Cualquiera que trabaje en la industria láctea será consciente de que hay una gran variación en el diseño de los corrales de parto. Parte de esta variabilidad es debida a la falta de investigación sobre qué tipos de ambiente son los mejores para la vaca durante el parto.
Una investigación de la Universidad de British Columbia (Canadá) sobre el diseño de los corrales de parto más apropiados ha permitido conocer las preferencias de las vacas a este respecto a través de una serie de experimentos. A continuación se describen los resultados de tres de estos experimentos diseñados para determinar que características son importantes en el diseño de los corrales de parto.
Trabajos anteriores realizados con ganado bovino salvaje o con animales en sistemas extensivos han estudiado la elección de las vacas en el momento del parto en el ambiente natural. En este ambiente, normalmente las vacas abandonan el ganado para encontrar una zona apartada para parir; por ejemplo, una zona con hierba alta o de arbustos con tierra blanda. De estas observaciones se puede extrapolar que las vacas en explotaciones intensivas buscarán separarse de sus compañeras de rebaño (y de otras amenazadas percibidas) y usarán un lugar escondido para parir si se les da la oportunidad.
Para probar si las vacas deseaban esconderse durante el parto, se reconfiguraron los corrales del Dairy Center de la UBC en Agassiz. Se permitió elegir a las vacas entre dos zonas: una de 18 m2, abierta y con cama de serrín y otra de 15 m2, con cama de serrín y aislada mediante una pared de 1,5 m de altura que proporcionaba una barrera visual entre la vaca y el resto del establo (figura 1). Este diseño no pretendía ser práctico (esa es una cuestión que se abordará más adelante), sino ofrecer una prueba de la idea de lo que quieren las vacas es esconderse durante el parto.
Figura 1. Corral de parto experimental que da la posibilidad a la vaca de elegir entre una zona abierta (open) y otra más íntima (hide).
Las vacas entraron en los corrales experimentales de parto dos días antes del parto para asegurar que se familiarizaban con los dos tipos de zona. Mediante el uso de cámaras de vídeo, se grabaron las 24 horas del día para saber dónde pasaron su tiempo las vacas antes y durante el parto. Las vacas que parieron por la noche, cuando las luces están apagadas y no había personal, no mostraron ninguna preferencia entre los dos tipos de corrales experimentales.
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