Tener claro qué actuaciones se deben seguir ante un parto distócico y en qué momento llevarlas a cabo es de suma importancia para intentar salvaguardar la salud y la vida del ternero y de su madre.
Una de las preguntas más habituales que suelen hacer los ganaderos en el comienzo de su actividad es: ¿cómo sé si el parto va bien o cuándo tengo que llamar al veterinario? La respuesta no es fácil porque cada parto es diferente y la experiencia es un gran valor para obtener un buen resultado.
El control en los días previos al parto es fundamental: observar cómo se realiza la preparación al parto, el control de la alimentación de la vaca, así como su estado general. Todos los posibles signos clínicos observados en los días previos (la presencia de prolapso vaginal preparto, anorexia, dolor abdominal, heces líquidas, asimetría en la ubre, cola levantada, pérdida de volumen de la ubre, etc.) van a aportar información relevante.
Fuente . http://albeitar.portalveterinaria.com/noticia/14763/articulos-rumiantes/el-parto- distocico-en-el-ganado-vacuno.html
Uno de los signos más indicativos de que se aproxima el parto es que la vaca se separe del resto. El animal se encuentra incómodo, no acude a comer, se levanta y se tumba, y pierde el tapón mucoso. Finalmente, cuando la vaca se tumba comienzan las contracciones. En estos momentos la persona encargada deberá estar pendiente de la evolución del parto, especialmente cuando se observa que comienza la fase de expulsión. A partir de ese momento, hay que controlar si expulsa la bolsa, si hay rotura de aguas, si se exterioriza alguna parte del ternero, etc. Se recomienda no tocar a la vaca si no es necesario y, sobre todo, no apresurarse en la extracción del ternero. Mi recomendación siempre es la de no intervenir si no es necesario. Es frecuente que algunos ganaderos, en estos momentos de incertidumbre, se pongan nerviosos y quieran extraer a la cría antes de tiempo por miedo a que esta se ahogue. En ese caso es importante explicar las posibles consecuencias de una manipulación precoz (rotura del cuello de útero, desgarros vaginales, episiotomía por falta de dilatación vulvar, etc.). Una vez que se inician las contracciones, indicativas de que el proceso del parto se ha desencadenado, se recomienda su control periódico, cada 20-30 minutos, y siempre desde lejos de forma visual. Observar que la vaca se tumba y comienza a empujar, cómo se ven las patas del ternero y cómo va saliendo en cada contracción un poco más.
Si tras una hora de parto no se observa ninguna parte del ternero y la vaca continúa haciendo fuerza o lleva la cola levantada y se ve colgando parte de la placenta, pero el ternero no asoma, o la vaca ha roto la bolsa de agua pero no se percibe que haga fuerza es el momento de realizar una exploración vaginal. El tiempo de espera que se recomienda es de una hora y media en vaca y dos horas y media en novilla tras los primeros signos observados, pero es muy importante el criterio de un observador experimentado. Antes de cualquier actuación, es fundamental realizar una buena anamnesis (aprovechando el momento en que nos colocamos la vestimenta para partos: guantes, lubricante y desinfectante). Es importante la información de días de gestación; si la gestación fue por inseminación o por monta natural; en caso de ser una ganadería con toro, tamaño de sus crías; historial de la vaca (número partos, distocias en partos anteriores, mortalidad perinatal, estado sanitario de la ubre, asistencia al ternero tras el parto, etc.).
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