IMPORTANCIA DE LOS MINERALES
EN LA PRODUCCIÓN BOVINA
La deficiencia o el exceso de elementos minerales puede estar limitando en forma solapada la producción en algunos establecimientos ganaderos, a tal punto que se puede hacer difícil que este problema sea reconocido por el productor como causa principal de la baja producción. Y sin embargo, en algunos casos es así. En los sistemas extensivos con reducido o nulo asesoramiento técnico por lo general hay otros factores productivos negativos que ocultan los efectos de las deficiencias o excesos de minerales.
Med. Vet. Eric M. Lipps y Med. Vet. Sebastian Bravo. Chaco, Argentina.
Los ganaderos deben interiorizarse más en el tema; deben conocer los requerimientos básicos de su ganado a pastoreo y la proporción en que esos requerimientos son cubiertos por los minerales que puedan brindar las pasturas de su campo, y en que proporción deben complementar esos requerimientos con suplementos minerales.
Una vaca de cría necesita unos 18 g/día de fósforo cuando está seca y unos 24 g/día cuando está lactando. Es decir, que como promedio durante el año debe consumir alrededor de 21 g/día de fósforo.
Cuadro 1.- Pérdida de minerales en leche para vaca adulta de 500 kg de peso vivo por lactancia de 305 días (Corbellini, 1994).
Las pasturas, por ejemplo, de la Mesopotamia argentina, registran durante el año un promedio de 1 g de fósforo/Kg. de MS (0,1 %). Si se tiene en cuenta que una vaca puede consumir unos 10 Kg. de MS/día, para completar sus necesidades diarias promedio será necesario suplementarla con unos 11 g/día adicionales de fósforo.
La suplementación es necesaria también para asegurarse que el ternero nazca con suficientes reservas minerales. El cuerpo de un ternero contiene un total de fósforo de 0,67 %, es decir, que a los 150 kg de peso vivo, su contenido de fósforo será aproximadamente un kg. El ternero lo extrae principalmente de la leche de la madre, por lo que si los 150 kg los alcanza al destete a los 6 meses, la vaca, si lacta lo suficiente, debe suministrarle unos 5 g/día de fósforo, la mitad de lo que ésta puede ingerir de las pasturas naturales. Si la vaca no es suplementada, el resto del fósforo que necesita para sus funciones vitales lo obtiene de sus propias reservas.
Al realizar el destete, el ternero consumirá exclusivamente pasturas, las que deberían cubrir todos sus requerimientos nutricionales, incluyendo el fósforo. Como esto generalmente no ocurre, es necesario suplementar los terneros con dicho elemento.
Perego (1996) para Misiones y el nordeste de Corrientes describe un caso similar. Si una vaca de cría se alimenta en campo natural, sus necesidades de fósforo se obtienen sumando las pérdidas de fósforo de su metabolismo, el fósforo total que de ella obtiene el ternero al nacer y el que se pierde con la leche que suministra a su cría. Una vaca de 380 kg de peso vivo que engendra un ternero de 30 kg de peso al nacer, el cual consume en promedio 3 kg de leche por día, pierde en 200 días de lactación unos 3,5 kg de fósforo. A esto hay que agregarle otros 2 kg que gasta en mantenimiento durante los otros 165 días restantes del año, totalizando una pérdida anual de 5,5 kg. Si se tiene en cuenta que un campo natural tiene una concentración promedio de 0,1 % de fósforo y la vaca consume 3.300 kg de materia seca de pasto por año, este forraje le suministra 3,3 kg de fósforo. Esto implica un déficit, el que requiere 2,2 kg de fósforo suplementario por año.
Rochinotti et al (1981) encontraron que la deficiencia de fósforo es la causa nutricional más importante que puede afectar el estado sanitario de los vacunos en la provincia de Corrientes
También en Corrientes, en la recría de vaquillonas, se consiguieron 1,9 kg de carne extra por kg de suplemento mineral. La ganancia de peso vivo de novillos se incrementó en 44 g/día por cada g/día de fósforo suplementario, en pasturas naturales (Mufarrege et al, 1985)
Cuando los bovinos beben agua altamente salina, las necesidades de oligoelementos se encuentran aumentadas. Además, cuando el agua contiene exceso de magnesio, hierro o aluminio, la absorción del fósforo se encuentra deprimida por precipitación de fosfatos en el tracto digestivo (Bavera et al, 1999). Por lo tanto, será necesario suplementar con fósforo y oligoelementos.
De lo visto hasta el momento nos muestra que es, no solo necesario, sino imprescindible conocer las principales deficiencias o excesos minerales de cada campo y efectuar suplementación mineral a los animales a pastoreo. Prácticamente, todos los sistemas de producción bovina la necesitan en mayor o menor medida. Dicha suplementación es económica, sencilla de efectuar y reditúa marcados beneficios por el sensible aumento de la producción.
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