RECOMENDACIONES PARA MEJORAR LAS CUENTAS DE LAS GRANJAS DE LECHE CON LOS INSUMOS DISPARADOS

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RECOMENDACIONES PARA MEJORAR LAS CUENTAS DE LAS GRANJAS DE LECHE CON LOS INSUMOS DISPARADOS

El encarecimiento de los piensos, los fertilizantes, el gasóleo, los plásticos y la electricidad está poniendo contra las cuerdas a las explotaciones. Analizamos algunas estrategias que se pueden seguir para reducir gastos e incrementar el margen por litro de leche.

CAMILO FRIOL

Una jornada celebrada recientemente en la Escuela Politécnica Superior del Campus de Lugo reunió a varios expertos en gestión económica y producción de forrajes, que analizaron la situación actual de las granjas de leche y propusieron soluciones a corto y medio plazo para mejorar sus márgenes de beneficio.

La alta dependencia de los concentrados de las explotaciones lácteas gallegas las coloca en una situación difícil en momentos de precios altos como los actuales. El modelo de producir leche a base de pienso funcionó bien en el pasado, pero muestra sus debilidades cuando se produce uno deterioro en la relación entre el precio de venta de la leche y el de compra del concentrado.

En los últimos años se incrementó la superficie de maíz forrajero pero el 40% del gasto en alimentación sigue siendo la compra de concentrado.

El maíz ha subido un 30%, la cebada un 50% y la soja un 25% en el ultimo año, según los datos del Ministerio de Agricultura, sin tener en cuenta los efectos de la guerra de Ucrania. Pero si vamos más atrás, los precios de las principales materias primas para alimentar el ganado se han duplicado, mientras la subida del precio de la leche, materializada en la renovación de los contratos de esta primavera, no lo ha hecho en la misma proporción.

Las explotaciones han sido capaces hasta ahora de asumir ese desfase mejorando su eficiencia productiva, profesionalizando su gestión e incrementando su volumen para diluir de este modo los costes fijos, pero tres cuartas partes del gasto de las granjas de leche en este momento tendría que ver con la alimentación del ganado, y de eso, el 40% lo representaría el pienso.

Gonzalo Flores (CIAM): “No hay soluciones mágicas, pero hay que ir dando pequeños pasos de forma paulatina”

Para Gonzalo Flores, jefe del departamento de Pastos y Forrajes del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo, el sector lechero gallego tiene necesidad de reorientarse hacia modelos más vinculados a la tierra. “Tenemos un modelo muy dependiente de insumos externos que es difícil de manejar en condiciones normales y mucho más en una situación de economía de guerra como la que tenemos hoy”, reconoce.

Desde el fin de las cuotas lácteas está habiendo un movimiento de la producción de leche a nivel europeo hacia las zonas atlánticas con más capacidad de producir forrajes

Para él, los principales valores del sector lácteo gallego están en la profesionalidad de los ganaderos y en unas condiciones agroclimáticas propicias para la producción de forrajes. “Desde el fin de las cuotas lácteas en el año 2015 está habiendo un movimiento de la producción de leche a nivel europeo hacia las zonas atlánticas con más capacidad de producir forrajes”, explica.

Según un estudio reciente de la Universidad de Vigo y la Universidad de Santiago, en Galicia habría 50.000 hectáreas próximas a las zonas actuales de producción de leche que serían aptas para la producción de maíz y praderas sembradas, pero su uso está limitado por factores como el minifundio y la división de la propiedad. “Solo el 31% del terreno está en manos de agricultores; tenemos 1,6 millones de propietarios de terrenos rústicos y solo 30.000 agricultores”, evidencia Gonzalo.

Nuestras rotaciones de 2 cultivos por año son de las más productivas de la UE

Ante la falta de tierra disponible, dice, “los ganaderos adoptan una solución muy inteligente y racional, la de la intensificación de la producción de forrajes”. “Nuestras rotaciones de 2 cultivos por año son de las más productivas de la UE, con productividades de entre 18 y 20 toneladas de MS por hectárea: entre 5 y 7 el cultivo de invierno y entre 12 y 13 el maíz, con oscilaciones climáticas y por zonas en función del año”, detalla.