¿Y SI ESCUCHÁSEMOS A LAS VACAS HABLARNOS DE SU ALIMENTACIÓN?

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¿Y SI ESCUCHÁSEMOS A LAS VACAS HABLARNOS DE SU ALIMENTACIÓN?

INTRODUCCIÓN

Ya sabemos que la alimentación ocupa un puesto de coste mayor en la producción de leche, responsable en gran medida de la rentabilidad de nuestra granja, así que es natural que dediquemos esfuerzos a trabajar en esta cuestión. Con todo, de manera general, la manera de calcular, hacer y darles una ración a las vacas es fuente de múltiples errores:
S6 Los cálculos de ración se basan en programas informáticos que salen de los estudios de la alimentación animal. Pueden ser más o menos acertados y responder más o menos a la realidad de cada granja.

Xan Pouliquen Kerlau Formador acreditado OBSALIM ® para España Xestión Agrogandeira e Natureza SL info@xangalicia.com

S6 Cuando las hay, se usan analíticas de los alimentos que se deben incorporar en la ración; si no, tablas con medias. Esos valores medios no tienen por qué corresponderse con lo que hay en cada granja.

S6 La nutróloga puede comunicarle al ganadero una ración distinta a la “óptima” que sale del programa.

S6 La ganadera puede entender algo distinto a lo que le dijo el nutrólogo y, conscientemente o no, preferir distribuirles algo distinto a sus animales.

S6 Puede haber una diferencia entre lo que el ganadero piensa darles a los animales y lo que realmente les da. S6 Los animales pueden comer lo que les da la ganadera oir seleccionando.

S6 Finalmente, lo que pasa dentro de los animales puede variar en función de lo que se les da y de cómo se les da la comida.

En definitiva, hacemos una ración para 35 litros y los animales solo dan 32. ¿Dónde esta el fallo? Gran pregunta, muy difícil de contestar acertadamente. De ahí surge la idea alternativa de OBSALIM®.

¿Por qué no preguntarle directamente al rebaño cómo le sienta lo que come? Si lo pensamos bien, no se trata de algo nuevo. De toda la vida, ganaderos y ganaderas han mirado a los animales y han sacado conclusiones sobre la alimentación: nivel de producción, condición corporal, brillo del pelo, consistencia de las bostas… Todos ellos on indicadores para quien está continuamente con ellos.

¿POR QUÉ OBSERVAR ANIMALES?

El proceso de racionamiento es actualmente un método a priori, con antelación: diseñamos una ración ideal. Si los resultados obtenidos no se corresponden con lo planeado (menor producción de la esperada, problemas reproducti- vos, fundamentalmente), lo más generalizado es cambiar la ración, dejando ampliamente de lado los otros factores que influyen en la eficiencia de la alimentación.

Desde OBSALIM® intentamos hacer una valoración a posteriori, después de que los animales coman: observamos cómo les sienta lo que les estamos dando, para que ellos nos “digan” lo que está bien y lo que está mal en la alimentación en general, lo que incluye tanto a los alimentos en sí como a la forma de prepararlos y de distribuirlo OBSALIM® racionaliza las observaciones de la alimen- tación (de ahí su nombre) y propone un diagnóstico sobre la alimentación de los animales. Como vemos, no es contradictorio con el trabajo habitual del ganadero y de la nutróloga, al contrario: son complementarios y así debe ser entendida la observación. Es una herramienta para evaluar la alimentación que les damos a las vacas, para corregir esta ración y su distribución de cara a un uso más eficiente.

Me voy a repetir en lo que ya se sabe: los animales comen para mantenerse, producir y reproducirse, pero se desconoce ampliamente que también producen signos, “síntomas”, que nos dan indicaciones sobre el equilibrio de la ración que comen. ¿A dónde va a parar el exceso de energía de una ración mal aprovechada? A las bostas, claro, que serán voluminosas, con restos de fibra o restos de concentrado, pero también a crear síntomas, que son vías de evacuación de la energía sobrante. Así lo puede mostrar, por ejemplo, un goteo de la nariz (https://youtu.be/nAjS-XFu46I).

En este punto debemos hacernos una pregunta: ¿para qué les damos comida a los animales? Para que la transfor- men en leche o en carne, para que absorban los alimentos. Cierto…. a medias. No, no es cierto, no les damos comida a las vacas para que absorban nutrientes y los transformen, no. Lo que hacemos es darles comida a unos microorganis- mos, que son los encargados de transformar estos alimen- tos en elementos asimilables por el animal. ¡La diferencia es muy importante! Si este ecosistema ruminal no funcio- na, entonces el alimento no será absorbido, la ración no será eficiente. Por lo tanto, es básico, fundamental, crítico, importantísimo… qu

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