ANESTRO POSPARTO EN VACAS LECHERAS: TRATAMIENTOS HORMONALES

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ANESTRO POSPARTO EN VACAS LECHERAS: TRATAMIENTOS HORMONALES

Resumen

Reducir el intervalo entre partos significa incrementar los ingresos por vaca y por año justificando la aplicación de técnicas de manejo reproductivo para acortar el anestro posparto o prevenir que éste se prolongue. Se habla de inducción del celo cuando se tratan animales en anestro con la finalidad de corregir esa situación.

Morales JT.1*, Cavestany D.2 1 Doctor en Ciencias Veterinarias (DCV), Unidad de Lechería, Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), INIA La Estanzuela CC 39173 Colonia, Uruguay.
2 DV, PhD, Departamento de Reproducción, Facultad de Veterinaria, UDELAR, Uruguay.

En los sistemas lecheros los tratamientos están basados en hormonas, las cuales aplicadas en el momento adecuado mimetizan los acontecimientos producidos en el ovario normal.

Se debe tener en cuenta que en vacas en anestro siempre es necesario el uso de progesterona para estimular el sistema hipotálamo-hipofisario

Luego de esto sí se pueden utilizar las combinaciones de hormonas para llegar a la ovulación (GnRH, Estradiol, Prostaglandinas, eCG). En este trabajo se analizan y discuten los diferentes protocolos existentes para tratar el anestro posparto prolongado

Para lograr el mayor aprovechamiento del potencial productivo y genético de la hembra lechera es necesario que las vacas queden preñadas lo más pronto posible y que tengan un ternero por año; para esto debe estar preñada en los primeros tres meses luego del parto. Por lo tanto reducir el intervalo entre partos significa incrementar los ingresos por vaca y por año justificando la aplicación de técnicas de manejo reproductivo para llegar a ese fin.

La incidencia de anestro posparto prolongado ha ido en aumento a nivel mundial de 7% (Fagan y Roche, 1986) hasta un 38% (Opsomer y col., 2000; Lucy, 2001; Walsh y col., 2005; Wiltbank y col., 2007)

En Uruguay, trabajos que evalúan protocolos de inducción de celos han obtenido porcentajes de vacas en anestro con porcentajes de preñez que van de un 8% a un 47%, variando no solo entre año sino entre establecimientos (Cavestany, 2000a; Cavestany y col., 2003; de Nava, 2011). Estas incidencias justifican algún tipo de intervención en tratamiento y prevención (de Nava, 2011).

Eficiencia reproductiva

Una buena eficiencia reproductiva implica lograr el mayor número de animales preñados en el menor tiempo posible (Cavestany, 2000b). El incremento en la producción de leche dado en los últimos años ha provocado cambios tanto fisiológicos como de manejo en las vacas lecheras; dichos cambios han llevado a una reducción en la fertilidad del rodeo en general (Lucy, 2001), provocando que la eficiencia reproductiva sea cada vez más baja (García Bouissou, 2008; Walsh y col., 2011).

Para medir la eficiencia reproductiva se han desarrollado diferentes índices: los intervalos parto a primer servicio (IPS) y a concepción (IPC), intervalo entre partos (IEP), número de servicios por concepción (SC), porcentaje de detección de celos (%DC), porcentaje de concepción (%C) y porcentaje de preñez (%P) (Lemaire y col., 2012). La duración del anestro posparto puede afectar los índices reproductivos mencionados y por lo tanto estar determinando la eficiencia reproductiva de un tambo (Lucy, 2004; Peter y col., 2009)

Fisiología del posparto

Para que una hembra pueda volver a quedar preñada deben ocurrir básicamente dos eventos: la involución del útero y la recuperación del eje hipotálamo-hipófisis-ovario (H-H-O). La involución uterina ocurre normalmente 4 a 5 semanas después del parto Morrow y col., 1969). Algunos autores han encontrado una relación entre una involución uterina retardada y baja fertilidad. Zhang y col. (2010) reportaron que vacas que presentaban una involución uterina más rápida tenían un intervalo parto a primera ovulación (IPO) más corto que vacas que presentaron involución uterina retardada; esto coincide con lo ya encontrado por Kindahl y col. (1992). Melendez y col. (2004) observaron que vacas con un menor tamaño del cuerno uterino presentaban mayor porcentaje de concepción.

La primera ovulación posparto refleja el reinicio de la actividad ovárica, siendo el retraso en el inicio de la ovulación y manifestación externa de celos un factor asociado a la reducción en el porcentaje de concepción. El IPO en vaca para leche sin restricciones alimenticias tiene una duración de entre 20 a 30 días (Canfield y Butler, 1990; Rajamahendram y Taylor, 1990; Tanaka y col., 2008).

De acuerdo con Macmillan y Day (1987), para desencadenar la secuencia de eventos que llevan al celo es necesario un período de exposición previa de P4 (“priming”) que estimula el eje H-H-O (Kyle y col., 1992). Esto se relaciona con el largo período anovulatorio y ciclos cortos que aparecen después de la primera ovulación en el posparto.

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