SEQUÍA Y DEFICIENCIA DE FIBRA EN DIETAS DE VACAS LECHERAS

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SEQUÍA Y DEFICIENCIA DE FIBRA EN DIETAS DE VACAS LECHERAS

Introducción

La fibra de los forrajes es un nutriente básico e irremplazable en las dietas de las vacas lecheras. Una mala provisión, ausencia o déficit de fibra se manifiesta con la aparición de varios trastornos metabólicos de difícil resolución que paulatinamente causan perjuicios en los rodeos lecheros.

Méd. Vet. Pablo Roskopf. Becario Doctoral INTA/CONICET. INTA EEA Rafaela. Ing. Zoot. Eloy Salado. MSc. Dr. Cs. Agrarias. Área de Investigación en Producción Animal. INTA EEA Rafaela.

Generalmente, la acidosis ruminal está asociada a una inadecuada provisión de fibra en las dietas. Según Krause & Oetzel (2006) alrededor del 20% de las vacas de alta producción en inicio de lactancia sufre algún cuadro de acidosis ruminal subclínica debido a la falta de amortiguación del pH ruminal por deficiencia de fibra y alta participación de concentrados en las dietas. Particularmente en esta enfermedad, los signos clínicos son muy variables y pueden incluir disminución de la producción de leche, fallas reproductivas, anorexia, diarrea intermitente, pérdida de condición corporal, alteración de la motilidad del rumen, problemas podales, entre otros (Enemark, 2008).

En el contexto actual de sequía extrema, donde la mayoría de los productores está atravesando o atravesará un déficit en la disponibilidad de forraje, resulta imperioso formular dietas que cubran los requerimientos nutricionales y aseguren una adecuada salud ruminal, no sólo por cuestiones económicas, sino también por razones de bienestar animal. En este sentido, conocer fuentes alternativas de fibra con características nutricionales que permitan reemplazar la clásica fibra del heno en las dietas de nuestras vacas, es fundamental.

La fibra como nutriente

Químicamente, la fibra está compuesta por celulosa, hemicelulosa y algunos compuestos no digestibles como lignina y sílice. En los informes de laboratorio, estos compuestos aparecen cuantificados tanto como Fibra Detergente Neutro (FDN) o Fibra Detergente Ácido (FDA), si se refiere solamente a la fracción ligno-celulósica de un alimento.

En el rumen, la fermentación de la celulosa y hemicelulosa genera ácidos grasos volátiles (Acético, Propiónico y Butírico) que son absorbidos y utilizados como fuente energética por el animal; además, el ácido acético que se genera en grandes proporciones cuando se suministran dietas fibrosas es el precursor primario de la grasa butirosa de la leche. La FDN es conocida por su capacidad de limitación del consumo a través del efecto de llenado ruminal y cada animal puede ingerir hasta un 1,2% de su propio peso.

Existe un concepto relacionado con la FDN que hace referencia a las propiedades físicas de la misma (tamaño) y se denomina FDN físicamente efectiva (feFDN). La fibra efectiva es la que garantiza un medio ruminal apto para que los microorganismos puedan fermentar y digerir los diferentes compuestos que van ingresando continuamente al tracto gastrointestinal.

La feFDN, posee una acción netamente mecánica que estimula la masticación y la rumia (salivación y pH ruminal) y los movimientos del rumen (ciclo de mezcla), acorde con la salud y producción de los animales. Estos efectos sobre el ambiente ruminal afectan directamente la producción (acidosis ruminal) y la composición de la leche (principalmente el contenido de grasa butirosa).

¿Qué tamaño de partícula es necesario para la feFDN?

La definición de un tamaño óptimo de partícula para dietas de vacas lecheras, ha sido tradicionalmente difícil, porque tiene efectos antagónicos sobre el rendimiento animal. Por un lado, aumentar el contenido de feFDN en la dieta resulta en efectos positivos como se mencionó previamente. Por otro, partículas muy groseras pueden reducir la tasa de pasaje y la degradación neta de fibra en el rumen, disminuyendo así la ingesta de alimento y la absorción de nutrientes.

Una reducción en el tamaño de las partículas del forraje afecta la formación del “entramado fibroso ruminal”, el cual regula la velocidad de pasaje del alimento a través del orificio retículo-omasal. La formación del mencionado entramado en el rumen, necesita de partículas de entre 2 y 5 cm de longitud con determinado peso específico.

Debido a esto, es necesario mantener un balance adecuado en el tamaño de las partículas de los alimentos, especialmente cuando se alimenta con dietas total mezcladas (TMR, por sus siglas en inglés), para evitar la posibilidad de selección por parte de los animales.

¿Cómo cuantifico la feFDN de las dietas?

La manera más sencilla de estimar la fibra efectiva de nuestras dietas, es utilizando el separador de partículas “Penn State”, el cual contiene un set de bandejas con orificios de distinto diámetro. Todo el material de la muestra que tenga un tamaño superior a 1,67 mm, actuará como fibra efectiva en el rumen (ver Cuadro 1) y se expresa como porcentaje del peso de la muestra completa. Este porcentaje se denomina factor feFDN.

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