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MANEJO NUTRICIONAL PARA MEJORAR LA EFICIENCIA DE UTILIZACIÓN DE LA ENERGÍA A EN BOVINOS

OEA Por OEA Ago12,2020

 

 

 

 

LA EFICIENCIA DE UTILIZACIÓN DE LA ENERGÍA A EN BOVINOS

RESUMEN.

Los sistemas de producción de bovinos difieren en la eficiencia de utilización de la energía. Las transformaciones en el proceso de la partición de la energía de los rumiantes deberían ser estudiadas para buscar alternativas de manejo nutricional que permitan reducir las pérdidas e incrementar la energía retenida en productos utilizables. Las prácticas que permitan incrementar la digestibilidad del alimento, repercutirán en un mayor consumo de energía digestible, tales como consumo adecuado de N, aditivos como enzimas exógenas, y algunos tratamientos de esquilmos o de granos. Para incrementar la energía metabolizable (EM) es necesario reducir las pérdidas de energía en orina y en gases de la fermentación. Para lo primero se deben de evitar exceso de compuestos nitrogenados degradables en rumen en la dieta y el uso de amino ácidos protegidos de la degradación ruminal. Para lo segundo habrá que considerar los productos finales de la fermentación de acuerdo a la relación forraje:concentrado y el uso de ionóforos. Para aumentar la energía neta, es necesario reducir el calor producido, lo cual no es sencillo dado que existe producción de calor asociada con el metabolismo basal, la actividad y el intercambio calórico y el consumo de EM. Es importante considerar las posibles estrategias nutricionales que puedan incrementar la eficiencia de utilización de la energía en los diferentes sistemas de producción.

GD Mendoza-Martínez, FX Plata-Pérez, R Espinosa-Cervantes,
A Lara-Bueno (GDMM, FXPP, REC) Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco Departamento de Producción Agrícola y Animal Calzada del Hueso 1100 México D.F. 04960 gmendoza@correo.xoc.uam.mx (ALB) Universidad Autónoma Chapingo

INTRODUCCIÓN

En México los diversos sistemas de producción de bovinos van desde la ganadería de traspatio hasta el pastoreo en todas las regiones climáticas, con sistemas que tienen un alto grado de tecnificación (Herrera et al. 1998). Toda esta variedad con su diversidad de componentes (razas, clima, manejo, condición sanitaria, entre otros) impactan la eficiencia de utilización de la energía, los requerimientos del animal y la productividad de carne o leche. Un ejemplo particular son los sistemas lecheros a pequeña escala en la región central del país, donde las estrategias nutricionales tradicionales son menos efectivas cuando la disponibilidad de nutrientes varían a lo largo del año (Val-Arreola et al. 2005).

El crecimiento poblacional y el fenómeno de la urbanización resultan en una demanda mayor en el requerimiento de alimentos de origen animal, por lo que es necesario que se incremente la producción de carne de bovino en un 18 % y la de leche en un 45 % para cubrir la demanda de estos productos (de Boer et al. 1994). La producción anual de carne y leche de bovinos en países desarrollados es casi cinco veces mayor que la producida en subdesarrollados (de Boer et al. 1994). En México se estima que la población total de bovinos es alrededor de 28 millones de cabezas y que el 30 % se encuentra en sistemas de tipo familiar o de traspatio y el 70 % tiene cierto grado de tecnificación (Herrera et al. 1998), por lo que el impacto en mejorar la eficiencia de utilización de la energía es una de las alternativas más viables para responder a los retos de la producción de alimentos de bovino.

Los modelos que predicen la respuesta a la producción del ganado son el resultado de las diferencias en el nivel de nutrición y están basados en la partición del consumo de energía entre mantenimiento y las funciones de crecimiento o producción (Anónimo 2000) y son de utilidad para evaluar las dietas y cambios en tecnología en los distintos sistemas de producción. Webster (1978) definió que el requerimiento de mantenimiento de un animal como la cantidad de energía metabolizable que exactamente equilibraría la producción de calor y no producir ninguna pérdida o ganancia en las reservas de energía del cuerpo. Una condición necesaria para esta definición es que el animal debe estar en equilibrio con respecto a su peso y a su composición corporal.

Los requerimientos de energía de los bovinos son complejos y cambian dependiendo de la raza, sexo, estado fisiológico y por una gran variedad de factores ambientales. Además la composición de los nutrientes y el valor energético de los alimentos varía ampliamente de acuerdo a las diferencias genéticas de la planta, estado fenológico, fertilización, irrigación y a la época de corte (Anónimo 1996; Abas et al. 2005) es por eso que se puede apreciar un gran cambio en los valores publicados anteriormente (Anónimo 1976) con los estándares más recientes (Anónimo 2000). El metabolismo energético, es decir todas las reacciones químicas en el organismo, son llevadas a cabo por la energía obtenida en el alimento, y en ocasiones por tejido movilizado (Anónimo 1981). De tal forma que el objetivo de este documento es revisar los conceptos básicos del metabolismo energético y posteriormente por analizar las posibilidades de manipulación por medio de manejo nutricional y el uso de aditivos que puedan mejorar la eficiencia de utilización de la energía en los sistemas de producción de bovinos.

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