CICLO OVÁRICO

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Conjunto de eventos que ocurren tanto a nivel micro como macroscópico

INTRODUCCIÓN

En números anteriores hemos hablado sobre el ciclo estral (75, 76 y 77, respectivamente) por lo que se invita al lector a revisar esos artículos y correlacionarlos con los eventos mencionados aquí pues este escrito los complementa.

En esta ocasión profundizaremos en los acontecimientos que se llevan a cabo durante el ciclo ovárico que engloba tanto al desarrollo como la dinámica folicular; procesos íntimamente ligados con el ciclo estral y con su regulación neuroendocrina.

MVZ MC Alejandro Jiménez J. jimenezalejandro@comunidad unam.mx mx.linkedin.com/in/alejandroj2

El ovario es un órgano dinámico en  continuo cambio a lo largo de la vida reproductiva, estos cambios intra- ováricos dan origen a la foliculogénesis y a la luteogénesis.

 A fin de comprender mejor ciclo ovárico como un conjunto de eventos que ocurren tanto a nivel micro como macroscópico; debemos primero recordar cómo está compuesto, remontarnos desde la formación de las células germinales primordiales, su migración hacia la gónada y su maduración por medio del desarrollo y dinámica folicular, la ovulación y concluir con la formación y regresión del cuerpo lúteo (CL).

El ovario es la gónada femenina de forma ovoide cuya estructura es relativamente densa y turgente que puede ser distinguida por medio de la palpación rectal en vacas y yeguas, su función primordial es la diferenciación y desarrollo folicular y, madurar al ovocito para su posterior liberación en la ovulación buscando la fertilización exitosa cuya finalidad es la reproducción de la especie. Además, tiene un papel endocrino al producir las hormonas estradiol (E2) y progesterona (P4) entre otros factores importantes para llevar a cabo esa función.

En la hembra adulta, este órgano parenquimatoso está compuesto en su superficie por una capa simple de células cuboides llamada epitelio germinal (que no tiene en realidad relación con la producción de ovocitos), le sigue tejido conectivo llamado túnica albugínea, y debajo de ésta; una zona llamada corteza en la que se encuentra el estroma ovárico el cual está formado por tejido conectivo laxo, fibroblastos y precursores de células tecales y folículos en diferentes estadios de desarrollo conteniendo a la población de ovocitos que pueden llegar a ovular.

El folículo es la unidad estructural y funcional de los ovarios y según el estadio de desarrollo en la que se encuentren se clasifican en: folículos primordiales, primarios, secundarios, terciarios o antrales y preovulatorio u ovulatorio. Cuando el folículo ovula se forma el CL y cuando éste degenera queda una remanencia llamada cuerpo blanco; todas estas estructuras están dentro de la zona cortical. Mientras que la parte central del órgano es la médula compuesta por tejido conectivo denso que contiene vasos sanguíneos, linfáticos y nervios provenientes del hilio (figura 1).

Durante la vida embrionaria, el endodermo primitivo forma una evaginación en la parte ventral de la masa celular interna (MCI), formando así el saco vitelino que es transitorio; pero que contribuye a que las células germinales primordiales que ahí se forman se multipliquen por mitosis y migren del saco por el mesenterio intestinal dorsal hacia las crestas gonadales.

Al llegar a ellas se dirigen hacia el mesénquima formando parte de los cordones sexuales primarios y asentándose en la corteza de la cresta. Donde se convierten en ovogonias multiplicándose por mitosis hasta dar origen a los ovocitos primarios (ovocitos I), cuya primera división meiótica se suspende poco antes del nacimiento en la fase de dictioteno de la profase I al tiempo que se rodean de una sola capa plana de células escamosas derivadas del epitelio ovárico (células granulosas), quedando así formados los folículos primordiales. En el bovino se ha estimado un rango de 4,200-325,000 de estos folículos que cuando se hayan desarrollado y madurado, se reactivará la división del ovocito I para alcanzar la fase de ovocito secundario (ovocito II) listo para ser ovulado.

Antes de eso y hasta que se alcance la pubertad los ovocitos I sólo experimentan aumento de tamaño. La cantidad de estas células que una hembra produce no es ilimitada, sino que nacen con un número determinado; el cual será el total de ovocitos I que se puedan ovular durante toda su vida reproductiva. Se estima que en la vaca es de alrededor de 250,000 ovocitos en promedio por ovario. Sin embargo, gran parte de ellos nunca serán ovulados dado que los folículos que los contienen no madurarán y degenerarán (atresia) perdiéndose en el parénquima ovárico.

La atresia folicular es un proceso normal inherente al crecimiento folicular en cualquier estadio de desarrollo, por lo que un ovario siempre tiene un cierto número de folículos atrésicos que después de la activación de los folículos primordiales puede ocurrir en cualquier momento, aunque es más frecuente en la etapa de dependencia a las gonadotropinas (FSH y LH). El desarrollo de los folículos empieza desde la vida embrionaria; nunca ovulan antes de la pubertad, pero sí pueden sufrir atresia.

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