TRANSICION DE LA VACA LECHERA. NUEVOS CRITERIOS NUTRICIONALES QUE DESAFIAN NUESTROS PARADIGMAS
En las últimas décadas se ha producido un avance importante en toda la tecnología disponible para la producción de leche, tanto en lo genético, nutricional, sanitario, confort y otros, avances que desafiaron a las vacas en sus capacidad para producir leche, con incrementales exigencias metabólicas de la mano de importantes incrementos en la producción individual.
MV Juan M. Baeck. Mendoza
Este avance trajo aparejado para muchas vacas daños colaterales de distinta severidad, especialmente en el período de la transición, que reflejan una inadecuada capacidad de adaptación metabólica durante el complejo paso de un estado no lactante a un estado lactante, parto de por medio. Este proceso es crítico y sus problemas no son nuevos. Ya en 1977, Goff y Horst, sentenciaban:”El paso de un estado de preñez no lactante (pre-parto) a un estado de no preñez y lactante (posparto) es a menudo una experiencia desastrosa para muchas de nuestras vacas lecheras”. 35 años han pasado de esta sentencia y lamentablemente la situación no ha mejorado mayormente en la mayoría de los tambos de mediana a alta tecnificación, que hoy ya son la mayoría de nuestros rodeos comerciales. Si poco se ha avanzado, en general, es porque la problemática es muy compleja, multifactorial, y no del todo entendida. Las pérdidas que estos problemas generan en nuestros tambos son extremadamente altas y en parte responsables del lento crecimiento y a veces estancamiento de muchos de nuestros tambos. En un mercado que no siempre ayuda por el lado de los precios, hay mucho para hacer tranqueras adentro para aumentar el ingreso residual de leche, captando aquellos muchos litros que hoy se quedan atrapados en los casos de mortandad, hipocalcemias, retenciones de placenta, mastitis, cetosis, metritis de post-parto, infertilidades, alargamiento de días entre partos, etc. Y gran parte de los orígenes de estas patologías subyacen en la habilidad que tenga la vaca para hacer frente en forma exitosa a su paso de seca a lactante, atravesando ese evento tan dramático que es el parto. Mucho se ha intentado con pocos avances, lo que ha generado una sensación de que la incidencia de estas patologías es parte del precio que hay que pagar para producir mas leche. El avance en el conocimiento científico de la génesis del problema, de la mano de la aparición de nuevas estrategias de alimentación pre-parto nos brinda una nueva herramienta para poder dar un salto cuali-cuantitativo en nuestros tambos.
Técnicamente se define al período de transición como las últimas 3 semanas de gestación hasta las primeras 3 semanas después del parto. Durante este período la vaca hace frente a un importante incremento en sus demandas tisulares:
- + 3 veces pool circulante glucosa
- + 2 veces demanda tisular AA
- +5 veces demanda Ac. grasos cadena larga
- + 4-5 veces demanda en pool de Calcio rápidamente intercambiable (24 hs. post parto)Demandas que deben ser satisfechas por la alimentación y movilización de tejidos metabólicos de reserva. Los grandes cambios hormonales y físicos que sufre la vaca en este período, sumado al natural stress del parto, producen una importante caída del consumo de alimentos en este momento donde, como vimos, las demandas crecen dramáticamente. Mala combinación. Esto exige al metabolismo una rápida adaptación para poder proveer a la ubre y al resto de los tejidos los nutrientes necesarios para satisfacer sus demandas en esta etapa, que solo puede ser exitosa si el aporte de nutrientes de la dieta es el adecuado y el ambiente brinda las condiciones de confort suficientes para no afectar el consumo y no estresar mas a la vaca. Durante los últimos días del período de seca se produce una gradual y marcada disminución en el consumo de la vaca, que llega al peri-parto comiendo casi la mitad de lo que come una vaca en producción, consumo que luego del parto debe recuperarse lo mas rápido posible, en lo que constituye el mas importante factor de adaptación. Esta recuperación es clave ya que ayuda, no solo a prevenir los problemas de la transición, sino a lograr más altos y más rápidos picos de producción. En este momento la vaca lechera naturalmente entra en balance energético negativo, el cual incluso puede comenzar pocos días antes del parto en correlación con la secreción de calostro. Y en este balance energético negativo, producto que sus demandas energéticas para producir leche no pueden ser satisfechas por un consumo deprimido que se recupera mas lentamente que el incremento de la producción diaria de leche, se dispara la orden interna para que las reservas corporales (tejido adiposo e incluso tejido muscular), viertan al torrente sanguíneo aquellos elementos, como ácidos grasos libres (AGL o NEFA) y aminoácidos, que
serán fuente de energía adicional para cubrir la demanda de una alta síntesis de leche y las demandas2energéticas de los tejidos periféricos. Este mecanismo es el que le permite a la vaca tener los nutrientes extras necesarios para una alta producción de leche, y la consecuencia es una pérdida de peso, que normalmente expresamos en pérdida de condición corporal (Fig. 1 y 2). Y es normal hasta un límite.
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