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FISIOLOGÍA DIGESTIVA Y USO DE ADITIVOS ALIMENTICIOS RUMIANTES

OEA Por OEA Mar10,2019

 

 

FISIOLOGÍA DIGESTIVA Y USO DE ADITIVOS ALIMENTICIOS RUMIANTES

Michael F. Hutjens, Ph.D.
Professor of Animal Sciences Emeritus University of Illinois, Urbana. 217-333-0978. hutjensm@illinois.edu

1.- INTRODUCCIÓN

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La alimentación de vacas de alto nivel productivo continúa siendo un desafío para granjeros y nutricionistas. Además, los márgenes de beneficio de las explotaciones lecheras varían con el precio de la leche y los costes alimenticios que a su vez se modifican notablemente de un año a otro. El coste de alimentación representa el mayor input para la producción de leche (alrededor de un 45-60%). Los aditivos alimenticios son un grupo de ingredientes que pueden causar una respuesta beneficiosa del animal en aspectos tales como el pH ruminal, el crecimiento o en la modificación del metabolismo. El cuadro 1 enumera una serie de aditivos alimenticios utilizados por los gerentes de las granjas de leche sobre la base de un encueta de lectores de Hoard’s Dairyman Magazine. Algunos aditivos alimenticios contienen nutrientes tales como el sodio en el bicarbonato sódico o la proteína en el cultivo de las levaduras. Los aditivos alimenticios no son una garantía de productividad o de rentabilidad.

2.- VALORACIÓN DE LOS ADITIVOS ALIMENTICIOS A NIVEL DE GRANJA

Los cuatro factores que pueden considerarse para determinar si un aditivo alimenticio debería ser utilizado son: respuesta prevista, retorno económico, investigación disponible y referente en condiciones de campo. Respuesta se refiere a los cambios de rendimientos esperados o anticipados por el usuario cuando se incluye un aditivo en la ración. Los ejemplos incluyen una mañyor producción de leche (pico de lactación y/o persistencia de producción), incremento en la concentración de componentes de la leche (proteína y/o grasa), incremento de consumo, estimulación del crecimiento microbiano en el rumen, aumento de la fermentación o digestión, estabilización del medio ruminal y del pH mejora de la eficiencia alimenticia, minimización de la pérdida de peso, reducción del efecto del estrés térmico, mejora de la salud (reducción de la incidencia de cetosis y acidosis, mejora de la respuesta inmune). Retornos refleja el beneficio económico del uso de un determinado aditivo. Si la respuesta medible es una mayor producción de leche puede calcularse un valor umbral. Por ejemplo, un consultor recomienda un aditivo que aumente el coste alimenticio en 10 centavos/ día. Si la leche tiene un valor de 20 centavos por cada libra (0,45 kg), cada vaca debe producir 0,5 libras (0,23 kg) más de leche para cubrir el coste adicional asociado al aditivo. Otra consideración es que frecuentemente todas las vacas reciben el aditivo, pero solo responden positivamente las novillas y las vacas al principio de la lactación (100 primeros días). Las vacas donde se obtiene respuesta deben en este caso cubrir el coste del suministro del aditivo a todas las vacas (tanto las que responden como las que no). Una norma es que un aditivo debería retornar dos dólares o más por cada dólar invertido para cubrir la falta de respuesta en algunos animales y condiciones de campo que podrían minimizar la respuesta esperada. La investigación es esencial para determinar si respuestas observadas en condiciones experimentales pueden también esperarse en condiciones de campo. Los estudios deberían ser realizados bajo condiciones controladas y no sesgadas, haber producido resultados analizados estadísticamente (determinando si las diferencias son repetibles), y haber sido conducidos utilizando diseños experimentales que reflejen situaciones similares a las condiciones prácticas de las granjas. Los resultados obtenidos en una granja individual son la base del cálculo económico. Los gerentes y nutricionistas deben tener datos para comparar y medir las respuestas. Algunas herramientas para evaluar las respuestas en una granja incluyen registro de la producción de leche (pico de producción, persistencia, composición de la leche y curvas de lactación), parámetros reproductivos, conteos de células somáticas, consumo de materia seca, curvas de crecimiento de las novillas, gráficos de condición corporal y perfil sanitario del rebaño, etc, lo que permitirá una valoración completa y crítica de un determinado aditivo.

