LA MASTITIS BOVINA Y SU IMPACTO SOBRE LA CALIDAD DE LA LECHE

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LA MASTITIS BOVINA Y SU IMPACTO SOBRE LA CALIDAD DE LA LECHE

I – Etiopatogenia de la Enfermedad:

La mastitis bovina es una enfermedad infecto-contagiosa de la glándula mamaria, en la cual la inflamación se produce como respuesta a la invasión, a travéz del canal del pezón, de diferentes tipos de bacterias, micoplasmas, hongos, levaduras y hasta algunos virus.

Carlos N. Corbellini INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGÍA AGROPECUARIA Proyecto Lechero, E.E.A. INTA Pergamino Tel/Fax: 02324/421759 – E-mail: ccorbellini@ciudad.com.ar

Sin embargo, las bacterias de los géneros Staphylococcus, Streptococcus, Corynebacterium y algunos gérmenes Gram -, son responsables de más del 90 % de los casos clínicos y subclínicos. La enfermedad puede cursar como subclínica (la de mayor prevalencia en un rodeo) o como clínica, con alteraciones macroscópicas de la leche y síntomas palpables de la ubre y, a veces, de tipo sistémico en todo el animal. Clasicamente se la ha definido como una “enfermedad polifactorial”, porque el riesgo de infección depende de la habilidad de la vaca para rechazarla, del tipo, número y patogenicidad de las bacterias presentes en un rodeo y, fundamentalmente, de las condiciones de medio ambiente y del manejo en general y del manejo del ordeño en particular que se estén desarrollando en un establecimiento.

Las bacterias que pueden producir mastitis sobreviven en diferentes nichos ecológicos, difiriendo por lo tanto en su mecanismo de trasmisión e infección y en la facilidad con la cual pueden ser controladas. Staphylococcus aureus y Streptococcus agalactiae están fundamentalmente asociados a ubres infectadas, lesiones de los pezones y colonización del canal del pezón, trasmitiéndose de vaca a vaca y de cuarto a cuarto al momento del ordeño o poco después. Estas infecciones se controlan bien por la aplicación sistemática y contínua del llamado “plan de los 5 puntos”. Los llamados “patógenos ambientales” (en especial coliformes , Streptococcus uberis y Pseudomona aeruginosa), están ampliamente diseminados en los lugares donde viven los animales, en especial si están húmedos (barro) y/o con un alto contenido de materia orgánica (materia fecal, restos de alimentos como silajes o granos húmedos, etc.). Este tipo de infecciones ocurren por lo general entre los ordeños y especialmente en el período de vaca en transición (tres semanas pre-parto a 4 semanas post-parto), siendo mas difíciles de controlar por el plan de los 5 puntos, ya que son menos eficientes la antibioterapia de los casos clínicos, la antibioterapia al secado y la desinfección de pezones post-ordeño, siendo más importantes las medidas higiénicas pre- e intra-ordeño, así como la desinfección de pezones pre-ordeño.

De los denominados “patógenos menores”, Conynebacterium bovis es el único que suele estar asociado con glándulas mamaria infectadas y se difunde fácilmente entre vacas y cuartos. El mecanismo de trasmisión e enfección en el caso de los Staphylococcus ssp. coagulasa -, es menos claro, ya que algunos investigadores los consideran sólo como comensales de la piel y el canal del pezón, con escasa capacidad de infectar los tejidos glandulares altos. Es frecuente encontrar canales del pezón colonizados por Staphylococcus ssp. coagulasa – en vaquillonas antes de su primer parto, por lo que se considera que no es el ordeño el momento principal donde ocurren las nuevas infecciones. En los últimos años, en distintos países se han aislado también micoplasmas (generalmente Mycoplasma bovis), tanto de casos de mastitis cínicas agudas como de mastitis subclínicas crónicas, habiéndose detectado tambien portadores asintomáticos en los rodeos. Lo difícil de su diagnóstico (que requiere de medios de cultivo especiales para su aislamiento) y la ineficacia de los antibióticos en su tratamiento, lo convierten en un enemigo temible si se detecta su presencia en un rodeo, ya que sólo muy rigurosas medidas higiénicas y la eliminación de las vacas positivas, son las medidas conocidas para controlarlo.

Una cantidad de estudios epidemiológicos revelan que las ubres de las vacas secas y en lactancia están permanentemente expuestas a millones de bacterias Gram- y transportan miles de patógenos potenciales en su piel y superficies mucosas. Pese a ese enorme desafío, el número de infecciones intramamarias es bajo en comparación con las que producen las bacterias Gram +. Esto se debe a la muy corta duración de las infecciones por Gram – ,que generalmente cursan como mastitis clínicas, desapareciendo las bacterias de la glándula mamaria en cuestión de días, pero quedando los efectos de la respuesta inflamatoria. En promedio, se ha estimado que sólo el 1 % de los cuartos mamarios de un rodeo tienen infecciones por bacterias Gram -, comparado con una tasa del 35-50 % por bacterias Gram +, en un mismo lapso de tiempo. Así, se ha estimado que se requieren 20004000 ordeños para observar una infección mamaria por bacterias Gram -, mientras que la frecuencia de infecciones por bacterias Gram + es de 1 por cada 600-800 ordeños. Sin embargo, las infecciones por Gram – son responsables del 30 al 50 % de todos los casos clínicos ocurridos anualmente en un rodeo.

Otra característica de la mastitis como enfermedad infecto-contagiosa, es su gran dinámica. En un rodeo lechero determinado, los cuartos mamarios pueden ser clasificados como infectados o no infectados. Una pequeña proporción de los cuartos infectados presentarán síntomas de mastítis clínica, una proporción mayor sufrirá de mastitis subclínica y una proporción variable, tendrá sólo colonización temporaria del canal del pezón. La frecuencia de mastitis clínica depende de varios factores, sien los más importantes el género de bacteria, sus factores de virulencia y el estado inmunológico del animal. Por ejemplo, la mayoría de las infecciones naturales por Staphylococcus aureus generalmente persisten por períodos largos de tiempo antes de llegar a producir casos clínicos, a diferencia de lo que ocurre con Eschechicia coli, que generalmente produce mastítis clínicas en cuestión de horas, no infectando crónicamente a la glándula mamaria, y estando ligado el efecto negativo sobre la producción de leche y su composición a la producción de endotoxinas, que son lipopolisacáridos de la membrana externa de la bacteria y son liberadas cuandos estas mueren por efecto de la actividad macrofágica de defensa. La infección por Staphylococcus aureus es típicamente crónica, siendo la bacteria capáz de sobrevivir en los neutrófilos y macrófagos, habiéndose demostrado últimamente que la bacteria es incluso capaz de sobrevivir y multiplicarse en el interior de algunas vacuolas citoplasmáticas de la propia célula alveolar, usando como propio el citoesqueleto membranoso de la célula huesped.

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