NO SIEMPRE MÁS ES MEJOR

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NO SIEMPRE MÁS ES MEJOR

El exceso de proteína en la dieta puede hacer ineficiente la fermentación ruminal y así afectar la fertilidad y producción de leche. Cómo medirla y qué se debe tener en cuenta.

Pedro Melendez, MV, MS, Ph.D
Profesor Area de Bovinos Universidad Santo Tomas, Chile Profesor Adjunto Universidad de Florida, EEUU
Alejandro Wainstein G, MV, MBA,Gerente Comercial Suplementa SA

Las proteínas son nutrientes esenciales formados por unidades básicas llamadas aminoácidos, que en la leche forman la proteína llamada caseína.

Del punto de vista nutricional, la calidad de los alimentos proteicos está determinada por el contenido total de proteína verdadera o metabolizable y su composición en aminoácidos.

En el caso de los rumiantes, la proteína puede ser degradada en el rumen por los microorganismos -proteína degradable- o puede resistir el ataque de los microorganismos y pasar intacta al intestino -proteína no degradable o by- pass-. La proteína degradable se convierte principalmente en amonio -NH3-, que es utilizado por los microorganismos para producir sus propios aminoácidos y proteínas. El resto del amonio es absorbido y llevado al hígado para ser convertido en urea, ya que el amonio es tóxico para el animal.

La urea es transportada por todo el organismo para ser excretada por orina, saliva, y leche. Además puede llegar al útero y cuando se encuentra en exceso puede afectar los procesos reproductivos, a través de posibles efectos tóxicos sobre el óvulo, los espermatozoides y el embrión. Por ello, debe evitarse el exceso de proteína en la dieta para lograr una fermentación ruminal eficiente y mantener una fertilidad y producción de leche adecuada.

En la actualidad, muchos rebaños de alta producción han tendido a incrementar la concentración proteica de la dieta a valores de entre 18,5 y 19,5 por ciento de proteína cruda base materia seca. Esto ha resultado en grandes pérdidas de amonio a través de la excreción via urinaria y fecal, lo que ha determinado grandes implicancias ambientales.

Como se sabe, las fallas reproductivas o problemas de infertilidad son multifactoriales en su origen, y muchos de ellos están asociados al manejo, pero otros son de origen ambiental, metabólicos y nutricionales.

NUS Y NUL

La urea contiene un 46% de nitrógeno, que al medirlo en sangre se lo denomina nitrógeno ureico sanguíneo -NUS- y refleja

CONSIDERACIONES PARA MEDIR NUL

El metabolismo de la proteína en los mamíferos. Así, si hablamos de 35 mg de urea, es lo mismo decir 16 mg de nitrógeno ureico, ya que es el 46% de los 35 mg. La urea se equilibra rápido en los fluidos corporales, incluyendo la leche. El NUS se encuentra en un rango de 10 a 30 mg/dl de sangre. En la leche cerca de un 2 a 3% del nitrógeno total es nitrógeno ureico -NUL- y tiene una alta relación con el NUS.

Cuando el nivel de proteína en la dieta se encuentra elevado, o cuando no hay suficiente energía -CFS- para darle un uso eficiente a la proteína a nivel del rumen, los niveles de amonio y, por ende de urea, aumentan en sangre. Además existe una variación diurna del NUS y el NUL, que alcanza su nivel máximo dos horas después de la última comida. Por lo tanto, el momento en que se ofrecen las dietas son un factor preponderante sobre los niveles de urea que el animal alcanzará en sangre y en leche, un factor a tener presente a la hora de interpretar los análisis de urea en leche tanto a nivel individual como a nivel de estanque de rebaño.

Las concentraciones de NUL no son simétricas entre las dos mitades del día, por lo que se recomienda muestrear los animales siempre a la misma hora o durante el mismo ordeño para evitar inconsistencias en los resultados. Además, los valores de urea varían de acuerdo al número de lactancias, la raza y los días en leche del animal.

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