UNA VERDADERA URGENCIA, EL TIMPANISMO AGUDO
Pocas enfermedades hay en las que sea tan fácil el diagnóstico y tan previsible el desenlace cómo ocurre en el caso del timpanismo de las vacas. La enfermedad es conocida desde muy antiguo.
Juan Vicente González Martín. DVM, PhD
Siendo obvio que la muerte la producía el exceso de gas en el rumen han sido muchas y variadas las soluciones, tanto médicas como quirúrgicas, que se han desarrollado para evitar el fatal desenlace.
De estos tratamientos, aunque muchos pueden parecer peregrinos, la mayoría tiene una justificación médica.Esta enfermedad puede ser tan aguda que es conveniente que los propios trabajadores de la granja sepan cómo actuar cuando detecten animales afectados, pues en muchas ocasiones, cursa tan rápido que puede ocurrir que el veterinario no llegue a tiempo para salvar la vida del animal. Máxime en nuestros días en los que cada vez es más difícil encontrar veterinarios clínicos especializados en ganado.
FISIOLOGÍA RUMINAL
Pero, para comprender el mecanismo de acción de los distintos tratamientos pri- mero recordaremos como se produce el timpanismo y sus distintas causas. La panza o rumen de la vaca es una cuba de fermentación, parecida a las cubas de producción de vino o de cerveza, pero mucho más compleja pues produce muchísimos productos distintos y se adapta a una inmensa cantidad de materias primas.
A través de la boca llegan al rumen los distintos productos vegetales que deben fermentarse y también el agua, imprescindible para la vida de las bacterias y levaduras. Estos microorganismos, bacterias y levaduras, llegan con la propia co- mida y se multiplican, controlando su número entre sí y a través de los virus y protozoos que también viven en el rumen.
Cuando la comida que llega por primera vez al rumen se mezcla con los mi- croorganismos por medio de los movimientos ruminales y de la rumia. La temperatura debe permanecer constante, de ello se encarga el organismo de la vaca. El mayor problema no es mantener la mezcla caliente sino enfriarla, pues la fermentación genera mucho calor. Otro punto muy importante a controlar es el pH, el animal lo regula dosificando la comida y por medio de la saliva. La vaca produce una cantidad enorme de saliva diaria y ésta contiene mucho bicarbonato. El bicarbonato es un tampón que equilibra el pH del rumen. La saliva también contiene otra sustancia que sirve para estabilizar la tensión superficial del líquido ruminal, la mucina, y así evitar que se forme espuma. La mucina es una proteína que como veremos más adelante es muy importante para el control de algunos tipos de timpanismo.
Ya hemos visto como se carga y se regula la cuba de fermentación que es el rumen, ahora veremos como se descarga. El órgano encargado de dirigir todo el complicado proceso de organización y distribución de la comida es el bonete, redecilla o retículo. El retículo tiene una entrada, el cardias, por donde entra la comida procedente del esófago. Además, tiene en su zona dorsal una gran abertura por la que se comunica con el rumen. Y finalmente tiene una salida, el agujero reticuloomasal por donde la comida pasa al librillo, salterio u omaso y de allí al cuajar o abomaso. ¿Qué funciones realiza el retículo? Pues el retículo decide que contenido ruminal debe ser rumiado para ser reducido a un tamaño menor, cual debe ser mezclado en el rumen y cual debe salir al omaso para ser final- mente digerido en el abomaso. Lo hace fundamentalmente a través de sensores de tacto y presión y por la densidad y tamaño de las partículas. Pero en la motili- dad general de los estómagos de la vaca influyen muchas otras cuestiones como son: el pH del rumen, del abomaso y del duodeno, la presión en el rumen y en el abomaso, las toxinas, la fiebre, el miedo, el calcio o la glucosa en la sangre y muchos otros factores.
Finalmente, nos queda hablar del producto más importante producido en el rumen, en lo que a la enfermedad que nos ocupa se refiere, el gas. Como en todas las fermentaciones en el rumen se producen, entre otros muchos gases, metano y dióxido decarbono. Éstos se producen en gran cantidad, entre 500 y 1500 litros al día, y deben ser expulsados de manera continua a través del cardias hacia el esófago. Cuando estos gases no son expulsados se produce el timpanismo. Por lo tanto, el timpanismo no se da cuando se produce mucho gas en el rumen sino cuando éste no puede ser expulsado. Y, ¿cómo son expulsados estos gases? cuando aumentan ligeramente, distienden el rumen, aumentan la presión intraruminal y si el cardias y el esófago están libres, con una contracción del rumen, salen al exterior de una manera parecida a como nosotros eructamos ¡pero sin impedimentos sociales!
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