ESTIMACIÓN DE CALIDAD DE LOS FORRAJES

1961

 

¿QUÉ ES LA CALIDAD DEL FORRAJE?

 

INTRODUCCIÓN

La evaluación sistemática de la calidad de recursos forrajeros tuvo su auge en el mundo a partir de la década del 60 con el desarrollo de la técnica de Tilley y Terry para medir la digestibilidad in vitro de la materia seca. Posteriormente la evaluación se enriqueció en la década siguiente con la técnica de Van Soest para cuantificar la fibra detergente neutro (FDN), fibra detergente ácido (FDA) y lignina. Desde entonces estos parámetros, conjuntamente con la determinación de proteína bruta (PB), constituyeron el pilar de la evaluación de recursos forrajeros en el mundo y en el país. Sin embargo existen otros criterios para evaluar la calidad de los forrajes y cada laboratorio usa el que considera más conveniente.

Dr. Oscar Di Marco

¿QUÉ ES LA CALIDAD DEL FORRAJE?

Existe acuerdo en la bibliografía que el principal parámetro que define la calidad del forraje es la digestibili- dad de la materia seca. Sin embargo no existe un método de referencia para determinar dicho parámetro, ni una norma que especifique que parámetros se tienen que evaluar para determinar la calidad de un forraje. Tampoco está definida la terminología apropiada para usar en la temática, es así que tanto se puede hablar de calidad de forrajes, calidad forrajera, valor nutritivo, calidad nutritiva, composición nutritiva, o simplemente «calidad», entre otros términos. Algunos autores consideran que la calidad es una propiedad del forraje, otros que es el resultado de la respuesta del forraje al ambiente y/o manejo, y otros consideran que debe incluir la respuesta animal o el consumo. También algunos laboratorios no determinan la digestibilidad in Vitro de la materia seca (DIVMS) y la estiman con una fórmula a partir de la fibra detergente ácida (FDA):

% DIVMS = 88.9 – (%FDA x 0.779)

Independientemente de la metodología utilizada para evaluar la calidad, se considera que un forraje tiene alta calidad cuando tiene aproximadamente 70% de digestibilidad in Vitro de la materia seca (DIVMS), menos de 50% de fibra detergente neutra (FDN) y más de 15% de proteína bruta (PB). Por lo contrario, en uno de baja cali- dad la DIVMS disminuye a menos del 50%, la FDN sube a más del 65% y la PB baja a menos del 8%. El uso más común de la DIVMS es para estimar el contenido de energía metabolizable (EM) del alimento. Según las normas inglesas de alimentación dicha conversión se realiza en forma simplificada con la siguiente ecuación:

EM = 3.61 x DIVMS

TÉCNICAS USADAS PARA LA EVALUACIÓN DE LA DIGESTIBILIDAD

La técnica más usada y difundida en el mundo, con excepción de EE.UU., es la de Tilley y Terry (TT). Sin embargo hay otras alternativas que se muestran en el esquema siguiente. Cada procedimiento tiene sus ventajas y limitaciones que hay que tener en cuenta al momento de interpretar la información. La principal limitante de TT es el tiempo que requiere el análisis y la demanda de mano de obra. Tiene un período de incubación con licor ru- minal de 48 h, seguido de otro con pepsina ácida de igual tiempo, lo cual hace que el análisis lleve una semana completa. En la última década esta técnica está siendo reemplazada por el procedimiento en el digestor Daisy, que ahorra tiempo y mano de obra. Este procedimiento se ha difundido aceleradamente en EE.UU., que mayormente utiliza la predicción de la digestibilidad a partir del contenido de FDA del alimento, si bien existen numerosas publicaciones que advierten sobre las limitaciones de esta última estimación.

La estimación a partir de la producción de gas in vitro se utiliza en muchos países con distintas variantes. Es adecuada para estudiar la cinética in vitro de los alimentos, tiene alta repetibilidad entre determinaciones, pero tiene sus inconvenientes al momento de convertir la producción de gas en porcentaje de digestibilidad. Por su parte, la metodología enzimática que usa celulasas en lugar de líquido ruminal, es muy citada en publicaciones provenientes de Francia y Australia. Este procedimiento se calibra con respecto al TT y no tiene desarrollo en el país. Podría ser importante en el futuro, si las normas de bienestar animal prohíben el uso de animales con cánulas ruminales para proveer líquido ruminal.

La determinación de digestibilidad con NIRS aún es incipiente en el país, pero hay un interés creciente en calibrar esta metodología. El problema es que requiere muestras estándares de digestibilidad conocida para su calibración.

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La incubación in situ se utiliza más bien con fines de investigación y no en análisis de rutina. Es de gran utili- dad para estudiar la cinética de la degradación en el rumen y estimar la degradabilidad efectiva de los forrajes. En la bibliografía se hace referencia a éste parámetro, o a la desaparición de la MS a un tiempo determinado (por ejemplo 24 horas), en lugar de la digestibilidad in vitro.

DIGESTIBILIDAD EN EL DIGESTOR DAISY

En este aparato se mide la digestibilidad verdadera de la MS (DvMS) y la digestibilidad de la FDN (DFDN). De la DvMS se puede calcular la digestibilidad aparente (DaMS) restando el factor metabólico de Van Soest de 11.9. El aparato también permite estudiar la cinética in vitro, o calcular la desaparición MS a un tiempo fijo.

Según el manual del aparato la incubación es de 48 horas al igual que en la técnica de TT. Con este tiempo de incubación ambos procedimientos dan resultados comparables.

A diferencia de la técnica de TT, en el digestor Daisy se puede variar el tiempo de incubación, y existe una tendencia creciente a utilizar tiempos de 24 o 30 horas.

¿CUÁL DE LOS PARÁMETROS DE DIGESTIBILIDAD ES EL MÁS ADECUADO?

No es fácil contestar la pregunta, no todos lo nutricionistas la responden de la misma manera. Todo depende del valor de referencia que se tome para la comparación y del tipo de recurso forrajero que se esté evaluando. En el caso de silaje de maíz, si los datos del digestor Daisy se comparan con la digestibilidad in Vitro de la materia seca (DIVMS) de TT, la digestibilidad aparente a 48 horas obtenida en el digestor Daisy es la más adecuada. En cambio, tomando la digestibilidad in vivo como referencia, es la digestibilidad aparente a 24 horas de incubación. La incubación a 48 h en el digestor Daisy o el método de TT puede sobreestimar la digestibilidad in vivo en un 10-15%. Esto es debido que el período de incubación supera ampliamente el tiempo de retención ruminal, de ali- mentos de alta calidad, en animales de alto potencial de producción (< 24 h).

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