CONSANGUINIDAD: MANEJARLA PARA MAXIMIZAR LA RENTABILIDAD
Aunque ciertamente no es un concepto nuevo, la consanguinidad se ha vuelto un tópico candente los últimos años. La preocupación de los productores va en aumento sobre si la genómica estará creando mucha consanguinidad en la población de ganado lechero. La preocupación es, si en un futuro habrá opciones limitadas para que un hato sea inseminado y evitar efectos negativos por la consanguinidad.
Mientras que el emparejamiento de un animal con su padre o su hermano ciertamente no es deseable, necesitamos preguntarnos cuál es el objetivo real en términos de consanguinidad. Deberíamos aspirar a un porcentaje de cero para consanguinidad o mejor manejarla para aumentar la rentabilidad? 
El efecto linear de la depresión endogámica
Mientras los animales se vuelven mas relacionados entre sí, la depresión endogámica o el desempeño productivo por debajo del par puede ocurrir. Mientras que la depresión endogámica no es ideal, debe ser sopesada contra el potencial de valor añadido por ganancia genética.
Un error común es que hay un nivel mágico de consanguinidad al que nunca debemos ir más allá de cualquier apareamiento. En realidad, numerosos estudios a través del tiempo han demostrado que los efectos de la depresión endogámica son lineares.
Por cada 1% de aumento en consanguinidad en un emparejamiento, se dará cuenta que habrá de $22-24 menos de ganancia durante la vida de la descendencia resultante. El mismo costo o pérdida se predice cuando se va de un 9% a un 10% de consanguinidad como se espera entre el 1% y 2%.
Progreso Genético
Está bien documentado que la consanguinidad ha ido en aumento desde la adopción generalizada de la IA. A pesar de este aumento, el ganado lechero ha hecho avances significativos en rasgos de producción como leche, grasa y proteína. Es seguro decir que los productores no cambiarían sus vacas altamente productoras de ahora por las que tienen menos consanguinidad, y menos producción como las vacas de 1960. El promedio de consanguinidad de EUA y las tendencias en producción de leche desde 1960.
Ejemplos reales
Echemos un vistazo a los registros de una muestra aleatoria representativa de 10 lecherías en el Medio Oeste que promedian 1,500 vacas, que implementaron un programa de emparejamiento en su establo. Este análisis muestra cómo las vacas con genética superior son más productivas que las vacas con genética inferior, a pesar de que el grupo con mayor producción también es el que más consanguinidad presenta.
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