¿CÓMO PUEDE INFLUIR EL NÚMERO DE NOVILLAS EN LA EFICIENCIA DE UNA GANADERÍA?
(PARTE I)
En este artículo analizamos cómo puede incluir el número de novillas en la eficiencia de una ganadería.
Marco Laurenti1, Sergio Ibáñez2 1Director de Servicios Técnicos de ABS Italia 2Marketing Manager ABS España
Con el objetivo de analizar cómo convertir la recría, uno de los mayores gastos de las explotaciones ganaderas en una inversión, debemos tener en cuenta algunos hechos que afectan a la gestión del equilibrio del rebaño (al menos en Italia):
– Actualmente la cría de novillas es el segundo mayor coste de cualquier negocio lechero; el primero es la alimentación de las vacas en ordeño.
– Del mismo modo, la proporción entre el número de vacas y de novillas en los rebaños actuales es aproximadamente del 50-50 (1:1), incluso peor en algunos casos.
– Sin embargo, la eficiencia productiva y económica son el objetivo de todos los ganaderos del mundo y de la industria lechera en general. 
Pero ¿qué entendemos por eficiencia? De acuerdo con el diccionario italiano Treccani, la eficiencia es “una situación de máxima capacidad de producción con los menores costes posibles, en un complejo industrial o en una actividad comercial”. En nuestro negocio, podríamos traducir esta definición por esta otra; la eficiencia significa aumentar la producción manteniendo estable (o incluso reduciendo) el uso de recursos.
Llegados a este punto, es interesante plantearse lo siguiente: ¿cómo puede influir el número de novillas en la eficiencia de una ganadería? Hay varias maneras en las que el número de novillas puede impactar en la eficiencia de una ganadería. Así, por ejemplo, si nos centramos en el sistema de producción, un número excesivo de novillas puede conducir a una sobrepoblación en las instalaciones, afectar al cowconfort, al valor genético del rebaño y, por supuesto, a la demografía del rebaño, esto es, ¿nos permite tener el mejor animal para cada plaza disponible?
“LA CORRECTA GESTIÓN DEL EQUILIBRIO DEL REBAÑO ES UNO DE LOS PUNTOS CLAVE QUE DETERMINARÁN EL PROGRESO GENÉTICO DE NUESTROS ANIMALES, ASÍ
COMO SU RENTABILIDAD”
La ilustración 1 representa las curvas de producción de un rebaño agrupadas por animales en primera (rojo), segunda (azul) o tercera o más lactaciones (verde). Normalmente se considera que un 30 % de novillas en el rebaño es el punto de equilibrio entre beneficio y las necesidades de progreso genético.
Cuando se crían más novillas de las que se necesitan, puede suceder que tengamos más del 30 % de primíparas, lo que indica que tendremos menos del 70 % de animales repartidos en las otras dos curvas. Esto quiere decir que tendremos más animales menos eficientes en producción de leche y, por tanto, tendremos menos animales en las curvas de producción más eficientes. Por consiguente, estaremos produciendo menos de lo que es el potencial real de la granja, yendo en sentido contrario de lo que significa realmente la eficiencia.
Desde el punto de vista de la producción de forraje, el número de animales puede influir en los planes agrarios, así como en la gestión de los purines o la habilidad del ganadero para ser respetuoso con la normativa medioambiental.
Y, por último, si centramos la atención en los fondos, el número de animales de recría presente en la explotación va a repercutir tanto en costes fijos como en costes variables, así como en el uso que se les da a los recursos presentes en la granja. También va a impactar sobre las posibles inversiones o en los ingresos de otras actividades ligadas a esta. A final de año, todo esto puede afectar negativamente al margen bruto y al beneficio de la ganadería.
Vamos a centrarnos en un ejemplo con datos reales de una granja de Italia (ilustración 2) con 288 vacas multíparas y 130 primíparas, para un número total de 418 vacas, donde, además, tenemos 369 novillas, de las cuales 199 son mayores de 12 meses y 170 menores de 12 meses. En total tienen 787 animales, con una tasa de eliminación de vacas del 30 %, con un 15 % de novillas nacidas vivas que no llegan a primer parto y un 5 % de nacidos muertos. Su estrategia actual de cría o acoplamiento se basa en utilizar semen convencional en todas las vacas y novillas seleccionadas como posibles madres de la siguiente generación.
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