MANEJO DE LESIONES Y ENFERMEDADES EN VACAS LECHERAS RECIÉN PARIDA – PARTE 2

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LESIONES Y ENFERMEDADES EN VACAS LECHERAS RECIÉN PARIDA – PARTE

Nicola Gladden habla sobre los problemas y condiciones a los que se enfrentan las vacas lecheras después del parto.

Resumen

El parto es un evento estresante y potencialmente peligroso, y los problemas posparto se observan comúnmente en los rebaños lecheros. Los problemas que se producen en el período posterior al parto pueden afectar negativamente a la salud y el bienestar de la vaca a corto plazo, pero también pueden tener efectos adversos a largo plazo en la producción.

Se requiere un tratamiento rápido y adecuado para tratar a la vaca a corto plazo, pero también se necesita una investigación sobre el manejo en torno al parto, incluido el manejo del período seco, para evitar problemas futuros que ocurran en otros animales del rebaño. Esta parte revisa algunas de las pruebas disponibles sobre el cuidado de la vaca lechera posparto y el manejo de las complicaciones posparto que puedan surgir.

Después de la primera parte de este artículo, se revisa el manejo de las lesiones en el parto y la enfermedad metabólica posparto.

Lesiones en las terneras

Las lesiones que se producen en el parto suelen ser lesiones de tejidos blandos o lesiones neurológicas. La lesión en el parto se asocia con mayor frecuencia con distocia y también puede ocurrir como resultado de una asistencia inadecuada para el parto, en particular si se utiliza una tracción excesiva o inapropiada.

Laceraciones

Las laceraciones perineales pueden ocurrir como resultado de la desproporción feto-materna o del uso de una tracción excesiva/ inapropiada al administrar el ternero. Las laceraciones perineales se clasifican según la ubicación y el alcance de la lesión (Tabla 1; Fubini y Ducharme, 2004)

Las laceraciones perineales de tercer grado y las fístulas rectovaginales pueden provocar pérdidas de producción (Dreyfuss et al, 1990; Farhoodi et al, 2000). Más lágrimas menores se curarán por intención secundaria; las vacas con lágrimas más graves pueden beneficiarse de la reparación quirúrgica, en particular si hay una fístula rectovaginal.

A menos que laceración vaya acompañada de una hemorragia grave que requiera una reparación de emergencia, lo mejor es posponer la reparación quirúrgica hasta que se hayan resuelto las contusiones y edema asociados (Dreyfuss et al, 1990; Fubini y Ducharme, 2004). Las técnicas para la reparación quirúrgica de laceración perineal se pueden encontrar en los libros de texto quirúrgicos de animales grandes.

El tratamiento de la hemorragia posparto grave y las laceraciones perineales en el ganado no siempre es sencillo ni exitoso y, en algunos casos, la eutanasia puede ser la opción más adecuada. Al ayudar al parto en las vacas, se deben tomar medidas para prevenir el traumatismo del parto, como el uso de cantidades adecuadas de lubricación y una cuidadosa técnica de parto. Esto es de particular beneficio en los animales que han demostrado tener un alto riesgo de desarrollar desgarros perineales; por ejemplo, los animales que experimentan distocia y novillas primíparas (Farhoodi et al, 2000).

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