PLANTEAMIENTO TERAPÉUTICO DE LA RETENCIÓN PLACENTARIA EN EL GANADO BOVINO

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PLANTEAMIENTO TERAPÉUTICO DE LA RETENCIÓN PLACENTARIA EN EL GANADO BOVINO

La retención placentaria es un proceso bastante frecuente en el ganado vacuno y, por lo tanto, un punto crítico en el trabajo del veterinario de campo. En este artículo ponemos el foco en esta enfermedad: en qué consiste, causas y consecuencias, y cuáles son los tratamientos más adecuados.

Bruno Romero Rodríguez, Carlos A. Franco Canido, Jesús Izquierdo Ibarguchi Franco Veterinarios SLP francoveterinarios@gmail.com

INTRODUCCIÓN

El veterinario de campo ha de estar constantemente reciclando sus conocimientos acerca de esta enfermedad para poder ofrecer el mejor y más adaptado tratamiento a la situación en la que se encuentre cada uno de sus pacientes y servicio más rentable al ganadero, cuyo sustento vital depende del bienestar y la salud de sus animales.

Este reciclaje constante cobra especial interés en la actualidad, ya que la legislación acerca del uso de medicamentos se encuentra en constante cambio y se torna cada vez más restrictiva. Cabe destacar la entrada en vigor en enero del año 2022 del Reglamento (UE) 2019/6 sobre medicamentos veterinarios, que supone una profunda reforma en el sector veterinario en toda la Unión Europea, sobre todo en cuanto a fármacos antimicrobianos se refiere.

Sin embargo, para llegar a comprender el funcionamiento de cada tratamiento propuesto es necesario conocer en profundidad el problema de la retención placentaria, así como su importancia en la ganadería actual y las posibles consecuencias que tiene para los animales que la padecen.

ANATOMÍA Y DESARROLLO DE LA PLACENTA BOVINA

Entre la variedad de animales euterios o placentarios que existen, hay una gran diversidad anatómica, siendo este hecho extrapolable a la arquitectura placentaria.Existen múltiples formas de clasificar la placenta:

  • Según la naturaleza del tejido extraembrionario nos podemos encontrar con placentas coriovitelinas (características de carnívoros y équidos) y placentas corioalantoideas (propias de los rumiantes y los suinos).
  • Según el tipo de interacción entre la superficie del alantocorion y la pared del endometrio. Se conocen como corion frondosum a las zonas del alantocorion en las que se produce esta interacción, mientras que reciben el nombre de corion laeve las zonas libres de este. En los rumiantes, el corion frondosum se encuentra organizado en zonas concretas que aparecen con relieve y vellosidades, los cotiledones, que se combinan con unas prominencias endometriales llamadas carúnculas, formando así los placentomas. En el caso de la vaca, estos placentomas son convexos, mientras que en la oveja son cóncavos. Por lo tanto, podemos clasificar la placenta de la vaca como corioalantoidea y cotiledonaria (Vejlsted, 2010).

FISIOLOGÍA Y DESARROLLO DE LA DEHISCENCIA PLACENTARIA

De la forma que se ha descrito anteriormente, la placenta bovina presenta cotiledones fetales que se unen a las carúnculas endometriales formando los placentomas. Esta unión se produce mediante las vellosidades y microvellosidades presentes en el interfaz, entre las que se forman puentes de colágeno que han de ser destruidos a posteriori para lograr la separación y la correcta expulsión de las membranas fetales tras el parto (Vejlsted, 2010).

“PARA LLEGAR A COMPRENDER EL FUNCIONAMIENTO DE CADA TRATAMIENTO PROPUESTO, ES NECESARIO CONOCER EN PROFUNDIDAD EL PROBLEMA DE LA RETENCIÓN PLACENTARIA, ASÍ COMO SU IMPORTANCIA EN LA GANADERÍA ACTUAL”

La separación de la placenta del endometrio materno comienza a la vez que la secuencia de eventos que desencadenan el parto. En primer lugar, el cortisol fetal, que se produce en respuesta a situaciones estresantes como la hipoxia, los cambios en la presión arterial o los cambios en la concentración de glucosa sanguínea (Attupuram et al., 2016), induce que los enzimas placentarios comiencen a producir estrógenos, cuyo aumento resulta en el incremento de los receptores de oxitocina miometriales y la secreción de prostaglandinas F2α (PGF2α). La PGF2α causa el inicio de las contracciones miometriales y además provoca la lisis del cuerpo lúteo de gestación, lo que conduce a la secreción de relaxina por parte del miometrio y a la disminución de la progesterona circulante, que anteriormente era producida por el cuerpo lúteo. Tanto la secreción de relaxina como la disminución de la producción de progesterona promueven la actividad colagenasa (Beagley et al., 2010).

La progesterona promueve la quiescencia del miometrio y suprime la actividad colagenasa, por lo que su descenso en el periodo preparto es necesario para llevar a cabo la separación placentaria. Además, la relaxina causa la lisis del colágeno, llevando a un ablandamiento del tono del cérvix y a la relajación de los ligamentos pélvicos, lo que provoca la separación en la unión carúncula- cotiledón que forma los placentomas, lo que permite la expulsión de la totalidad de la placenta (Musah et al., 1987).

Pero estas no son las únicas causas de la separación placentaria, ya que se trata de un proceso multifactorial. Algunos estudios, como el de Fecteau & Eiler (2001), indican la influencia de la 5- hidroxitriptamina o serotonina en este proceso. Otros, como el de Gunnink (1984), indican la influencia de la adecuada actividad leucocitaria de la madre frente a los cotiledones. Por último, es conveniente indicar que no se trata de un proceso exclusivamente químico, sino que tiene un componente mecánico. La liberación de PGF2α y oxitocina cuando se desencadena el parto provoca las contracciones mecánicas del útero, manteniéndose hasta la tercera fase del parto y siendo también responsables de la expulsión de las membranas fetales. La salida del ternero provoca, además, un repentino descenso del flujo sanguíneo placentario por la rotura de las diferentes capas y una contracción de las vellosidades, lo que también contribuye a la separa- ción de las carúnculas y los cotiledones (Beagley et al., 2010).

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