UTILIZACION DE ADITIVOS EN GANADO VACUNO EN EEUU

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ADITIVOS EN GANADO VACUNO EN EEUU

1.- INTRODUCCIÓN

Los aditivos alimentarios son definidos como productos usados en la alimentación animal para mejorar la calidad de los alimentos o el rendimiento y la salud de los animales. Estos pueden ser clasificados como aditivos tecnológicos, sensoriales, nutricionales o zootécnicos. El objetivo de esta presentación es evaluar los aditivos usados frecuentemente en dietas de vacuno lechero que puedan mejorar la producción de leche y de componentes lácteos en vacas lecheras de alta producción.

Según los informes del Servicio de Marketing Agrícola (AMS, 2019) del Departamento de Agricultura de los EEUU (USDA), el precio de la leche (Clase III) pagado en los EEUU durante los últimos 12 meses promedió 354,5 $/tonelada. En el gráfico 1 se puede observar que el precio más bajo ocurrió en diciembre de 2018 (310,6 4/ton) y el más elevado en septiembre de 2019 (412,7 $/ton).

Fernando Díaz, DVM, PhD
Director del Dairy Knowledge Center, Brookings, SD. Consultor lechero independiente especializado nutrición y manejo en Rosecrans Dairy Consulting, LLC

El gráfico 2 representa el precio pagado por componentes lácteos en EEUU (AMS, 2019). Mientras que el precio de la grasa láctea se mantuvo constante durante el último año (5,63-6,05 $/kg), el precio de la proteína láctea verdadera aumentó 2,5 veces desde diciembre de 2018 (2,59 $/kg) a septiembre de 2019 (6,45 $/kg). Por lo tanto, la tendencia alcista en el precio de la leche ha sido ocasionada por el aumento en el precio de la proteína láctea. Estos datos demuestran la importancia de adaptar la estrategia alimentaria a los precios del mercado para así mejorar el precio de la leche y, consecuentemente, los ingresos sobre el coste de alimentación (ISCA; Income Over Feed Cost en inglés)

El uso estratégico de aditivos que estimulen eficientemente la producción de grasa y proteína láctea puede mejorar la rentabilidad de las explotaciones.

2.- PRODUCCIÓN DE GRASA LÁCTEA

La grasa es el componente de la leche más fácilmente manipulable con la dieta, pudiendo llegar a variar en un rango de 3 unidades porcentuales. La grasa láctea está compuesta por una compleja mezcla de lípidos, aunque un 97% de estos son triglicéridos. Estos lípidos son sintetizados a partir de “precursores” procedentes de la circulación periférica (60%) o sintetizados “de novo” en la glándula mamaria (40%; Chilliard et al., 2000). Los ácidos grasos con longitud de cadena de 4 a 14 carbonos, y una porción de los de 16 carbonos son derivados de síntesis de novo en la glándula mamaria a partir de acetato, y en menor proporción de betahidroxi-butirato. El resto de los ácidos grasos de 16 carbonos, y todos los de 18 carbonos y de cadenas más largas son derivados de ácidos grasos circulantes, procedentes de la absorción de lípidos de la dieta o de la movilización de grasa corporal.

El aditivo más eficiente para mejorar la grasa láctea es el ácido graso palmítico (16 carbonos). Debido al buen precio de la grasa láctea en EEUU, la suplementación de este acido se ha vuelto una práctica muy común durante los últimos 3-4 años. Investigadores de la Universidad de California Davis (Chamberlain et al., 2016) evaluaron el efecto de suplementar dietas con ácido palmítico sobre el rendimiento productivo de vacas lecheras. La dieta con elevado contenido en palmítico incluía grasa hidrogenada rica en acido palmítico [(79,3% en base a materia seca (MS)] y la dieta con bajo contenido en palmítico contenía grasa amarilla (12,1% palmítico sobre MS). Las dietas incluían 43% de forraje sobre MS y un 2% de grasa añadida. El aporte diario de ácido palmítico fue de 400 y 60 g en la dieta con alto y bajo contenido en palmítico, respectivamente.

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