ENSILADOS DE CALIDAD: OBJETIVOS

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MÁS ALLÁ DE LA CONSERVACIÓN


Hay que valorizar al máximo lo que se produce en una explotación; por lo tanto, la producción de forrajes y su conservación a través del ensilado juegan un importante papel, que analizamos a lo largo de las siguientes páginas.

Paula Soler Business Manager España & Portugal, Lallemand Bio SL

No hay que quedarse en el mero concepto de la conservación sino que hay que fijarse objetivos más amplios, que engloban tanto la calidad nutricional como la microbiológica (seguridad alimentaria y sanitaria).

El objetivo del ensilado es obtener un alimento estable con una alta recuperación de materia seca (MS) y energía, y una elevada digestibilidad de sus nutrientes respecto del forraje fresco (L. Kung, 2018). La conservación ha sido y será el primer objetivo y en ella se busca reducir al máximo las pérdidas de MS, pero la conservación por sí misma no garantiza que el ensilado que finalmente ingiera el animal sea siempre el más adecuado desde el punto de vista sanitario ni la disponibilidad de sus nutrientes sea la óptima.

Cuando hablamos de conservación nos referimos a una fermentación de los azúcares de las plantas que se transforman sobre todo en ácido láctico y, gracias a eso, hay una disminución suficiente del pH que impide las actividades enzimáticas y microbianas que descomponen el forraje.

“CUANDO VAMOS MÁS ALLÁ DE LA CONSERVACIÓN Y BUSCAMOS LA MÁXIMA CALIDAD DEL ENSILADO, ENTRAN EN JUEGO LA CALIDAD NUTRICIONAL Y LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SANITARIA”

Pero cuando vamos más allá de la conservación y buscamos la máxima calidad del ensilado, entran en juego la calidad nutricional y la seguridad alimentaria y sanitaria.

Si en los ensilados de calidad vamos más allá de la conservación, tenemos que pensar en:

– los riesgos sanitarios asociados al ensilado

– el impacto a nivel nutricional

– qué acciones podemos llevar a cabo para reducir el riesgo y el impacto

El ensilado puede llevar asociados riesgos sanitarios:

– Puede ser vehículo de gérmenes patógenos (Lynn et al.; Pedroso et al., 2010). Los microorganismos más comunes en el ensilado son E. coli, Listeria monocytogenes, Bacillus spp., Salmonella y Clostridium spp.

– También existe un riesgo de contaminación fúngica y de presencia de micotoxinas.

La contaminación microbiológica del ensilado puede ser consecuencia de:

– Aporte de purines

– Contacto con el suelo o incorporación de tierra bien sea en el momento del corte o en las operaciones de elaboración del ensilado

– Falta de limpieza e higiene de las instalaciones y equipos…
– Animales, etc.

Para controlar la contaminación bacteriana se pueden aplicar diferentes medidas:

– Elevar la altura de corte y evitar el contacto con el suelo. La altura de corte tiene una gran influencia sobre el contenido de cenizas, por incorporación de tierra en el ensilado (figura 2) y, como consecuencia, la contaminación por esporas butíricas (figura1).

– Extremar la higiene de los equipos, ruedas de tractores…, ya que son fuente de incorporación de tierra en el ensilado (habilitar un área limpia en la parte anterior y/o posterior del silo para evitar la incorporación de tierra).

– Reducir la carga de patógenos del estiércol y purines.

– Mejorar la acidificación y la calidad fermentativa del ensilado con el uso de inoculantes para ensilado. Wilson et al. (2005) observaron que el ácido láctico actuaba como un gran inhibidor de Listeria. Los inoculantes actualmente en vigor reducen mucho más rápidamente el pH del ensilado y permiten incluso alcanzar y mantener niveles de pH inferiores al umbral de crecimiento de bacterias del género Clostridium (butíricas), de entero bacterias (E. coli…), de Listeria, etc. En la figura 3 (Vilar et al., 2007) se puede observar la influencia del pH vs. la presencia de Listeria spp. en silos en Galicia.

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