Dom. Dic 22nd, 2024

LOS RIESGOS DE ACIDIFICAR MÁS DE LA CUENTA A LA VACA LECHERA DE PREPARTO

OEA Por OEA Mar27,2020

 

 

 

ACIDIFICAR MÁS DE LA CUENTA A LA VACA LECHERA DE PREPARTO

Existe evidencia que demuestra que no tiene sentido bajar el pH de la orina de las vacas a menos de 6,0, debido a que las concentraciones de calcio no aumentarán del todo y, de paso, se generarán distintos riesgos para el animal y la cría que está por nacer.

Las sales aniónicas son compuestos en base a cloro y azufre que permiten acidificar el cuerpo de las vacas para que haya una mayor disponibilidad de calcio al momento del parto y, con ello, se evite la fiebre de leche o deficiencia aguda de calcio, una patología que conlleva a que el animal permanezca postrado, con debilidad muscular, depresión, inconciencia, y hasta pueda perder su vida.

Dr.Pedro Meléndez

Las dietas tradicionales de las vacas lecheras en base a forrajes son ricas en potasio y, por lo tanto, mantienen alcalino su organismo, lo que es un factor de riesgo que se asocia a una mayor incidencia de fiebre de leche. Este estado de alcalinidad lleva a que los receptores para la hormona que regula la movilización de calcio desde los huesos y que activa la vitamina D en el riñón —para que se absorba más calcio desde el intestino— se vean alterados en su estructura tridimensional, lo que a su vez deriva en que la hormona que estimula la movilización de calcio (PTH) no pueda trabajar de forma adecuada. Cuando el organismo se acidifica levemente con las salesaniónicas, los receptores para esta hormona recuperan su estructura tridimensional normal, lo que les permite interactuar con la hormona de forma adecuada y, por ende, movilizar más calcio y asíevitar la hipocalcemia clínica o fiebre de leche.

No poseo derechos sobre esta imagen la comparto por propósitos educacionales o de referencia

La fiebre de leche es una enfermedad metabólica muy costosa para los productores de leche, por lo que su prevención, a través del uso de las sales aniónicas durante el periodo de preparto, ha demostrado ser costo-efectiva con una relación a favor de 10:1.

La forma de saber que estas sales están trabajando de forma adecuada es evaluar la acidez de la orina de las vacas de preparto sagradamente al menos una vez a la semana. Y es que el uso de estas sustancias puede ser contraproducente cuando la acidez de la orina o pH baja más allá de lo esperado.

La importancia del pH

El pH corresponde a la medición de la concentración de átomos o iones de hidrógeno en una solución. Así, mientras más hidrógeno tenga una solución más ácida será.

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La escala de pH va de 1 a 14. Un pH de 7,0 es un valor neutro. El agua, tiene pH 7,0. Cuando el pH es mayor a 7,0, se habla de una solución alcalina, mientras que cuando es menor que 7,0, se habla de una solución ácida. El jugo de limón tiene un pH de 3 a 4, por lo que su sabor es ácido.

La orina de las vacas tiene un pH de 8,5, por lo que cuando les damos sales aniónicas buscamos que este baje a 6-6,5. Con este valor, las vacas reducen el riesgo de contraer fiebre de leche en forma manifiesta. El problema es que cuando el pH es menor de 6,0, estamos acidificando a la vaca mucho más allá de lo recomendado,

lo que puede resultar perjudicial para el animal y su feto. Recordemos que la vaca aún está preñada y no sabemos muy bien qué tipo de complicaciones podría originar un estado de acidosis descompensada con pH’s de la orina menores a 6,0. Es por esto que debemos evaluar el pH urinario de las vacas una vez por semana para saber si estamos haciendo bien las cosas con el grupo de vacas de preparto.

Si en algún momento el pH es menor a 6,0 en un subgrupo de vacas, debemos disminuir la cantidad de sales aniónicas en algunos gramos para subirlo. De todas formas, este no debe sobrepasar de 6,8.

Para que se entienda, debemos mencionar que la escala de pH es logarítmica, es decir, cuando el pH de la orina de la vaca baja de 8,5 a 7,5, el riñón debe excretar 10 veces más las cantidades excesivas de iones de hidrógeno desde el organismo. Por otra parte, cuando el pH baja de 8,5 a 6,5, significa que la cantidad de iones de hidrógeno excretada es de 100 veces; y cuando el pH es de 5,5, quiere decir que las cantidades excretadas van a ser de 1000 veces. Así, una vaca con pH de orina menor de 6,0 debería tener sus riñones trabajando con mucha sobrecarga, ya que excretan en 1000 veces las cantidades de iones de hidrógeno que contiene el organismo. Esto no es bueno para el riñón ni el resto del organismo, incluido el feto, que aún permanece en el útero de la vaca.

Lo peor de todo es que hay empresas y nutricionistas que recomiendan bajar el pH de la orina a menos de 6,0, con el fin de controlar mejor los cuadros de fiebre de leche de las vacas. Sin embargo, la evidencia científica es consistente en demostrar que al hacerlo las ganancias serán marginales en términos de prevenir la hipocalcemia clínica. De hecho, un estudio publicado en el Journalof Dairy Science, titulado “Impact of Lowering Dietary Cation-Anion Difference in Nonlactating Dairy Cows: A Meta-Analysis” y realizado por E.Charbonneau, D. Pellerin y G.R. Oetzel —Vol. 89, (2):537–548 —, demostró que al bajar el pH de la orina de 8,5 a 7 se disminuye la incidencia de la fiebre de leche de 5% a 2%. Por su parte, al bajarlo a 6-6,5, la incidencia baja a 1%. Sin embargo, si el pH urinario se reduce a 5,5, la incidencia de fiebre de leche baja a 0,9%.

Creo que con el afán de bajar la incidencia de fiebre de leche en solo 0,1% (desde 1 a 0,9%), no se puede poner en riesgo los riñones de las vacas de preparto y preñadas.

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By OEA

Ganadero,

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