CRIAR TERNERAS PERFECTAS QUE GARANTICEN MEJORES RESULTADOS
La calidad del calostro, el manejo de las madres y las terneras o la alimentación en los primeros días son fundamentales para lograr resultados a largo plazo según la veterinaria e investigadora de la Universidad de Minnesota Sandra Godden. La experta recopila las normas básicas para conseguir una crianza eficaz de la recría.
L. Martínez
Conseguir una recría con calidad genética, buen tamaño y salud, una adecuada condición corporal y un sistema inmunitario competente son claves para el futuro de la ganadería. Si se consigue contar con animales de estas características también se incrementa la rentabilidad tal y como explica la veterinaria e investigadora de la Universidad de Minnesota (EE.UU.) Sandra Godden.
La experta abordó esta cuestión durante las IX Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche, celebradas recientemente en Talavera de la Reina (Toledo) y organizadas por Servet Talavera, una firma especializada en el control integral de mastitis y calidad de leche, cuyo director técnico es Luis Miguel Jiménez.
En Estados Unidos llevan tiempo trabajando por mejorar la recría para comenzar con las inseminaciones de las terneras entre los 13 y los 15 meses, lo que motiva que el primer parto se produzca entre los 22 y 24 meses. “Así conseguimos incrementar el período de vida útil y aumentar la rentabilidad, pero para ello necesitamos que las novillas hayan alcanzado el 85% del peso de adultas y lleguen al parto en muy buenas condiciones”, especifica Godden.
“En EE.UU. buscan que el primer parto se produzca entre los 22 y 24 meses y aumentar la vida útil de las vacas”
El objetivo para lograr animales de estas condiciones es disponer de un sistema eficiente y rentable. Aunque puede haber distintas estrategias para lograrlo, Godden se fija en actuaciones concretas en la etapa del predestete. La experta apunta a que hay 2 maneras para conseguir resultados: llevar al máximo la inmunidad de los animales en los primeros meses de vida y minimizar la exposición a enfermedades infecciosas. “Somos muy conscientes de que hay enfermedades endémicas que afectan a las ganaderías pero si maximizamos la prevención deberíamos conseguir reducir la incidencia de enfermedades”, apunta.