VACAS LECHERAS EN PASTOREO
Marini, P.R.1*, Charmandarian, A.2, Krupick, M.2 y Di Masso, R.J.3
Cátedra de Producción de Bovinos de Leche. Facultad de Ciencias Veterinarias. Universidad Nacional de Rosario. Casilda. Argentina. *pmarini@fveter.unr.edu.ar2Cátedra de Obstetricia y Fisiología de la Reproducción. Facultad de Ciencias Veterinarias. Universidad Nacional de Rosario. Casilda. Argentina.3Cátedra de Genética y Cátedra de Metodología de la Investigación. Facultad de Ciencias Veterinarias. Universidad Nacional de Rosario. CIC-UNR. Casilda. Argentina.
RESUMEN
El objetivo del presente trabajo fue caracterizar las relaciones entre la altura a la cadera como indicador de tamaño corporal, con diferentes indicadores productivos y reproductivos en vacas lecheras mantenidas sobre pasturas en un intento por identificar biotipos con diferente aptitud en este tipo de sistemas. Se compararon vacas Holstein de tercera lactancia, de distinto tamaño corporal, que conviven en sistemas a pastoreo. Se analizaron variables productivas y reproductivas para los distintos tamaños. No se observaron diferencias estadísticamente significativas (p>0,05) entre las vacas de mayor tamaño y las de menor tamaño en las variables reproductivas y en los indicadores productivos estudiados. Los resultados indican que la altura no incide en los niveles productivos ni en los reproductivos. Se identificaron cuatro biotipos y se constata que para el sistema de producción de leche en la región de la pampa húmeda de la República Argentina, el más eficiente es el de vacas con menor altura y producción de leche media
Introducción
El clima templado y la fertilidad de los suelos de la Pampa permiten, con los altibajos propios de cada estación, disponer a lo largo del año de pasturas de buena calidad que son pastoreadas. En estos sistemas en los que la base forrajera es muy importante -más del 50% de los tambos tienen como principal recurso el forraje (Chimiz y Gambuzzi, 2007)- los responsables de diseñar los objetivos de mejora se enfrentan a la disyuntiva de buscar mayores producciones individuales, lo que debe ir acompañado de la atención a los altos requerimientos nutricionales, minimizando su inadaptación al sistema, o, por otro lado, seleccionar una vaca que se adapte a las condiciones de manejo habituales en la región aumentando la producción sin resentir su fertilidad.
El esquema actual de producción en Argentina, basado en altas producciones individuales con aportes importantes de alimentos de calidad, resulta económicamente viable sólo con relaciones favorables entre el precio de la leche y el costo de los concentrados (Mancuso, 2005). En este contexto, el tamaño corporal de la vaca lechera es un tema en debate para dilucidar en qué dirección debe seleccionarse, para lograr mayor eficiencia y rentabilidad.
Uno de los factores a considerar son los requerimientos energéticos de las vacas. Se ha estimado que desde el nacimiento y hasta la quinta lactancia los requerimientos de mantenimiento, aún en vacas con elevada producción, representan un 56% del total (Korver, 1988). Si los requerimientos de mantenimiento son función directa del peso metabólico del animal, lo ideal sería producir leche con vacas de menor peso, o sea tamaño corporal, que las actuales. Sin embargo, la existencia de correlaciones genéticas entre tamaño corporal y caracteres productivos antagónicas a este objetivo torna dificultosa su consecución. Por un lado la existencia de correlaciones medias y positivas entre el tamaño y la producción de leche (Ahlborn y Dempfle, 1992), determina que la selección directa por producción, genere como respuesta un aumento de tamaño e, inver-samente, la disminución del tamaño de la vaca repercuta negativamente sobre su producción. Por otro lado, la correlación genética entre el tamaño de la vaca y el consumo de alimento es también alta y positiva (Veerkamp, 1996). Estas relaciones explican las correlaciones, si bien bajas pero negativas, informadas entre tamaño de la vaca y eficiencia de conversión (Persaud et al., 1991) a partir de la dilución del costo fijo de mantenimiento y de la disponibilidad de mayor excedente para producción de leche.
Un tercer aspecto a introducir en el modelo tamaño corporal-producción es el reproductivo. En estos sistemas de producción a pastoreo la vaca no sólo debe producir leche sino también un ternero por año.
Holmes et al. (1999) trabajando en condiciones pastoriles desarrollaron en Nueva Zelanda dos líneas de vacas Holstein Friesian con similar potencial para producción de leche y con una diferencia promedio de 40-50 kilos de peso corporal. Por su parte Hansen et al. (1999), en EEUU, seleccionaron en condiciones de estabulación dos líneas de vacas que difieren en su tamaño (tanto peso corporal como altura). En estas dos selecciones disruptivas por tamaño se utilizaron toros que diferían en su valor genético para tamaño pero no para producción de leche. En el ejemplo neozelandés no se observaron diferencias significativas en eficiencia de conversión porque si bien la línea pesada produjo más sólidos que la liviana también consumió más kilos de materia seca (Laborde et al., 1998, Holmes et al., 1999). En otros estudios (Caicedo Caldas et al., 2001) se ha observado que la disminución en el consumo voluntario de alimento registrada como respuesta correlacionada a la selección negativa por tamaño corporal, es proporcionalmente menor a la disminución en los requerimientos de mantenimiento de dichas vacas lo que se traduce en una mejor eficiencia de conversión al aumentar la energía disponible para producción. En el trabajo de origen americano (Hansen et al., 1999), no se observaron diferencias significativas entre las líneas en producción de leche y la diferencia en consumo a favor de las vacas pesadas, se correspondió exactamente con sus mayores requerimientos (Yerex et al., 1988) lo que implica similar eficiencia. Con respecto al tercer elemento en juego se observó que independientemente del sistema de producción -pastoreo o estabulación- las vacas pesadas mostraron consistentemente menor fertilidad que las livianas (Laborde et al., 1998, Hansen et al., 1999). Al mismo tiempo, las vacas pesadas fueron menos longevas que las livianas, siendo los problemas podales la principal causa de refugo (Hansen et al, 1999).
