asegurar el aporte de nutrientes y el contenido energético de la ración:

Conforme aumenta la IMS, a paridad de peso corporal, el ritmo de paso de la ración a través del tracto digestivo aumenta. Por lo tanto, la cantidad de tiempo disponible para que las bacterias ruminales y los enzimas intestinales puedan digerir los nutrientes disminuye conforme la ingestión aumenta. La consecuencia directa es, por tanto, un descenso de la digestibilidad de la MS consumida. Por ejemplo, una ración con una densidad energética (consideran do un nivel de ingestión propio de mantenimiento) de 1,69 Mcal/ d, pasaría a tener una densidad real de 1,58 Mcal/kg como consecuencia de las diferencias en ritmo de paso. Si esta ración hubiese sido diseñada para una ingestión de 22 kg se podría calcular erróneamente que los aportes de energía serían de 37,2 Mcal/d, pero en realidad los animales que ingirieran 22 kg sólo podrían aprovechar 34,8 Mcal/d debido a la disminución en la digestión consecuencia del aumento del ritmo de paso asociado al aumento de ingestión respecto al nivel de mantenimiento. L a diferencia de 2,4 Mcal/d vendrían a representar unos 3 kg/d de leche.

Además, el NRC 2001 asume que la disminución de la digestibilidad consecuencia de un aumento de la ingestión es mayor cuanto mayor sea la digestibilidad de la ración a niveles de ingestión propios de mantenimiento (Figura 1).

3. Calcular la eficiencia de conversión (clave en la rentabilidad de la explotación):

L os costes de alimentación del vacuno lechero representan un porcentaje muy elevado del total de los costes de una explotación y, a pesar de ello, en raras ocasiones los productores calculan la rentabilidad o el retorno en forma de leche sobre la inversión realizada en alimentación. Conocer con exactitud el consumo de MS y la producción de leche, permitirá calcular la eficiencia de conversión de la ración para la producción de leche.

La IMS en una explotación puede determinarse 1) usando modelos matemáticos de predicción, o bien 2) midiendo la ingestión real de cada grupo de animales. La utilización de modelos matemáticos es más cómodo y requiere menos horas de trabajo. Sin embargo, el grado de precisión obtenido suele ser inferior al que se obtiene con mediciones directas de consumo.

El NRC 2001 utilizó unos 17.000 datos de ingestión obtenidos de artículos publicados en el Journal of Dairy Science desde 1988 hasta 1998 y datos de las granjas experimentales de las universidades de Ohio y Minnesota para validar una serie de ecuaciones propuestas anteriormente. La mejor estimación se obtuvo utilizando la ecuación de Rayburn y Fox (1993) aplicándole el ajuste por semana en lactación propuesto por Roseler et al. (1997) donde L4 representa la producción (kg/d) de leche estandarizada al 4% de grasa, PV el peso vivo del animal (kg) y SEL semana en lactación.

Sin embargo, esta ecuación de predicción de la IMS tiende a sobre estimar ligeramente la ingestión. Otro problema de los modelos matemáticos es que usan el PV como variable independiente, y este dato no suele estar disponible por lo que se termina estimando. Errores de 50 kg en la estimación del PV representan desviaciones del 3% en la predicción de la IMS, así el modelo del NRC 2001 predeciría un consumo de 22,5 kg para animales de 600 kg de PV, y de 23,2 para animales de 650 kg de PV.

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