Los gerentes y consultores de las fábricas de pienso pueden evaluar los aditivos alimenticios utilizando una aproximación ligeramente diferente, incluyendo, como criterios adicionales de variación la seguridad, la repetibilidad y la relatividad. La seguridad debe estar basada en trabajos básicos de investigación que hayan sido publicados sobre el aditivo alimenticio considerado. La capacidad de predecir si el producto puede dar lugar a una respuesta positiva en un amplio rango de condiciones de alimentación es importante. La repetibilidad se establece a partir de resultados del análisis estadístico de los datos (media y desviación estándar). Cada consultor debe determinar qué nivel de riesgo está dispuesto a asumir cuando selecciona un aditivo alimenticio. El punto clave es la probabilidad de que la respuesta sea beneficiosa económicamente. La relatividad se refiere a otros productos, cambios de manejo o prácticas que pudiese sustituir el uso del aditivo. Por ejemplo, las sales aniónicas pueden excluirse de la ración si el nutricionista consigue reducir los niveles de potasio a menos de un 1%. Adicionalmente puede utilizarse en la valoración de un aditivo la confianza en su uso basada en los datos de trabajos publicados sobre ese aditivo. La capacidad de predicción de las respuestas positivas del producto en un amplio rango de condiciones de alimentación es importante.

3.- MEDIDA DE LA VARIACIÓN

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La desviación estándar y la probabilidad estadística son medidas que pueden utilizarse para determinar la probabilidad de obtener una respuesta deseada. Otra herramienta habitual es el análisis de errores de tipo I/tipo II. Los estudios de investigación publicados son resumidos, las desviaciones estándar calculadas y los factores económicos se incorporan a los cálculos. Un error de tipo I es el coste asociado con el suministro de un aditivo sin obtener respuesta económica, lo que constituye una decisión inadecuada. Un error de tipo II es el coste asociado con la decisión de no utilizar un aditivo que hubiera dado lugar a una respuesta positiva, lo que supone una pérdida de coste de oportunidad. El coste o riesgo de cada error debe ser interpretado por el usuario. En el cuadro 2 se relaciona una lista de errores de tipo I y tipo II para varios aditivos alimenticios.

El meta-análisis es otra herramienta que resume estadísticamente los trabajos de investigación publicados sobre un aditivo alimenticio para ganar potencia estadística mediante la combinación de trabajos publicados, informando sobre las respuestas y valoración esperados. En contraste con un estudio individual, un meta-análisis evalúa la base de datos completa de estudios en un solo análisis. Cada trabajo seleccionado (normalmente publicado en revistas con revisores) es ponderado sobre la base de su tamaño y de la variación obtenida en ese estudio. Un beneficio adicional del meta-análisis es permitir al usuario determinar si la falta de significación debida a un tratamiento es real o es debida a la baja potencia del análisis, diferencias en las respuestas o factores externos que influyen en el resultado. Un ejemplo de meta-análisis para colina protegida en el rumen se muestra en el cuadro 3.

4.-SELECCIÓN ALIMENTICIOS ENTRE PRODUCTOS COMERCIALES DE ADITIVOS

Un segundo aspecto es la selección de un aditivo, ¿qué producto comercial debería adquirirse? “Me too feed additive” es un término que se refiere a un producto que está apoyado por un número limitado de trabajos de investigación, pero que se comercializa sobre la base de que tiene un efecto similar a los aditivos estándar producidos por la industria. La realización de experimentos bien planeados y desarrollados en universidades o empresas y publicados en revistas científicas y técnicas puede costar entre 25.000 y 60.000 dólares por ensayo y precisar entre uno y tres años. Existen tres tipos diferentes de situaciones de “me too” en la práctica.

Situación 1: Aditivo idéntico

El bicarbonato sódico es un ejemplo de este tipo. El producto “me too” puede ser idéntico estructural o químicamente. En esta situación, la compañía inicial ha realizado numerosos estudios, publicados en revistas científicas, y ha establecido una base sólida para la toma de decisiones a nivel de campo. Un segundo producto aparece en el mercado indicando que tiene una composición idéntica pero un menor precio. El bicarbonato sódico es un producto definido químicamente. El dilema sobre qué producto escoger es crítico para el desarrollo futuro del producto. Si los gerentes de las granjas y nutricionistas escogen el producto nuevo y más barato, las compañías no continuarán desarrollando su producto.

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