Material y métodos
Se evaluaron los registros de 400 vacas Holstein, de tercera lactancia, pertenecientes a cinco establecimientos comerciales ubicados en la Cuenca del Abasto de la ciudad de Rosario, Argentina (entre 32o 52′ 18″ y 33o 02′ 22″ Sur y entre 60o 36′ 44″ y 60o 47′ 46″ Oeste) obtenidos entre 2000 y 2006.
La elección de los tambos se basó en los siguientes criterios comunes: (1) utilización exclusivamente de vacas Holstein, (2) alimentación básicamente a pastoreo (praderas de alfalfa) con suplementación (grano de maíz, silo de maíz y rollos) suministrada de acuerdo a la disponibilidad estacional de las praderas, (3) control ginecológico periódico, (4) control lechero oficial, (5) empleo del mismo programa de computación (SISTAMBO), (6) libres de brucelosis, tuberculosis, campilobacteriosis y tricomoniasis; con control de leptospirosis, rinotraqueitis infecciosa bovina y diarrea viral bovina, y aplicación del mismo plan sanitario, (7) confiabilidad de los datos y (8) inseminación artificial con semen de origen americano y canadiense. Estos criterios garantizan pautas mínimas de manejo (sanidad, alimentación y asistencia técnica) y ubican a estos establecimientos por encima de la media general de la cuenca.
Los datos productivos se obtuvieron del control lechero oficial. Los datos reproductivos provienen de los controles periódicos efectuados por el asesor veterinario de los establecimientos (el mismo para todos). La medición de la altura a la cadera se llevó a cabo en la sala de ordeñe con un instrumento específicamente diseñado para tal propósito (Dolezal y Coe, 2007).
Se registraron las siguientes variables: producción de leche (PL) en la tercera lactancia en litros por vaca; duración de la tercera lactancia (DL) en días; intervalo entre el tercer parto y el primer celo posterior (IPPC) en días; intervalo entre el tercer parto y el primer servicio posterior (IPPS) en días; intervalo entre el tercer parto y la concepción posterior (IPC) en días; número de servicios necesarios para obtener la cuarta preñez (NS); altura a la cadera (AC) en la tercera lactancia (cm).
A los efectos del análisis los datos se agruparon siguiendo diferentes criterios:
1. Dentro de cada tambo, las vacas se ordenaron de menor a mayor por su producción de leche en la tercera lactancia (PL), y se subdividieron en tres grupos de igual número de individuos (n), conformando tres categorías: baja, media y alta producción. El efecto del nivel de producción sobre las diferentes variables mencionadas se evaluó, dentro de tambo, con un análisis de la variancia a un criterio de clasificación utilizando como prueba de comparaciones múltiples el test de Bonferroni. En el caso de la variable número de servicios se utilizó el test de Kruskal-Wallis seguido de la prueba de Dunn (Sheskin, 2000).
2. Todas las vacas, independientemente del tambo de procedencia, se ordenaron por su altura a la cadera y se agruparon en cuatro categorías (cuartiles) en función de los valores del cuartil de primer orden, la mediana y el cuartil de tercer orden. El efecto del cuartil de pertenencia sobre cada una de las variables se evaluó con las mismas pruebas estadísticas que en el caso de la categorización por producción de leche.
Con el fin de investigar posibles agrupamientos asimilables a potenciales biotipos con diferente aporte de las variables evaluadas se aplicó la técnica multivariada de componentes principales (Carrasco y Hernán, 1993). A los efectos del análisis las componentes principales fueron tratadas como nuevas variables aleatorias. Los valores individuales correspondientes a la primera (X) y tercera componente principal (Y) se graficaron en un sistema de coordenadas cartesianas ortogonal. Se identificaron los animales ubicados en cada cuadrante lo que permitió definir cuatro grupos de vacas. El efecto del grupo de pertenencia sobre cada una de las variables productivas y reproductivas se evaluó con las mismas técnicas indicadas.
Resultados
Los valores de indicadores productivos y reproductivos y la altura a la cadera se presentan en la tabla I. En todos los casos la mayor producción de leche estuvo relacionada con una mayor DL, no afectó la ciclicidad evaluada a partir del IPPC e indirectamente mediante IPPS, afectó negativamente la fertilidad de dichos celos aumentando el IPC y el NS requeridos para lograr la preñez, particularmente en la categoría de alta producción, y no mostró asociación evidente con la altura de las vacas salvo en el Tambo 1 en el que las de baja producción presentaronACsignificativamente menor que las de media y alta producción de leche.
ARTICULO COMPLETO ALTURA A LA CADERA E INDICADORES PRODUCTIVOS Y REPRODUCTIVOS EN VACAS LECHERAS EN PASTOREO