EL USO DE FLUIDOS ORALES EN VACAS DE POSPARTO CON DESHIDRATACIÓN

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VACAS DE POSPARTO CON DESHIDRATACIÓN

Estos productos aportan el agua que requiere la vaca para recuperar los fluidos que se pierden durante el parto y ayudan a propiciar una producción copiosa y normal de leche.

Dr. Pedro Meléndez

Sabemos que la vaca antes del parto comienza a disminuir su consumo de materia seca, llegando al mínimo en la parición. En este momento, se encontrará muy exhausta, adolorida y con un desbalance metabólico evidente, que se reflejará muchas veces con signos de hipocalcemia e hipomagnesemia subclínica y cetosis.

Por lo tanto, debemos considerar darles el mejor ambiente durante el preparto y el posparto. Al momento del parto, la vaca idealmente debe parir en un ambiente limpio, seco y confortable. Luego, debe ser separada del ternero lo antes posible, con el fin evitar la transmisión de microorganismos desde la madre a la cría.

La vaca debe ser ordeñada dentro de las siguientes 6 horas de parida, para lograr obtener un calostro de buena calidad. Además de las estrategias nutricionales que permiten estimular el consumo de alimento después del parto, se debe procurar que la vaca sea movida a un corral de posparto, donde tenga un espacio adecuado para moverse, una superficie blanda para echarse, y una ventilación y métodos que ayuden a disipar el exceso de calor y humedad, sobre todo en épocas de verano (ventiladores e irrigadores). La vaca debe tener también acceso a agua fresca y de calidad durante todo el día.
La vaca, además, se debe someter a un monitoreo riguroso de salud durante los primeros 10-15 días después del parto, con el fin de evaluar su temperatura corporal, actitud, y presencia de metritis, mastitis, cuerpos cetónicos o desplazamientos del abomaso. Según este programa, los animales se deberían someter a un tratamiento inmediato dependiendo de la enfermedad que se les diagnostique. Si la vaca no desarrolla cuadros clínicos durante los primero 15 días luego del parto, se podrá mover a un grupo de alta producción para lograr expresar al máximo su peak de lactancia.
No obstante, muchos rebaños han establecido algunas estrategias complementarias y protocolos de tratamientos que ayudan a la vaca a recuperarse antes de posibles secuelas producidas por el estrés del parto y a diagnosticar precozmente alguna enfermedad.

Dentro de estas, se encuentra el uso de fluidos orales que ayudan a recuperar la fisiología digestiva y el ambiente metabólico de la vaca, lo que le permitirá comenzar a consumir alimento de forma creciente lo antes posible después del parto.
Estos productos van a aportar el agua que requiere la vaca para recuperar los fluidos que se pierden durante el parto y para la producción copiosa y normal de leche. Hay que recordar que en 1 litro de leche, el 87,5% es agua. Además, ayudarán a mantener un rumen con más contenido, a estimular un mayor consumo de alimento y a evitar los desplazamientos del abomaso.

Muchos de estos fluidos orales, además, se combinan con compuestos químicos y pro- bióticos que pueden ayudar a paliar los potenciales desbalances metabólicos. En este caso, los compuestos más utilizados son el propilen glicol, propionato de calcio, glicerol, vitaminas del complejo B, minerales, levaduras, bacterias y ácidos orgánicos (acético, propiónico, butírico), entre otros.

1-Fluidos orales al parto

Existen productos comerciales que se pueden ofrecer con un gran volumen de agua (20 a 30 litros), a través de un tubo oro-esofágico, usando una bomba manual. Se debe tener cuidado de aplicar bien el tubo y no introducirlo en la tráquea, ya que de lo contrario el fluido se dirigirá a los pulmones, induciéndose una neumonía fulminante con la consecuente muerte del animal. También se debe tener cuidado de no ser tan agresivo al pasar el tubo por la faringe, ya que se pueden producir lesiones traumáticas con la consecuente inflamación y formación de un absceso faríngeo, que también pueden terminar siendo letales para el animal. De igual forma, hay que ser cuidadoso a la hora de pasar el tubo, con el fin de no perforar el esófago.

Por lo general, estos productos están hechos en base a propilen glicol (300 g), propionato de calcio (500 g) y algunos minerales y vitaminas. Mientras el propilenglicol y propionato van a ayudar a reducir la formación de cuerpos cetónicos, el calcio lo hará con la hipocalcemia.

Muchas veces el producto se puede ofrecer en un balde, dentro de las primeras 2 horas de parida la vaca. Ella, en general, tenderá a beberlo de forma voluntaria, sin la necesidad de pasar un tubo esofágico.

2-Fluidos orales como tratamiento

Cuando se presentan cuadros digestivos y/o se observa una deshidratación marcada del animal (> 5-7%), también se deben suplementar fluidos orales, muchas veces en combinación con fluidos endovenosos. Se debe entender que lo que finalmente mata al animal es la deshidratación y el desbalance de electrolitos en la sangre (sodio, potasio, cloro), no las bacterias u otros microorganismos. Por lo tanto, si se piensa que con sólo inyectar antibióticos y/o anti-inflamatorios, sin considerar recobrar el déficit de fluidos y electrolitos, el animal se recuperará, se está en un error. Primero se debe pensar en re-establecer la falta de agua y electrolitos y luego considerar el uso de antibióticos y otros fármacos.

Aquí también se pueden ofrecer los mismos productos comerciales recomendados anteriormente, además de considerar electrolitos o sales de rehidratación. Si no se puede acceder a este tipo de productos, también se puede confeccionar una mezcla de electrolitos de forma casera.

El ganado lechero, en particular, es propenso a la deshidratación rápida, debido a que pierde una gran cantidad de agua de su cuerpo para producir leche todos los días. Por lo tanto, muchas vacas enfermas, necesitan los líquidos orales o intravenosos, por lo que se les deben suministrar.

La forma más precisa de detectar la deshidratación en el ganado es observando la posición de los globos oculares. Normalmente, el ojo debe estar justo contra el párpado inferior. No debe haber ningún «espacio» entre el párpado y el globo ocular. Las vacas deshidratadas desarrollan una retracción del globo ocular y sus ojos comienzan literalmente a «hundirse» dentro de la cavidad ocular. Generalmente, cuanto más hundidos están los ojos, más severa es la deshidratación.

Otra forma de evaluar la deshidratación en el ganado es pellizcar la piel sobre el cuello, girarla unos 90 grados y soltarla. En una vaca normal, la piel debe volver rápidamente a su posición original, mientras que en las vacas deshidratadas, esta regresará de forma mucho más lenta.

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