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NUEVOS AVANCES EN LA RECEPCIÓN DE GANADO EN FEEDLOT

OEA Por OEA Mar23,2016

 

 

LA RECEPCIÓN DE GANADO EN FEEDLOT

se entiende por adaptación al feedlot o corral del encierre al proceso de acostumbramiento o cambio de biota ruminal, pasando de una biota adaptada a fermentar forrajes o alimentos voluminosos, a otra adaptada a fermentar grandes cantidades de grano, en raciones altamente energéticas.

Ing. Agr. Darío Colombatto, PhD. Profesor Asociado, Departamento de Producción Animal, Facultad de Agronomía UBA. Investigador Adjunto CONICET.

Así, se presentan tablas clásicas mostrando las diferencias entre el ambiente ruminal de animales consumiendo forrajes y el de animales consumiendo concentrados (Tabla 1). Sin embargo, una aproximación más precisa e informada nos indica que coexisten al menos 3 tipos de acostumbramientos simultáneos cuando un animal ingresa a un corral de encierre: I) el acostumbramiento del animal a su nuevo ambiente (corral) y compañeros, II) el acostumbramiento de la biota ruminal como ya hemos mencionado, y III) la adaptación hepática a la metabolización de los nutrientes ingeridos y fermentados en rumen o digeridos en intestino. Nos referiremos brevemente a estos tres procesos en las secciones subsiguientes, con el objetivo de plantear las bases y fundamentar la importancia de la adaptación en el proceso de engorde a corral.

Adaptación del animal al ambiente

Al llegar al encierre a corral, es típico que el animal experimente una sensación de stress ya que se combinan el stress previo al transporte (que puede estar exacerbado por el destete), el stress del transporte y por último, el stress de la llegada a un lugar nuevo, posiblemente la mezcla de su grupo conocido de animales con otro/s grupo/s de animales, lo que colectivamente es predisponentes a situaciones de inmunosupresión y aparición de enfermedades mayormente respiratorias, que impactan no sólo en la performance (Duff y Galyean); sino en la calidad final de la carne (Loerch y Fluharty).

Recientemente, se ha reportado que el período de stress asociado al transporte y movimientos previos generan impermeabilizaciones temporales de tanto la pared ruminal como la mucosa intestinal (Albornoz et al.), por lo que la recomendación científica ha sido preparar dietas con moderada relación forraje: concentrado (cercanas a 60:40) para el período previo al embarque de los animales, mientras que se sugiere recibir el ganado con heno, seguido de la tradicional dieta de alto forraje y bajo concentrado (ver sección “Adaptación ruminal” más abajo) (Albornoz et al.).

Los animales llegados al corral tienen ahora que reconocer su nuevo abrevadero en donde tomar agua, y por sobre todas las cosas, reconocer a los comederos como el lugar en donde se les proveerá alimento, junto con los horarios en los que se entregará el mismo. Asociado a lo anterior, es bastante común que se los reciba a estos animales con dietas desconocidas para ellos, como ser las basadas en silajes de planta entera (maíz y sorgo principalmente) o directamente granos con subproductos agroindustriales, que harán que los animales tarden en consumir alimento y cuando lo hagan, el consumo puede ser desparejo entre ellos. Ante esto, la opción más lógica para acelerar el proceso de reconocimiento de los comederos y consumos parejos sería recibir los animales con dietas basadas en heno (fardo o rollos) picado o desmenuzado por dos o tres días, con agregado o no de componentes minerales y vitamínicos que refuercen las defensas de los animales. Idealmente el heno debe ser de alta calidad (alfalfa por ejemplo) ya que contribuye a reponer electrolitos a animales deshidratados. Es fundamental también atender el espacio de comederos durante esta etapa, sugiriéndose un espacio de 50 cm por animal para asegurar acceso a los animales más retraídos o menos agresivos. Se ha hipotetizado que estos animales serían los más afectados ante situaciones de restricción de espacio y mayor competencia por la comida, lo que podría conducir a procesos de acidosis ruminal (González et al.). Luego del proceso de adaptación, este espacio puede ser bajado a 35-40 cm por animal. Asociado a lo anterior, sería importante considerar aumentar la frecuencia de entrega de alimento, a 3 veces por día, para reducir en la medida de lo posible la competencia por alimento y la agresión luego de la entrega (González et al.).

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